El resultado de la encuesta que publica hoy EL ESPAÑOL es inequívoco. El 67,9% de los españoles está de acuerdo en cerrar perimetralmente todas las comunidades autónomas españolas durante las vacaciones de Semana Santa.
El consenso es transversal. Los más partidarios de un cierre perimetral son los votantes de PSOE (86,4%) y Podemos (79,2%). Los votantes de PP y Ciudadanos, con un 61,7% y un 64,4%, se sitúan en un segundo nivel. Pero incluso los de Vox, los menos favorables al cierre, votan en un 54,6% a favor de este.
Si algo parece demostrar la encuesta es que los ciudadanos españoles están hartos de la epidemia y que prefieren sacrificar las vacaciones de Semana Santa a correr el riesgo de generar una cuarta ola, o incluso una quinta, que arruine también el verano.
Como ya hemos señalado en otros editoriales de EL ESPAÑOL, todos los debates generados en torno a los cierres perimetrales y las medidas restrictivas en tal o cual comunidad tienen un solo motivo: la lentitud en la vacunación.
Un retraso en la vacunación que no es achacable tanto a las administraciones españolas como a los problemas en la compra y la distribución de las vacunas. Problemas generados en buena parte por la especialmente infructuosa estrategia negociadora de la UE con las farmacéuticas que producen esas vacunas.
Pero retraso al fin y al cabo. Hoy, sólo el 7,26% de los españoles ha sido vacunado y el objetivo de un 70% de la población vacunado en verano parece todavía lejano.
El momento crítico será, en cualquier caso, en mayo y abril, cuando millones de vacunas lleguen a España y el proceso de vacunación adopte (es de esperar) velocidad de crucero.
Fitur y el Mobile
Las informaciones de que tanto Fitur como el Mobile World Congress pretenden celebrar como si nada hubiera ocurrido sus certámenes de este año añaden nuevas incertidumbres a una situación delicada.
Ifema pretende reanudar su actividad habitual el 22 de marzo. Fitur tendrá lugar entre el 19 y el 23 de mayo. El Mobile World Congress se celebrará un mes más tarde, entre el 28 de junio y el 1 de julio. Ambas ferias han anunciado estrictos protocolos Covid y la realización de tests de antígenos para quien no cuente con la prueba.
Pero las cifras de asistencia que se prevén en ambos eventos (70.000 asistentes en el caso de Fitur, 100.000 en el del Mobile) y el anuncio de que Ericsson, una de las marcas más importantes del sector de las telecomunicaciones, ha cancelado su participación en el segundo, invita a pensar que quizá sus organizadores deberían haber pecado de prudencia más que de arrojo.
Equilibrio razonable
EL ESPAÑOL siempre ha defendido un equilibrio razonable entre las medidas destinadas a impedir la expansión de la epidemia y las destinadas a evitar la quiebra de miles de autónomos y de pequeñas y medianas empresas, especialmente en el sector de la hostelería y la restauración. Quiebras que acabarían provocando un mal mayor del que se pretende evitar en un primer momento.
Pero el anuncio de que algunos hospitales italianos se han saturado este mes de marzo (en Brescia, el nivel de ocupación ha alcanzado el 90%) por la agresividad de la nueva variante británica de la Covid, altamente contagiosa, sugiere que el virus todavía no ha dicho su última palabra y que el peligro de nuevos rebrotes sigue siendo muy alto.
En España, de momento, las cifras de contagio se sitúan en niveles del 12 de agosto de 2020. La incidencia acumulada por 100.000 habitantes en 14 días ha caído 3,2 puntos, hasta los 139 casos. Una cifra esperanzadora, pero todavía lejana a los 50 contagios por 100.000 habitantes que han establecido como objetivo las autoridades sanitarias.
Pocos responsables políticos y profesionales de la Sanidad creen que la tercera ola vaya a ser la última que vean los españoles. Algunos ya hablan de una cuarta ola, en ciclos de ocho semanas.
Es cierto que los cierres perimetrales que pueden resultar beneficiosos en el caso de comunidades escasamente pobladas, como las dos Castillas, con una densidad de 25 habitantes por km2, podrían resultar contraproducentes en el de comunidades como la de Madrid, con una densidad de 844.
Pero también lo es que no puede justificarse el rechazo del cierre perimetral con el argumento de que es mejor desperdigar a la población (y equilibrar así la densidad de las comunidades más y menos pobladas) que concentrarla en periodo vacacional.
Finalmente, en cualquier caso, Madrid acatará las normas de Sanidad, aunque Isabel Díaz Ayuso las haya calificado de "abuso de poder".
Italia ha sido nuestro país-espejo durante la pandemia de Covid-19. Es una evidencia que todo lo que ha ocurrido allí ha acabado replicándose unas pocas semanas después en España. Si la macabra inercia continúa repitiéndose, España podría estar a las puertas de un nuevo rebrote. Conviene tenerlo en cuenta.