Enrique Ponce es un niño que ha crecido dentro de un traje de luces, un hombre enganchado a la seda. Se ha estirado bajo el peso del oro. Nació en Chiva (Valencia, 1971) y ha pasado las últimas tres décadas obsesionado con un animal: es una biblioteca de toros, terrenos, miradas y expresiones, una escuela taurina que respira. Mira al tiempo un escalón por encima del resto, asomado a esa bruma.
Es célebre su cintura, el muletazo florido y el firewall de sus pasos. La torería de siempre perfumada. La delgadez de la adolescencia. Ha gastado el país en el verano continuo del toreo.
Ídolo en México, su trayectoria no tiene horizonte, el jefe de este siglo. Vive con dos esportones: las orejas que ha cortado y el almacén de las que pinchó. Ponce es la España frente a José Tomás, una respuesta a Joselito. El último matador indestructible, empuja la retirada huyendo hacia la perfección.
El pasado viernes, 15 años después, reconquistó Madrid. “Es maravilloso”, dice a EL ESPAÑOL. “La comunión con la afición de Las Ventas es algo espectacular”. Costó llegar a eso, inflamada la ausencia de un lustro. Mide la distancia a la cámara, el tiempo exacto de su sonrisa. Suele hablar sólo de toros. “Es que es lo más bonito del mundo”, interrumpe su suegro, Victoriano Valencia, mientras golpea una mesa: hablar de todo es hablar de toros. A Ponce la nariz se le desliza en la cara, un tobogán de piel. Ni una arruga en la chaqueta. Los pantalones exactos. Moreno de tentadero, las venas rompen la piel de las manos, con 28 años de alternativa ha conseguido la victoria definitiva: todavía lo esperan.
El terrorismo ha golpeado en apenas unos días las calles de Londres y Manchester. ¿Estos atentados le dejan la sensación de que le puede suceder a cualquiera?
Estamos viviendo una época de terrorismo realmente dramática. Muy, muy difícil. Nosotros, en España, lo hemos vivido muchos años con ETA, como todos sabemos, y hemos sentido el horror del terrorismo. También hemos sufrido el yihadismo.
El terrorismo yihadista que estamos viviendo en estos momentos es una modalidad terrible: le puede pasar a cualquiera como dices. Llegar y acuchillar a la gente [resopla] sin saber quiénes son, matando por matar... O entrar con un camión y atropellar a todas las personas que se pongan por delante, niños, mujeres, hombres, mayores. A discreción. Cualquiera puede estar ahí con mala fortuna. Y puede que te te toque estar donde no debes estar en ese momento.
¿Hay que acostumbrarse a vivir con miedo?
Sí, desgraciadamente hay que acostumbrarse a vivir con ello. Porque no nos queda otra. Se están poniendo los medios para vivir con el menor miedo posible. A los hechos me remito. Pero es algo incontrolable. No es fácil. Los terroristas no tienen miedo a morir. Al contrario: para ellos es un acto de heroicidad hacerlo de esa manera. Así se complica mucho más el problema.
Hay quien ve en los asesinatos machistas otra forma de terrorismo. ¿La solución a la violencia de género está en la educación?
Eso es un tema muy complejo... La educación de un niño puede ser clave. Te lo digo porque en mi casa siempre me han enseñado que a la mujer se le respeta. Recuerdo mi experiencia en el colegio. Estuve en un colegio mixto. Había como una consigna: a las niñas no se les pegaba nunca. Era parte de la educación que recibía. Lo he sentido siempre y así lo sigo sintiendo.
La educación, como digo, puede ayudar. Luego hay casos de violencia de género en los que la demencia está presente. A una persona se le puede ir la cabeza en cualquier momento. De todas formas hay que poner las bases desde el principio.
Da vergüenza cada vez que se conoce un nuevo caso.
Totalmente. Como hombre da vergüenza. Es que es algo que no entra en mi forma de pensar ni de ser. ¡Matar a una mujer! En mi vida le he levantado la mano ni a una niña ni a una mujer.
El machismo está presente en muchos ámbitos. Desde fuera, el toreo se ve todavía así. Parece que lo que ocurre en el ruedo es sólo para hombres.
No creo que haya machismo en el toreo, la verdad. Ha habido una evolución de unos años para acá, para mejor, por supuesto. Cómo se trataba a las mujeres antes, en el siglo pasado. A esa evolución me refiero. En el toreo no hay ningún machismo. Sí lo ha podido haber en otras épocas. Porque era así en general. No sólo era machista el toreo, también la sociedad. En el ruedo, en una plaza de toros, está reflejado todo lo que se vive en la sociedad.
