La electrificación está cambiando industrias completas a un ritmo vertiginoso. Más allá del creciente parque móvil de coches eléctricos en países como España, los avances en motores y baterías están llegando también a los barcos, los aviones y hasta los vehículos pesados de sectores como la minería. En este caso, se pretende acabar con el desmesurado consumo de combustibles fósiles que requieren los gigantescos camiones y otros equipos, como el robot que jubilará a los mineros y puede trabajar por sí mismo a 1.000 metros de profundidad.
En ese sentido, en la feria MINExpo Internacional celebrada a finales de septiembre en Las Vegas (EEUU), se ha presentado un acuerdo que pretende marcar un antes y un después en la industria minera. Allí, el fabricante de equipamiento Liebherr y la compañía minera Fortescue Metals han anunciado un acuerdo por valor de 2.500 millones de euros para el suministro de 475 máquinas de cero emisiones: 360 camiones autónomos eléctricos de batería, 55 excavadoras y 60 topadoras o bulldozers que también funcionan con baterías.
Además del acuerdo, ambas compañías aprovecharon el anuncio para presentar uno de los grandes reclamos de MINExpo: la versión eléctrica del T 264, el camión que pesa 176 toneladas y puede cargar otras 240 más, que permitirá operaciones autónomas en las minas de hierro de Fortescue en Australia Occidental. Además del desarrollo del propio vehículo, las dos empresas han colaborado en el diseño y la fabricación de un cargador rápido de 6 MW para que estos gigantes de la industria puedan tener sus baterías al máximo en sólo 30 minutos.
Minería sin emisiones
El sector minero es históricamente uno de los que más han contribuido al cambio climático. Según varios informes, se estima que entre 4 y el 7% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial derivan de la minería, algo que puede agravarse en los próximos años dado el aumento de la demanda en todo tipo de metales. Fortescue, uno de los productores de mineral de hierro más importantes del mundo, quiso atajar el problema y por eso se ha marcado como objetivo tener emisiones cero en 2030.
Para conseguirlo son fundamentales acuerdos como el firmado con Liebherr, el mayor alcanzado hasta la fecha por la compañía alemana en sus 75 años de historia, con el que la empresa australiana pretende renovar hasta dos tercios de su flota minera.
"La tecnología desarrollada como parte de este acuerdo histórico no solo apoyará a nuestros clientes en sus trayectorias de descarbonización, sino que también nos ayudará a cumplir nuestro compromiso de ofrecer soluciones de transporte, carga y nivelación completamente libres de combustibles fósiles para finales de la década", declaró Jörg Lukowski, vicepresidente ejecutivo de ventas y marketing de Liebherr-Mining Equipment SAS, según recoge un comunicado de prensa. "De hecho, en los próximos años, Liebherr y Fortescue Zero podrán ofrecer a más clientes dentro de la industria un ecosistema comprobado de minería a gran escala y con cero emisiones".
El gran protagonista del acuerdo es el T 264 eléctrico, "con un sistema de energía de batería de cero emisiones desarrollado por Fortescue Zero y la Autonomous Haulage Solution (AHS) desarrollada conjuntamente, ambos diseñados para ser escalables". El objetivo es que estos sistemas se adapten fácilmente a los camiones ya existentes, que podrán seguir prestando servicio pero reduciendo drásticamente su contribución al calentamiento global.
El AHS pretende facilitar la gestión de flotas mineras de forma totalmente automatizada, para que los vehículos se comuniquen entre sí y funcionen de forma similar a una colmena. Así, Fortescue plantea contar con máquinas especializadas para cada tarea, todas coordinadas para mejorar la eficiencia y productividad de las operaciones.
Esta solución integra un sistema de gestión de flotas (FMS) que supervisa la energía de cada máquina, un kit de autonomía a bordo para el camión T 264 y un sistema de guiado de máquinas de alta precisión para la carga de equipos. También incluye el Energy Management System, encargado de coordinar las asignaciones de recarga estática para los camiones.
"Tenemos más de 200 camiones autónomos en nuestros sitios mineros, recorriendo el equivalente a dos viajes a la luna y de regreso cada mes. Es imperativo que operen de manera eficiente y a máxima capacidad", señaló Dino Otranto, director ejecutivo de Fortescue Metals. El objetivo, además de reducir el riesgo en flotas de cero emisiones, es que "la industria se libere de los pilotos y prototipos".
El cargador más potente
Tan importante como el camión es la solución de carga rápida que se encargará de 'rellenar' las baterías de estos gigantescos vehículos, con una potencia bruta de 2.013 kW y 176 toneladas de peso en vacío. Este sistema está equipado con opciones de conexión robótica y podrá proporcionar hasta 6 MW de potencia nominal para cargar la actual batería del T 264 autónomo, con capacidad de 1,9 MW, en sólo 30 minutos.
La entrada en servicio de estos nuevos cargadores está prevista para 2026, cuando serán los más rápidos y potentes del mundo, por delante de los sistemas presentados por otras empresas como ABB, cuyo cargador más puntero puede alcanzar capacidades de carga de hasta 3,75 MW a 3.000 amperios.
Es un paso más hacia la electrificación de un sector en el que otras empresas también están dando pasos decisivos. La también australiana BHP ha anunciado recientemente su intención de poner a prueba los nuevos sistemas de Caterpillar para cargar camiones eléctricos mineros (de 372 toneladas) tanto en estático como mientras se desplazan.