1. "Si es demasiado perfecto, es probable que sea mentira" es una verdad periodística perfectamente aplicable a esas anécdotas políticas de cuya veracidad no ha quedado prueba documental alguna. Siempre queda la certeza, eso sí, de que si no fue el político el ingenioso sí lo fue, desde luego, el que se inventó la anécdota que se atribuye a ese político.
Es el caso de la historia atribuida a cierto diputado español republicano cuyos electores le reprocharon que no hablara jamás en el Parlamento. "Le hemos votado precisamente para que intervenga", le dijeron esos electores. "¿Cómo que no intervengo?", respondió él. "Miren lo que pone en el libro de sesiones: 'Rumores, gritos, pataleos, silbidos…'. Ahí estoy yo".
Demasiado ingenioso para ser cierto. Pero dejemos la puerta abierta a la posibilidad de que ese diputado haya existido alguna vez en la realidad. Si es así, que lo nombren Santo Patrón de los Diputados. Se lo merece más que nadie.
2. Que José Manuel García-Margallo no tenía la más mínima posibilidad en las primarias del PP frente a Soraya Sáenz de Santamaría, Pablo Casado y Dolores de Cospedal era una obviedad. Además, no hay asesor de comunicación sobre la faz del planeta capaz de disimular el desastre sin paliativos que supone haber recibido únicamente 680 votos de un total de poco más de 58.000. Pero el exministro de Asuntos Exteriores tuvo la salida más ingeniosa de la noche cuando apareció frente a los medios para reconocer su derrota y decir esto: "Quiero dar las gracias a los militantes que me han votado. Son tan pocos que podré hacerlo personalmente".
3. La Biblia del anecdotario parlamentario español es el libro Las anécdotas del Parlamento. Se abre la sesión, de Luis Carandell. Es ahí donde aparecen la mayoría de anécdotas que corren a día de hoy por internet, incluida la más famosa de todas ellas, el famoso "no es lo mismo estar dormido que estar durmiendo" de Sagasta que luego remató Camilo José Cela con su mítico y mil veces repetido "no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo".
4. Es en ese libro de Carandell donde aparece una de mis anécdotas preferidas. Ocurrió durante una sesión del Parlamento de la República. El diputado democristiano Ángel Ossorio y Gallardo se quejaba amargamente de las enormes desgracias que azotaban a la patria española cuando pensó que sería buena idea rematar su discurso tremendista con un sentido "¿¿¿Y qué será de nuestros hijos???". Desde el fondo del Parlamento, una voz le contestó: "Al suyo le hemos hecho subsecretario".
5. La anécdota de Ossorio y Gallardo ha tenido su remake involuntario gracias a una de las nuevas y flamantes consejeras de RTVE española. Esa Cristina Fallarás que se quejaba amargamente durante una charla de la época en la que "no podía alimentar a sus hijos" pero que reconocía, apenas unos segundos después, que lo que más había echado de menos tras su desahucio y su "entrada en la pobreza radical" era su crema hidratante.
Sí, lo de Fallarás es humor involuntario. Pero humor al fin y al cabo.
6. Ángel Ossorio y Gallardo parece haber sido la principal influencia del discurso político de Podemos, una pesadilla barroca de tremendismos, desesperanzas y malos augurios que parece haber sido diseñada por un grupo de politólogos tras una indigestión por sobredosis de garbanzos negros: pobreza infantil, miseria obrera, exilio de los jóvenes, cultura de la violación, franquismo sociológico…
No es el sentido del humor, en definitiva, la principal característica de la estrategia política de Podemos. Pero hasta un reloj parado acierta la hora dos veces al día, y Podemos acertó con ese vídeo promocional del programa Salvados en el que Iglesias y Errejón se reían de su omnipresencia en los programas de La Sexta.