Yo no digo que esta sea una profesión para hombres, pero sí es verdad, y la historia lo dice, que tampoco es una profesión en la que las mujeres han tenido una parte importante como toreras. Eso no es ser machista. Es una realidad. Como si hablamos de que el mundo de la Fórmula 1 es machista porque no corren mujeres. Son actividades en las que las mujeres no están tan presentes. A lo mejor es más difícil para ellas. Hay excepciones, desde luego. Por ejemplo Carmen Jordá, que está de piloto o pilota, como se tenga que decir, de pruebas en una escudería. En el toreo lo mismo. No entiendo el toreo sin la mujer. Una plaza de toros sin la mujer, sin la presencia de la mujer en los tendidos, no sería igual, porque es parte fundamental de la inspiración del torero.
¿Hace falta una mujer figura del toreo?
Eso sería muy bonito.
Si una mujer saliera con condiciones suficientes, no digo sobresalientes, sino suficientes para torear, no me cabe la menor duda: iba a torear
Lo digo porque siempre se ha visto a la mujer en los toros como la madre que sufre o la mujer que espera.
Pues sí, sería bonito una mujer figura del toreo. Ya ha habido un caso de mujer torera muy importante como Cristina Sánchez. Lo que ha sido Cristina Sánchez, que ha conseguido algo que no ha hecho ninguna mujer. De todas formas el toro no pregunta ni sexo ni pide el carnet de identidad. No pregunta. El que sea capaz de ponerse delante de él y crear una obra de arte, que lo haga. Hay que tener capacidad.
Si una mujer saliera con condiciones suficientes, no digo sobresalientes, sino suficientes para torear, no me cabe la menor duda: iba a torear, entre otras cosas, porque no hay ninguna mujer arreando. Las hay que están toreando, lo intentan. Si tuvieran la suerte de tirar para delante y triunfar estoy seguro de que torearían. Porque es una excepción. Definitivamente creo que no hay machismo en el mundo del toro. Creo que la mujer está totalmente integrada.
Podemos Madrid ha lanzado una campaña contra el manspreading en el transporte público, contra el despatarre de piernas de los hombres en el metro.
Estás de cachondeo. ¿Es en serio?
Sí, sí.
Vamos a cruzar las piernas como estoy yo ahora. Si eso es lo más importante que ellos ven en el país... Me quedo sin palabras. Si te pones ahí todo repantingao... Son cosas que parecen más de chiste. Cuando lo hacen será porque de verdad no caben en el metro.
¿Ha seguido las primarias del PSOE?
Políticamente ando regular. Bastante regular. No me identifico mucho con la política en general.
Algo habrá escuchado. ¿Qué supone la vuelta de Pedro Sánchez al PSOE?
No me gusta la política porque muchas veces se nos ha usado a los aficionados como arma arrojadiza. Se nos ha usado políticamente. No lo sé, no lo sé. Pedro Sánchez ha sido votado por los militantes, ¿no? Tendrán sus motivos para hacerlo. No es algo que me preocupe en exceso.
Con todo el partido en contra, Pedro Sánchez ha vuelto. ¿Se ha enfrentado a su Lironcito [El toro Lironcito, de Valdefresno, exigente y complicado, con el que se jugó la vida en Madrid en el año 96]?
Sí, y chocó [sonríe]. Creo que las encuestas no lo veían tan claro. Sobre todo después de cómo salió la cosa. Se enfrentó a un Lironcito y salió por la puerta grande. Algo tendrá el agua cuando la bendicen.
¿Por qué hay que mantener la monarquía, qué sentido tiene?
Me siento monárquico. En mi casa lo hemos sentido siempre así. Me siento orgulloso de tener una monarquía que está siempre en su sitio. Tengo que tirar para casa, han sido en general muy aficionados. Doña Mercerdes, el rey Juan Carlos, la infanta Elena... Siempre han sido defensores de la fiesta con su presencia. Muy taurinos. A parte de eso, pienso que es una institución importante que hace bien a España. La monarquía siempre puede aportar más cosas positivas que negativas para España.
¿Mantiene la cercanía con el rey emérito?
Sí.
¿Cómo lo ve después de todo lo que se ha publicado sobre él? Desde esa cercanía, ¿cree que le ha afectado?
Siempre he sido un gran admirador suyo. Le tengo mucho respeto por su imagen y todo lo que representa. Supongo que es como todo. Hay unos a los que caes peor y mejor. Las críticas que pueda tener... Lo importante es lo que ha hecho para España y la categoría y la elegancia. El respeto tan profundo y la entrega que ha sentido por este país. Es lo que queda de don Juan Carlos.
Morante ha dicho que brindará un toro a Trevijano en su próxima actuación en Madrid, en la Corrida de la Cultura. ¿Qué le parece si coincide con el rey en la plaza?
