La continuidad de Reyes Maroto en su cargo de ministra de Industria mientras hace campaña para la alcaldía de Madrid despierta dudas sobre la posibilidad de conciliar ambas ocupaciones. En Ucrania, Zelenski visita la ciudad liberada de Jersón cuando la victoria de sus tropas ya no parece una quimera. Y de vuelta en España, el paro de los transportistas fracasa en su primera jornada: un respiro para la mermada economía nacional.
Reyes Maroto, ministra y candidata
Después de haber alimentado la incógnita durante semanas, el PSOE finalmente ha hecho oficial el nombre de su candidata a la alcaldía de Madrid. No puede decirse que la presentación de Reyes Maroto haya caído por sorpresa, pues era la opción que más venía sonando en las quinielas.
La que fuera número dos de Ángel Gabilondo en 2019 aspira a revertir el pésimo desempeño del PSM en la capital, que no ha tenido un alcalde socialista desde 1989. Ningún primer espada del PSOE parecía dispuesto a ir a morir a Madrid, y por eso se han ido descartando otras apuestas ministeriales, como Fernando Grande-Marlaska o Félix Bolaños.
La favorita, que se presentará a un simulacro de primarias, lo tendrá difícil para batir a un José Luis Martínez Almeida a quien los sondeos vaticinan un resultado cercano a la mayoría absoluta en el Ayuntamiento.
Pero lo más cuestionable de la designación de la actual ministra de Industria es que no abandonará sus responsabilidades en el Gobierno hasta abril. Es decir, Maroto va a seguir sirviéndose de la estructura y los recursos mediáticos del Ejecutivo para hacer campaña. Algo que se explicaría por su bajo nivel de conocimiento entre la población. El videoanuncio de su candidatura, no en vano, comienza con el mensaje "¿quién es Reyes?".
Lógicamente, buscará sacar rédito electoral de algunos de sus nada desdeñables logros al frente del ministerio, como su mediación en el acuerdo entre los inversores de Siro y el comité de empresa para garantizar la viabilidad de sus plantas en Castilla y León. O su impulso para que Volkswagen aceptara el PERTE y siguiera adelante con la factoría de baterías en Sagunto. Otro de sus triunfos es la reciente inversión de la naviera Maersk de 10.000 millones para crear un 'hub' mundial de combustible verde.
Pero precisamente porque en los próximos meses va a ser necesario volcarse en ganar inversiones para toda España, no se entiende que la encargada de gestionar algunos PERTE se dedique al mismo tiempo a intentar ser alcaldesa. Y más cuando se da por hecho que unz segundz ministrz optará a otra alcaldía, con Carolina Darias postulándose al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
Hay que recordar que Miguel Arias Cañete, por ejemplo, sólo tardó 21 días en abandonar su cargo de ministro de Agricultura después de ser elegido cabeza de lista para el Parlamento Europeo. O que Jaime Mayor Oreja dejó el Ministerio del Interior cuando fue designado candidato a lehendakari.
La victoria definitiva de Ucrania es posible
Si bien es esperable que, con la llegada de las semanas más frías, el conflicto registre pocos avances en Ucrania, se han ido abriendo algunas puertas a la esperanza en los últimos días: la resistencia sigue recuperando territorios y la victoria definitiva no es una quimera. Vladímir Putin quiso restar importancia a la pérdida de Jersón, una de las cuatro regiones ucranianas en las que celebró referendos trampeados y en las que aseguró que el apoyo a la anexión era masivo. Pero la verdad siempre sale a flote. A la humillación de la derrota, se une la bienvenida como héroes de los libertadores y una visita de Volodímir Zelenski que escenifica la debilidad rusa.
La determinación del presidente ucraniano es admirable. “Estamos listos para la paz en todo nuestro país”, proclamó en la capital recuperada, apelando tanto a Zaporiyia, Lugansk y Donetsk como a Crimea, anexionada ilegalmente por Rusia en 2014. Ucrania está demostrando que la ayuda militar, económica y material de Occidente no cae en saco roto. Que sirve para la liberación de cientos de miles de ciudadanos y la defensa de una causa justa.
El apoyo no puede menguar. Reuniones como la del director de la CIA con un enviado del Kremlin en Turquía son importantes para que Putin reciba un mensaje nítido. Si decide compensar su incapacidad sobre el terreno con armamento nuclear, la respuesta será devastadora. Incluso para él. Tampoco parece que China, después del encuentro entre Joe Biden y Xi Jinping en Indonesia, quiera ir mucho más lejos en su apoyo. Prefiere medir sus pasos y evitar una escalada incontrolable. Sin lanzar las campanas al vuelo, son buenas noticias.
El paro pincha, la economía respira
A pesar de la razonable preocupación por el paro de los transportistas, promovida por la Plataforma en Defensa del Transporte, la primera jornada ha concluido con un seguimiento muy pobre. Ninguna de las grandes patronales del país la ha secundado y, según la Delegación de Gobierno, sólo ha congregado a 8.000 manifestantes en Madrid. La cifra queda muy lejos del propósito de los organizadores y, por supuesto, está lejos de cumplir con su amenaza: un coste de 600 millones de euros diarios para España.
Es cierto que las reclamaciones de los manifestantes son comprensibles. Los cierres de empresas en el sector son constantes y el precio del combustible está disparando los costes. Pero la aspiración de provocar un daño tan profundo a los bolsillos de los españoles bloqueando la cadena de distribución, cuando llegan las compras navideñas y jornadas tan decisivas para decenas de miles de familias como el Black Friday, es injustificable.
Se puede buscar soluciones sin recurrir a malas prácticas, y sin causar un grave perjuicio al resto de trabajadores en un contexto económico adverso, con España a las puertas de la recesión.
*** El Merodeador es el seudónimo colectivo de la sección de Opinión de EL ESPAÑOL integrada por Cristian Campos, Jorge Raya Pons y Víctor Núñez.