Libros envueltos por una cinta con la bandera catalana.

Libros envueltos por una cinta con la bandera catalana.

LA TRIBUNA

La rebelión contra el catalán

La aspiración nacionalista de lograr una comunidad monolingüe ignora que la exclusión del castellano no es posible, ya que todos los hablantes de catalán son bilingües y la cultura catalano-española, indivisible.

10 mayo, 2022 03:46

Toda lengua, dialecto, variedad o habla merece un especial respeto. La lengua asturiana también, y la aranesa, y el gascón, y el casubio y el corso, evidentemente, y las otras siete mil que hormiguean por el mundo. Incluso las moribundas deben recibir una atención específica que proteja los intereses de sus hablantes, aunque sólo sean unos cuantos.

Primera página del manuscrito de 'Tirant lo Blanc',  de Joanot Martorell (1490).

Primera página del manuscrito de 'Tirant lo Blanc', de Joanot Martorell (1490). Universidad de Valencia

La lengua catalana no pertenece a ese grupo que necesita vigilancia intensiva y cuidados exclusivos porque figura, por méritos propios, entre las principales de la humanidad. La sustentan dos robustas columnas: el número de hablantes y la fuerza de su literatura.

En mi Diccionario Espasa de las lenguas del mundo clasifiqué los idiomas, en la medida de lo posible, por número de hablantes. Y el catalán-valenciano ocupaba la posición sexagésimo segunda. Un puesto cuantitativamente importante.

En valenciano-catalán se han escrito, para los anales de la humanidad, grandes obras literarias que bien pueden ocupar, y ocupan, las estanterías de las bibliotecas del mundo, las públicas y las privadas. Cervantes elogió Tirant lo Blanc de Joanot Martorell, al que comparó con una mina de oro: "Te prometo, amigo mío, que este es el mejor libro de su clase en el mundo".

De la universalidad de la obra dan cuenta las numerosas traducciones, entre ellas al alemán, francés, inglés, español, danés, chino, italiano, neerlandés, sueco, finés, polaco, rumano, ruso, japonés, tagalo, serbio y también al asturiano.

En fin, un clásico universal. Un privilegio reservado a muy pocas lenguas.

"El uso partidista de una lengua es una mezquina interpretación del programa separatista que convierte en enemigo de la lengua a todo aquel que se ve obligado a estudiarla"

Tenemos sin embargo la obligación de considerar que no hay lenguas mejores que otras de la misma manera que la igualdad debe inspirarnos en el miramiento a las personas. La lengua de uno, la propia, es la más importante.

Pero con frecuencia las lenguas no viven solas, sino en convivencia, emparejadas.

Grupos de hablantes que tienen como materna una que no coincide con la territorial pueden perderla en el cambio generacional.

Es el caso de los rumanos instalados en España que pasan del monolingüismo en rumano con el que llegan a un bilingüismo rumano-español en el que la lengua materna es la principal. En la generación siguiente ya no son bilingües, sino ambilingües, porque usan rumano y español con la misma destreza. Y en un par de generaciones bien pueden transmitir sólo el español, que es la lengua útil, y olvidar la de sus antepasados.

En territorios de convivencia de dos lenguas o ambilingües la situación no es la misma.

Los hablantes mantienen ambas a lo largo de sus vidas. El único contratiempo con el que cuenta la lengua catalana y que podría comprometer su futuro es la ausencia de hablantes monolingües. Al nacionalismo le encantaría que los hubiera. Por eso apunta la escopeta a quien critica las políticas lingüísticas.

El nacionalismo no ignora que la desaparición del español de su feudo potenciaría el uso exclusivo del catalán en busca de generaciones de identidad propia monolingüe.

Pero el nacionalismo sí ignora que el uso partidista de una lengua es una mezquina interpretación del programa separatista con el que se obtiene el efecto contrario y que convierte en enemigo de la lengua a todo aquel que se ve obligado a estudiarla.

"La cultura catalano-española es indivisible, y provoca un rechazo visceral la obligación de hablar en una lengua que no es la que uno lleva en las entrañas"

Se frustra así el huraño objetivo de silenciar al castellano y se obtiene el efecto contrario, pues la realidad es que el castellano se habla cada vez más en los núcleos urbanos. Y no tanto por la rebeldía de los castellanohablantes monolingües, sino también por una tendencia natural al entendimiento que aconseja aprender castellano a los inmigrantes que se integran, en contra de la voluntad de la Generalitat, que preferiría adherirlos con fidelidad al catalán.

Podemos comprobar cómo las familias que se instalaron hace años o recientemente en Cataluña muestran más o menos destreza en catalán, pero hablan un castellano perfecto. Y lo hablan tan bien por una razón muy fácil de entender: que no existen hablantes monolingües de catalán. Podríamos añadir que tampoco hay monolingües de vasco, ni de bretón, ni de galés, ni de tártaro, ni de siciliano... y así hasta una extensa lista que supera las cuarenta lenguas europeas.

No me atrevería a decir, sin embargo, que el programa de inmersión del separatismo haya fracasado. La población menor de cincuenta años tiene conocimientos más o menos vivos de catalán, y sabe hablar y escribir de manera más o menos correcta, y eso, no lo dudemos, es un bien. Otra cosa es que lo necesiten para algo distinto a los esporádicos mensajes administrativos. Parecería por el modo de hacer que el objetivo era exiliar al castellano, pero eso ni está ocurriendo ni parece que pueda ocurrir. El fracaso es evidente.

No se puede ir contracorriente porque la cultura catalano-española es indivisible y porque provoca un rechazo visceral la obligación de hablar en una lengua que no es la que uno lleva en las entrañas. El ambilingüismo o uso de las dos lenguas se ha generalizado. Pero a los idiomas hay que amarlos para hablarlos y, puestos a elegir, los hablantes machacados por la enseñanza obligatoria en catalán sienten un visceral rechazo a todo aquello que le impusieron sin piedad.

*** Rafael del Moral es sociolingüista y autor del Diccionario Espasa de las lenguas del mundoBreve historia de las lenguasHistoria de las lenguas hispánicas y Las batallas de la eñe.

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