El frío lleva unas semanas instalado en España, donde las bajas temperaturas están provocando que sea necesario calentar la casa para mantener un ambiente agradable; y la forma de hacerlo ha evolucionando notablemente con el paso del tiempo: de los tradicionales radiadores, que se pueden potenciar con un invento que se coloca en segundos, a soluciones más innovadoras, como ingeniosas alfombras térmicas. Lo último en llegar promete jubilar al suelo radiante, ya que es un sistema que se coloca en las paredes y calienta las habitaciones en minutos.
Uno de los sistemas de calefacción más populares en España es el suelo radiante, que consiste en la instalación de tuberías, por las que corre agua caliente o algún otro fluido térmico, debajo del suelo. De esta manera, el calor se transfiere a esa zona de la casa y, posteriormente, irradia hacia arriba, calentando uniformemente una habitación rápidamente. Una tecnología que podría tener los días contados, ya que existe un tipo de calefacción más novedoso que ofrece una gran variedad de ventajas: las paredes radiantes.
Las paredes o muros radiantes son una superficie grande que transmiten una temperatura suave por radiación, calentando primero los cuerpos erguidos, como los del ser humano, lo que ofrece una gran ventaja frente a los sistemas de convección e, incluso, sobre el suelo o el techo radiante. Una tecnología que también consiste en una instalación de tubos en la pared procedentes de la caldera por la que pasa el agua desprendiendo calor, basándose en la inercia de los materiales para ir cediendo el calor poco a poco y, de esta forma, conseguir una climatización muy eficaz.
Da más calor
El funcionamiento de la pared radiante es similar al del suelo. El agua caliente que proviene de la caldera llega hasta los colectores generales, desde donde se distribuye a los conductos que transcurren por los muros de la habitación que se quiere calentar. De esta manera, se consigue crear una especie de pared-radiador; y cada una de ellas posee un circuito único y cerrado que cuenta, en el colector general, con una salida de agua caliente hacia el panel y una llegada de retorno del agua que ya ha desprendido parte de su calor.
La radiación térmica emitida por las paredes calentadas se absorbe por objetos y personas en la habitación, generando una sensación de confort similar a la radiación solar. De hecho, permite tener un ambiente más agradable en un cuarto. Esto se explica de una forma sencilla. El ser humano pasa gran parte del día de pie o sentado, por lo que este sistema ofrece una superficie mayor a la radiación lateral. En los muros radiantes, el calor se irradia desde los laterales hacia el interior de la habitación, por lo que de distribuye de una manera uniforme.
Uno de los puntos clave de este sistema de calefacción es que su instalación es rápida y cómoda. Los conductos se colocan entre la hoja exterior del ladrillo y el aislante previo al yeso, y se hace con materiales que propician que el calor llegue al interior de la habitación. Por su parte, los tubos de polipropileno se ponen con agua en constante circulación a 80º C para moldear la forma momentáneamente y permitir su adaptación a las guías. Aunque cabe destacar que este líquido nunca volverá a alcanzar dicha temperatura una vez instalados los tubos, por lo que la estructura permanecerá inalterable.
A la hora de proceder a la instalación de una pared radiante tan sólo hay que tener en cuenta que el aire caliente asciende. Por ese motivo, la fuente de calor se tiene que colocar en la zona inferior para ser capaces de aprovechar al máximo el calor que se genera para lograr un calentamiento de la habitación de una forma mucho más uniforme, y sin sufrir condensación; y, por lo tanto, evita la aparición de moho, que puede afectar a la salud de las personas de muchas maneras.
[El invento casero para potenciar el calor de los radiadores en casa y ahorrar en electricidad]
Con esta tecnología el calor se puede producir por diferentes fuentes, como bombas de calor, calderas de combustión, además de otros sistemas eficientes y respetuosos con el medioambiente, como la geotermia. Asimismo, expertos estiman que el rendimiento por metro cuadrado de un muro radiante con arcilla es muy superior -aproximadamente el triple- que una instalación en el suelo. En la pared la tubería está más cerca de la superficie y no está cubierta por capas aislantes y retardantes; por lo que la rapidez de respuesta del sistema aumenta considerablemente y la aportación calorífica se eleva hasta 200 W/m2, frente a los 40-60 W/m2 en suelo.
Ofrece varias ventajas
Una pared radiante apropiadamente instalada puede aportar numerosos e importantes beneficios a una casa o bien cualquier otro edificio. El primero de ellos es que también sirve para enfriar una habitación en verano y para ello por los tubos circula agua fría, en lugar de caliente, con el fin de absorber parte del calor del ambiente. Por otro lado, esta tecnología se puede combinar con todos los sistemas de energías alternativas y, según diversos estudios, tan sólo es necesaria un 30% de la superficie del muro para calentar una estancia.
El muro radiante también destaca por ser una tecnología saludable tanto para la casa como para los habitantes, ya que suele usar productos inocuos y no da problemas de punto de rocío o condensación. Incluso resalta por ofrecer un espacio más estético, ya que todos los elementos que calientan la vivienda son absolutamente invisibles y las tuberías de material plástico; además de no ofrecer movimiento de polvo o ácaros, ya que en ningún momento se produce circulación de aire ni ruidos. Y al funcionar a bajas temperaturas, el consumo energético es inferior frente a los sistemas de calefacción tradicionales.
Por último, cabe señalar que, en comparación con el suelo radiante, el calor se desprende a media altura y no desde los pies. De esta manera, no existen corrientes de agua circulando por debajo de la persona o de su cama con la consiguiente alteración del descanso que ello representa. Pero la pared radiante también dispone de alguna desventaja, como su precio frente a otros sistemas de calefacción más convencionales o a la hora de colocar un cuadro, ya que se podría perforar un conducto; aunque se pueden colocar plantillas que indiquen la posición de estos.
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