La tecnología de impresión 3D no es una idea nueva, pero los límites que puede conseguir crecen cada día. Primero se extendió su uso para fabricar objetos de forma rápida y más barata como en los hospitales de España donde lo usaban como asistente en cirugías. Después ha dado el salto a diseños mayores como viviendas más económicas y eficientes de construir. Un proceso que ahora está listo para enfrentarse a construcciones más grandes como este centro de datos alemán.
El edificio impreso en 3D más grande de Europa, el centro de datos Wave House en Heidelberg, Alemania. Sus dimensiones son similares al que ostentó el título del edificio más grande del mundo en 2019 con 640 metros cuadrados. Pero en este caso, el diseño exterior es más vanguardista, como el de la primera estación de repostaje de hidrógeno verde, también impresa en 3D.
Al no necesitar ventanas o grandes aberturas como terrazas por razones de seguridad, los centros de datos suelen ser edificios aburridos y algo herméticos. No es un problema si se ubican lejos de los centros urbanos, pero "la tendencia a ubicar los centros de datos más cerca de los usuarios y, por lo tanto, a ubicarlos en áreas suburbanas y ciudades, ha creado la necesidad de hacer más los centros de datos sean más atractivos visualmente", afirma Cobod.
Así surge la iniciativa de darle a esta nueva construcción una apariencia distinta con las curvas y rugosidades características de la impresión 3D. Esta tecnología permite dar más libertad de formas a los edificios u objetos que las técnicas tradicionales.
El centro de datos es un edificio de 600 metros cuadrados. Para construirlo, la impresora BOD2 de COBOD International PERI extruyó una mezcla reciclable similar al cemento a un ritmo de 4 metros cuadrados por hora en la formación de las paredes. Estas llegan a medir una altura de 9 metros y 54 metros de largo. Su ancho es de 11 metros. Esto equivale a una tasa de eficiencia de 4 metros cuadrados por hora, lo que subraya el rápido tiempo de ejecución de la tecnología de impresión de construcción 3D.
A esta velocidad, la construcción duró alrededor de 140 horas. La tecnología también se ha encargado de la pintura en los espacios internos con un pintor robótico de Deutsche Amphibolin-Werke. Sin embargo, los retoques finales han sido obra de operarios de carne y hueso que han colocado el techo, las puertas, el sistema de iluminación y todo el cableado necesario para terminar este centro de datos.
La impresión de construcción 3D hizo que este proyecto fuera económicamente viable”. ha dicho Hans-Jörg Kraus, socio director de KRAUS GRUPPE Heidelberg en la inauguración, quién no sabe cuánto habría supuesto abordar este proyecto de forma tradicional.