Dicen que la última versión del Código Penal es la del año 1995, obra de un ministro del PSOE, Juan Alberto Belloch. Pero Pedro Sánchez lo ha enmendado tantas veces que, cuando pase a la Historia, podrá decir que también tiene su nombre. El último paso, el de la reforma de la malversación, ha provocado, según eldiario.es, un "incendio interno en el PSOE": "Reformando el Código Penal a 140 kilómetros por hora y acelerando en las curvas".
En La Razón, Tomás Gómez, aquel líder del PSOE madrileño al que Sánchez echó de su despacho previo cambio de cerradura, da cuenta de algunos de esos movimientos en la sombra, de esa secta de descontentos que se reúne en las catacumbas para poder seguir cobrando el escaño.
El Mundo revela en su portada cómo ha caído esta reforma en la Fiscalía Anticorrupción: "Anticorrupción alerta de una revisión en cascada de las penas. Grandes casos como Kitchen o Lezo tendrán condenas más bajas con la reforma propuesta por el PSOE". Las fuentes citadas dicen: "La reforma es contraproducente porque premia el daño al patrimonio público frente al patrimonio privado".
¡Qué imagen tan cainita debe de tener Moncloa de España! Y quizá tengan razón. Pero de esta reforma se entiende que, a ojos del presidente, los ciudadanos prefieren que un político robe para dar un golpe a su país que para comprarse un chalé. Marta García Aller engloba lo ocurrido de una manera muy gráfica en su columna de El Confidencial: "Del España nos roba al España nos deja malversar".
Son unos incendios un poco raros los del PSOE de Sánchez. La gente sabe que existen, huele a quemado, pero nunca tienen consecuencias. Alfonso Guerra decía ayer en este programa que se debe a la "disciplina" de la organización. ABC dedica su portada al único indisciplinado: "Page arremete contra Sánchez por pactar con delincuentes". Lo de "delincuentes" no lo dice ABC, lo dijo Page.
Sin embargo, está por ver si el pajismo tiene algún efecto práctico más allá de las noticias en los periódicos. Hasta ahora, el PSOE de los barones críticos ha votado alineado con Sánchez en sus respectivos parlamentos autonómicos en cuestiones como los indultos. Jorge Valdano decía el otro día en su columna que el juego de la Selección española suponía la masturbación del balón sin llegar al orgasmo. Pues, de momento, esa es también la crítica del pajismo.
Perdonad que siga hablando de cintura para abajo, pero es que el director de La Vanguardia le pide en su artículo a Oriol Junqueras que deje de "marcar paquete": Jordi Juan celebra que Sánchez quiera –que Unamuno nos perdone– "convencer y no vencer a la mayoría de la población catalana". Pero, a partir de ahí, recrimina a Esquerra que se haya choteado del Gobierno pidiendo ahora un referéndum de independencia.
El País dedica su crónica principal a la reacción del Ejecutivo tras la petición del referéndum de independencia por parte de ERC: "El Gobierno descarta el referéndum. Sánchez asume el desgaste por la reforma de la malversación tras los indultos y la supresión de la sedición, pero lo considera el último paso para normalizar la situación en Cataluña". Sin embargo, unos centímetros de papel más abajo, se recogen las declaraciones de la portavoz del Govern de la Generalitat, Patrícia Plaja: "Han dicho que no a tantas cosas que luego han acabado pasando...".
El padre Illa, en su entrevista con El Confidencial, responde: "No habrá autodeterminación, pero sí consulta a los catalanes". ¿Eso qué significa? Es lo suficientemente ambiguo como para que signifique lo que Sánchez quiera cuando llegue el momento.
En la oposición hay muchas cosas, pero ninguna clara. "Todo es cierto salvo alguna cosa", que diría Rajoy. Pero lo importante, según el expresidente del Gobierno y maestro de Feijóo, "es ser serio para parecer serio".
EL ESPAÑOL detalla una conversación privada mantenida entre el líder del PP y el líder de Vox. Abascal le planteó personalmente unir fuerzas contra Sánchez a través de una moción de censura. Feijóo le ha dicho que no porque considera que eso "fortalecerá" al Gobierno. No quiere imaginarse las votaciones parlamentarias perdidas ni las crónicas en los medios sobre una nueva victoria del presidente histórico.
Sin embargo, Feijóo reconoce que, cuando Casado votó en contra de la anterior moción de censura que presentó Abascal contra Sánchez, su electorado no lo entendió. Así que parece que el gallego se inclinará por la solución más gallega: la abstención.
No sabemos todavía quién será el candidato elegido por Abascal para esa moción de censura. Teniendo en cuenta que se trata de una moción contra Feijóo además de contra Sánchez, el líder de Vox busca a alguien que fuerce al PP a decir "sí". En esa quiniela, según El Confidencial, están Joaquín Leguina, Paco Vázquez, Carlos García Adanero, Rosa Díez y Cayetana Álvarez de Toledo.
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para 'La España que madruga', en 'Más de Uno', el programa de Carlos Alsina en Onda Cero