Muchos recordarán el caso del submarino Titan de OceanGate. Tras mantener a medio mundo en vilo, el pasado mes de junio de 2023 saltaba la noticia en España: los cinco pasajeros del submarino que buscaban llegar al Titanic fallecían por una implosión. Una tragedia que no parece haber echado para atrás a ciertos inversores, que buscan volver a intentar llegar al pecio hundido con el peligro que ello supone.
Según relata Business Insider, un inversor estadounidense está desarrollando un proyecto para intentar llevar a dos personas al Titanic mediante un vehículo sumergible. El inversor Larry Connor explicó que dicho proyecto pretendía demostrar que, si se hace bien, viajar al Titanic es factible y seguro. Una clara alusión al desastre ocurrido con el Titan de OceanGate.
Este anuncio se produde casi un año después de que se supiera que toda la tripulación del submarino había fallecido. Connor, junto a su socio Patrick Lahey, han calificado al Titan de "artilugio" y han dejado claro que su proyecto de expedición tendrá éxito de forma repetida.
Viajar al Titanic otra vez
Patrick Lahey es cofundador y CEO de la firma fabricante de vehículos sumergibles Triton Submarines, fundada en 2008 y ubicada en Florida, Estados Unidos. La compañía se dedica a diseñar y fabricar submarinos tanto industriales como personales, y se considera una compañía de lujo en el sector. Sus submarinos se usan en proyectos de investigación, exploración e incluso en la industria del cine.
Tanto Lahey como Connor desean realizar una nueva expedición al Titanic en un submarino equipado para dos personas, con el objetivo de demostrar que el viaje puede ser "maravilloso y placentero". Lahey ha explicado al The Wall Street Journal que buscan que la experiencia le cambie la vida a alguien "si se aborda de la manera correcta".
De hecho, la asociación entre estos dos magnates tuvo lugar prácticamente desde que se supo la noticia de la implosión del submarino. En palabras de Lahey, Connor le llamó apenas unos días después del desastre. En dicha llamada, Connor le dijo lo siguiente: "Sabes, lo que tenemos que hacer es construir un submarino que pueda sumergirse de forma repetida y segura, y demostrarle al mundo que vosotros podéis hacer eso. Y que ese Titan era un 'artilugio'".
Su socio Connor, que ya estuvo en la Fosa de las Marianas, ha dado detalles sobre este proyecto. Viajarán a bordo de un navío habilitado para dos personas llamado Triton 4000/2 Abyssal Explorer, un nombre que hace alusión a su capacidad para bajar a los 4.000 metros de profundidad. Desgraciadamente, ni Connor ni Lahey han dado información sobre las fechas referentes al proyecto.
A muchos les sonará el nombre de Lahey, ya que debido a su condición de CEO y experto en materia criticó enormemente a OceanGate tanto antes como después de la tragedia. Usó el calificativo "depredador" para describir los métodos de promoción que usaba OceanGate para promocionar estos viajes y convencer a sus clientes de viajar con ellos. Cabe destacar que a bordo iba un importante amigo de Lahey; Paul-Henri Nargeolet, oceanógrafo y experto en el Titanic.
Tanto, que llegó a advertir a Nargeolet para que este no se subiera al Titan. "Le dije en términos muy sinceros por qué no debería estar allí", le llegó a decir. "Él entendió. Creo que [Paul-Henri] pensó de alguna manera que al estar allí, podría ayudar a estos muchachos a evitar una tragedia. Pero en lugar de eso, terminó en medio de una", explicó a los medios.
Sin embargo, la voz más relevante que se alzó contra OceanGate fue nada menos que la de James Cameron, cineasta famoso por haber realizado más de 30 incursiones al Titanic. El experto, director de la película Titanic, declaró que tanto él como otros ingenieros advirtieron a la mismísima OceanGate sobre el posible fallo que llevó a la muerte a la tripulación del Titan.
Cameron aseguró que desde el mismo momento en el que el Titan perdió las comunicaciones y su sistema de navegación se convenció de que el navío sufrió una implosión. "No me hubiera subido a ese submarino", llegó a sentenciar Cameron. "No se pueden perder las comunicaciones y la navegación a la vez sin que haya sucedido algo extremadamente catastrófico [...]. Lo primero que me vino a la mente fue que se había producido una implosión", agregó.