No lo sé, cada uno es libre de brindar un toro a quien quiera. Mi primer brindis es para el rey, siempre ha sido así. Cuando está en una plaza de toros, ya sea en la barrera o en el palco, yo siempre, cuando ha estado, he brindado mi primer toro al rey. El brindis de un toro es muy personal. Es algo muy de emociones y sentimientos. Así lo siento. No brindo nunca un toro por brindar.
¿Qué soluciona la memoria histórica?
Hay cosas más importantes que hacer en este país que cambiar el nombre de las calles o tirar estatuas. No podemos olvidar nuestro pasado. Quizá no les guste a los que en estos momentos tengan el poder, pero lo que no se puede es cambiar la Historia. Te guste o no te guste, está ahí. No hablo de lo que pueda gustar más o menos a un lado político u otro.
Hay que respetar todo lo que nos ha llevado hasta aquí. Los acontecimientos que ocurrieron en determinados momentos hay que respetarlos. También lo que significaron los distintos personajes: eso es la vida y la historia un nuestro país. Hay que respetarlo ante todo. No sólo por un lado. Lo que ocurrió, ocurrió y hay que saber vivir con ello.
El debate de la memoria histórica tiene su centro en el Valle de los Caídos. ¿Debe salir Franco de allí?
Eso es lo mismo, es seguir dando más vueltas a lo mismo. Forma parte de nuestro país, es la Historia. Franco lleva muerto 40 años: qué más da. Él está allí y ya está. Son cosas... Vuelvo a repetirlo. Con las cosas tan importantes que hay que hacer en España por qué empeñarse en todo eso. Para qué hay que empeñarse en si hay que sacar o no a Franco del Valle de los Caídos. No hace falta remover tanto... Ni irse al pasado.
La corrupción ha ocurrido porque tenía que ocurrir. Le va a venir bien a España para el futuro
¿Cómo le afecta la corrupción?
Pienso que la corrupción en general, así como se ha destapado, no se la esperaba nadie. Da igual el partido político... Donde ha habido poder ha habido corrupción. No me gusta, por ejemplo, cuando se habla de corrupción sin respetar la presunción de inocencia. A lo mejor luego no la hay pero es lo que queda. Hay que esperar a que se juzgue. La corrupción es uno de los problemas políticos más importantes que tenemos en España.
¿Se siente decepcionado?
Por supuesto, a nadie le gusta. Como ciudadano, votante, por supuesto. Cómo no. A nadie le gusta que exista. Esa corrupción ha hecho mucho daño políticamente. Pienso que es un problema que está subsanado, la verdad. Pienso que en estos momentos a los políticos ni se les pasa por la cabeza hacer nada. Ha ocurrido porque tenía que ocurrir. Le va a venir bien a España para el futuro.
Otro de los problemas que tensionan España es la independencia de Cataluña. ¿La ve posible?
La verdad es que no. No sé. Me siento muy español y Cataluña forma parte de España. No veo una España sin Cataluña. Es una parte preciosa de nuestro país. No depende de que ellos quieran o no quieran. Depende de que el resto de España acepte que quieran independizarse. Parece que están todo el día hablando de referéndums allí. El catalán podrá decir lo que quiera. Cataluña forma parte de España y la que tiene que decidir sobre si hay independencia o no será España. Digo yo, vamos. No, no. En estos momentos no veo que esto sea algo fácil.
¿La independencia es una excusa?
No lo sé. Lo que sí veo es que es algo que se ha ido amasando desde hace años. No es una cosa que surja ahora. Cuando iba de novillero a torear se hablaba ya mucho de eso. La fiesta de los toros estaba ya un poco tocada. Todo el que se consideraba como catalán nacionalista iba en contra. Siempre he dicho eso, que la fiesta la han usado para su interés político. El tema principal es el nacionalismo, nada más. El objetivo era ir contra todo lo que sea español. El toreo es un símbolo de España y allí se ha macerado un odio a eso, a lo español.
¿Cree entonces que se ha usado la causa animalista para hacer política?
Sí, con el toreo sí. Que se han metido con la fiesta por eso. En Cataluña había la mejor afición de España y en Barcelona dos plazas de primera de temporada. Barcelona era la ciudad donde más toros ha habido. Quieren apartar todo lo que huele a España de allí. Cuando se dieron cuenta de que los toros son el símbolo de España, empezaron a dar caña ellos con eso.
¿Ha cedido el Gobierno de Rajoy a los intereses catalanes?
Habrán hecho lo que hayan podido. No entiendo mucho ese tema. Aquí por pedir todo el mundo pide. El Gobierno en algunos momentos habrá cedido más, en otros menos. Creo que lo que se hace es siempre lo mejor para España. Al menos es lo que me gustaría. Esté quién esté, que no mire por los intereses personales o de su partido. Que mire por lo que es mejor para España.
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