7. Mariano Rajoy ha dejado muchas dudas tras su marcha. La principal de ellas, la motivación última de su desprecio por la iniciativa política, que es lo mismo que decir por la política. Nadie duda, sin embargo, que Mariano Rajoy era un excelente orador con un fino sentido de la ironía. Esto es, cuando andaba despierto.
De sus muchas salidas ingeniosas me quedo con la que le atizó en el Congreso de los Diputados a Pedro Sánchez, en agosto de 2016, cuando este andaba instalado en aquel machacón "no es no" que tanto daño hizo al PSOE: "No abuse, señor Sánchez. Me ha dicho que no y es suficiente. No hace falta que me lo argumente. He entendido todas las partes del no".
8. Inés Arrimadas lo tiene fácil. Frente a ella se encuentran tres partidos separatistas instalados en el delirio y para los que Cataluña es una república independiente oprimida por una potencia extranjera. Inmejorable materia para la sátira política, como se puede observar.
Para los anales, aquella ocasión en la que Marta Rovira, de ERC y ahora fugada de la Justicia, le afeó a Inés Arrimadas -que acababa de ganar las elecciones autonómicas catalanas- que hablara "como si hubiera ganado las elecciones". La frase de Arrimadas "es que eso [la negación de la realidad de Marta Rovira] ya no es un tema político, es de otro ámbito" quedará para la posteridad en el diario de sesiones del Parlamento autonómico catalán. No hay manera más elegante de mandar al contrincante al psiquiatra para que le ajuste las tuercas que le bailan.
9. No es fácil ser Rey en España. Felipe VI no lo tiene fácil, con los populismos nacionalistas y de izquierdas abogando por una república en el mismo instante en que ocupa el Gobierno el presidente con los apoyos más endebles en cuarenta años de democracia.
Pero tampoco lo tuvo fácil Fernando VII, del que se cuenta que se le erizaron todos los pelos de la cabeza cuando Francisco Martínez de la Rosa le habló de su proyecto de crear un Parlamento de dos Cámaras: "¿¿¿DOS??? ¡¡¡Pero si no puedo con una!!!" dicen que contestó.
10. Pero para maravilloso, el exabrupto atribuido al presidente del Poder Ejecutivo durante la Primera República, Estanislao Figueras: "Ya estoy hasta los cojones de todos nosotros". Sincera confesión que recuerda al viejo chiste de Chumy Chúmez en la portada del Hermano Lobo de 2 de agosto de 1975: "¡O nosotros o el caos!". "¡¡El caos, el caos!!". "Es igual, también somos nosotros".
11. A Francisco Cambó se le atribuye esta respuesta a Santiago Alba: "El señor Alba se empeña en que seamos separatistas. ¡No logrará su intento! ¡Le hemos cogido gusto a la política general!". Nótese la diferencia con los líderes actuales del catalanismo, esos que han perdido el gusto por la política general, es decir la nacional, en beneficio de la regional.
12. La penúltima de las anécdotas de esta lista hay que atribuírsela a Fernando Álvarez de Miranda, el primer presidente del Congreso de los Diputados tras la promulgación de la Constitución del 78. Cuentan los diarios de sesiones que durante un debate parlamentario, el diputado catalanista Ramón Trías Fargas, que tenía en ese momento el turno de palabra, le pidió un poco más de tiempo para desarrollar su exposición.
Trías Fargas: Déjeme el señor presidente tres minutos más, pues estas cosas no se han podido decir durante cuarenta años.
Álvarez de Miranda: Si todos los que no han podido hablar durante cuarenta años lo hicieran durante tres minutos, no terminaríamos nunca.
13. "Ole sus cojones. Yo le voto". Vale la pena dedicarle cuatro minutos a la historia, explicada por Julio Anguita durante una asamblea local de IU, de cómo el más fiero de los ultraderechistas de Córdoba acabó prometiéndole el voto al más fiero de los comunistas de la ciudad. La política ya no se hace así. Por suerte o por desgracia: eso lo deciden ustedes.