Hace unos años, Jesús Quintero le preguntó fieramente a un director de periódicos: "¿Por qué no publicas cartas de amor?". Hoy, por fin, todos los medios publican una de esas cartas. Aunque se trata de una carta de desamor, que casi siempre es el amor más verdadero. No la firma Tamara Falcó, pero también tiene que ver con un engagement, un compromiso, que ha llegado a su fin. La carta, de dimisión, es obra de José Luis Pérez Tornero, que tiene nombre de árbitro, pero que era el director de Radio Televisión Española.
Leo en El Confidencial: "El Gobierno toma el control de RTVE para afrontar el año electoral". Al parecer, el pasado día 20 de septiembre, en una cita en Moncloa, se le dijo a Pérez Tornero: "El presidente quiere que dimitas". España no tiene piedad con los decapitados. Con Franco, te mandaban un motorista a casa para contártelo. Ahora, con Sánchez, tienes que ir a Moncloa y los taxis allí cuestan una pasta.
El País revela que los socialistas se quejaban mucho en privado de la gestión de Pérez Tornero al considerar que estaba entregado al PP y que los consejeros de Unidas Podemos redactaron un informe muy crítico con la selección de tertulianos de la casa.
Ferrer Molina apunta en EL ESPAÑOL que, hace once días, Pablo Iglesias señaló a Pérez Tornero con un podcast titulado "¿Por qué manda la derecha en Televisión Española?". La base, perdón, el base, parece haber encestado.
El Mundo contextualiza así lo sucedido: dice que Moncloa ha forzado la dimisión de Pérez Tornero para tomar el control del ente público a las puertas de un año electoral. Esta noche, en el "VAR", "Var" con "V", hemos estado revisando la jugada y parece que, efectivamente, Tornero no se tira. Lo han zancadilleado dentro del área.
En el plano internacional, vamos con la resaca de Meloni. El País: "La UE teme el efecto Meloni. La líder ultra promete un clima sereno por las incógnitas que genera su triunfo. Italia afronta un otoño diabólico porque su triunfo es un impulso para los euroescépticos".
Completo con este titular de ABC: "Berlusconi obliga a Meloni a maquillar su agenda antieuropea". ¡Quién nos iba a decir que Silvio se acabaría convirtiendo en nuestra esperanza blanca!
Mientras tanto, en Rusia, crece el descontento interno. Continúan las manifestaciones contra la guerra, cada vez con más violencia. "Disparos y cócteles molotov contra el reclutamiento", titula El País. "Desde que empezó la guerra, han ardido 37 oficinas militares. Ayer, un hombre disparó a quemarropa al responsable militar de un centro de reclutamiento y otro lanzó cócteles molotov contra un punto de alistamiento". Putin ha reaccionado, dice ABC, cerrando las fronteras para evitar la huida de los reservistas.
En España, el baile fiscal continúa. Arriba, abajo, izquierda, derecha, arriba, abajo, derecha izquierda. La Razón: "El Gobierno prepara otra ofensiva fiscal con una nueva subida de impuestos al margen de los ricos". El anuncio es obra de la ministra de Hacienda y supone una contestación a las bajadas impositivas activadas por el Partido Popular en distintas Comunidades autónomas.
Para terminar, el profesor y yo les confesaremos una cosa. Nos hemos afiliado a una causa y estamos de campaña electoral. La noticia puede leerse en EL ESPAÑOL y en El Mundo. Ha nacido un manifiesto para hacer de Pío Baroja hijo adoptivo de la ciudad de Madrid. Aparte de nuestras firmas, importantísimas, hay otras que quizá les suenen como las de Mario Vargas Llosa, Andrés Trapiello, Amparo Hurtado, Soledad Puértolas, el director de la RAE, Muñoz Machado, nuestros compañeros Sergio del Molino y Leo Harlem...
El manifiesto termina con una frase muy barojiana: "No parece necesario extenderse en los méritos literarios". Tampoco será necesario extenderse si la votación fracasa en el pleno del Ayuntamiento. PP y Ciudadanos están a favor. Tendrán que posicionarse PSOE, Vox y Más Madrid. Con que uno de estos tres partidos diga sí, la cosa sale.
*Esta es la revista de prensa que Daniel Ramírez realiza cada mañana para "La España que madruga", en "Más de Uno", el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.