De Isabel II a Carlos III, pasando por el ex de Miguel Bosé y Josep Cuní
Isabel II, Josep Cuní, Tina Modotti y Nacho Palau; la autora comenta lo más destacado de la semana a través de sus protagonistas.
La reina Isabel II
Ha sido la reina más longeva del mundo y su reinado podría compararse con el de algunos reyes bíblicos que de puro viejos no tenían edad.
A Felipe de Edimburgo su esposa le ha sobrevivido menos de un año. Los dos combatieron el Covid a la vez (cada uno en su habitación, como era su costumbre) y los dos caminaron juntos hacia la muerte. Ella con pasitos cortos y la cabeza inclinada, mirando al suelo para asegurarse la pisada. Él, envuelto en un “manferlán” verde, como hubiera dicho Fraga hablando en clásico.
Felipe siempre iba unos metros por detrás de la Reina en señal de respeto. Ella murmuraba algo sin volver la cabeza; algo como “hermoso día, Felipe”. Felipe no respondía, pero clavaba sus ojos en el caballo pelirrojo que tantas veces había cabalgado su esposa. “Hermoso caballo, Elisabeth”.
En el año de la primera pandemia, Felipe y Elisabeth protagonizaron una serie de televisión que vio todo el mundo. Elisabeth era la Reina y Felipe era Mountbatten, un pariente al que conocimos en The Crown.
El día que los Windsor celebraron los funerales de Felipe de Edimburgo, todos los invitados iban de verde, desde la Reina viuda a nuestra Letizia. Y quién sabe si también el ilustre muerto.
Ahora le toca el turno al príncipe Carlos, que reinará con el nombre de Carlos III.
Josep Cuní
Pienso que los periodistas estamos hechos de la misma pasta de los políticos, pues nos pasamos la vida de redacción en redacción. Algunos sueñan con dirigir un periódico, que está muy bien, aunque estaría mejor dirigir un imperio periodístico y ser un Hearst o un Murdoch, incluso un Polanco o un “Cebrianín”.
La vida laboral de los periodistas está llena de incógnitas. Al contrario de los conserjes o los secretarios de juzgados, que sueñan con jubilarse pronto, los periodistas sueñan con no jubilarse nunca.
Antes, los dueños de las empresas (y no solamente periodísticas) premiaban la fidelidad de sus empleados con una cena multitudinaria y una placa donde se hacía constar la lealtad del empleado.
Pero eso era antes, ya digo. Ahora, la valía laboral de un trabajador no se mide en el tiempo que aguanta trabajando sino en el tiempo que tarda en cambiar de empresa.
Un ejemplo interesante es el de Josep Cuní, destacado periodista de la radiotelevisión catalana cuya naturaleza es incombustible. Se estrenó en Radio Juventud, siguió en Radio Tarrasa, Radio Barcelona (SER), y Catalunya Radio, para luego largarse a EEUU, donde no se cansó de dar tumbos.
Deseoso de regresar a casa, fichó por “com Radio” y a continuación, por Onda catalana. El ciclo lo cerró en el grupo Godó (concretamente en 8TV), donde cosechó sus triunfos a costa de la DUI (Declaración unilateral de independencia), el referéndum del 1-O y “les nits de llampecs”. Metáfora: dícese de las noches violentas en las que en fuego bajaba por Vía Laietana mientras Cuixart & Sánchez arengaban a las masas subidos en el capó de un coche.
Ahora, RNE le ha contratado como director y presentador del informativo “24 horas”. Cuní estaba feliz como una perdiz, pero cuando corrió la voz de su felicidad, los profesionales del Ente empezaron a fumar en pipa y en ello siguen.
Consciente de la situación, el catalán se ha mostrado dispuesto a templar gaitas y les ha tendido la mano a los colegas.
No es la primera vez que un periodista es noticia entre las noticias. Ahí están dando los que se llaman Arcadi Espada, Pedro J. Ramirez, Carlos Alsina, Julia Otero, Raúl del Pozo, Ferreras, etc.
Tina Modotti
La vi por primera vez en Loewe, colgada en las paredes de la tienda de Serrano, y he vuelto a verla hace unos días en el museo Cerralbo de Madrid, donde sus fotos en miniatura la han convertido en reina de los retratos.
Muchos no lo saben, pero Tina Modotti es una figura legendaria. La primera vez que vino a Madrid, de la mano de Photo-España, ya había muerto. La fulminó un infarto a bordo de un taxi en Ciudad de México. Unos le atribuían participación en el asesinato de Julio Antonio Mella, secretario general del Partido Comunista Cubano, que con Modotti, había acudido a una manifestación a favor de Sacco y Vanzetti.
La muerte de Mella levantó una oleada de rumores implicando a Tina, que finalmente huyó a España, sobresaltada entonces por la guerra civil. La acompañaba Vittorio Vidali, un peligroso estalinista que se había convertido en pareja de Tina desde el asesinato de Mella.
El activismo político de la italiana era inagotable, pero no se rendía nunca. Tampoco quedaba atrás su actividad emocional, potenciada por los hombres que encontraba en el camino. Uno de sus amores más intensos fue el fotógrafo Edward Weston, al que conoció en Estados Unidos y le contagió su pasión por la fotografía y la revolución.
Modotti era una obrera textil que había huido de Italia para buscar cobijo en San Francisco, donde vivían algunos familiares desperdigados.
Sus primeros trabajos se los proporcionó el cine mudo, y luego el fotógrafo Weston, para el que posó con su magnífica desnudez. Entre actores y mariachis Tina eligió a uno que había nacido aristócrata y se murió de tos.
A Tina todavía le quedaba mucho por vivir. En México DF alternó con sus amigos muralistas. Su amiga Frida la puso en el camino del amor y Diego Rivera en el de la política.
Comunista hasta el final. Pablo Neruda se encargó del epitafio.
Nacho Palau
Cuando conocí a Nacho Palau no tenía ni idea de su nombre y tampoco sabía adónde iba y de donde venía. Estábamos en un almuerzo con amigos comunes, y hasta que no llegamos a los postres mi compañera de mesa no me comunicó que su pareja (en aquel momento, ya expareja) era Miguel Bosé, que vivía en Panamá y tenía cuatro hijos en común con el cantante.
Yo desconocía que Nacho Palau y Miguel Bosé andaban en trámites de divorcio y de reparto de hijos. Debo reconocer que no era yo sola la ignorante. Todo el país estaba “in albis”. En un segundo encuentro, el novio de Bosé me confesó que era escultor y trabajaba en un taller de las afueras de Madrid. Luego dejé de verlo y cuando me actualicé, Bosé vivía en México y ya él había producido el reparto de niños. Palau, que andaba muy apurado económicamente, había dejado el taller de escultura y trabajaba en una fábrica de embutidos.
No volví a verlo hasta que fichó por Supervivientes y se fue a Honduras. Nacho tuvo la suerte de llegar a la final del concurso, pero no superó la prueba de apnea y palmó. No resistió ni medio minuto bajo el agua. Sus pulmones no resistieron.
Cuando los concursantes regresaron a Madrid, Palau fue ingresado en Valencia. El diagnóstico se hizo público. Sufría cáncer de pulmón. Ahora se explica todo.
Salud para Nacho.