Las piscinas se han convertido en las grandes aliadas del verano en España, que está dejando temperaturas asfixiantes en gran parte del país. Un espacio en el que darse un chapuzón para refrescarse, pero que necesita un alto cuidado, como en el mantenimiento del agua; algo que se puede realizar con productos de limpieza o con tecnología, como con un sistema que recicla el agua para que esté siempre limpia sin gastar. Las innovaciones no se quedan ahí, ya que también existen desde un dispositivo español que evita usar hasta un 90% menos de agua hasta un invento que calienta el agua de la piscina y la mantiene cristalina.
Cuando se tiene una piscina hay un momento que es complicado de llevar, aunque haga mucho calor: cuando uno se mete y está el agua fría. El problema está en que la mayoría de las piscinas exteriores no están climatizadas. Por suerte, en la actualidad hay una forma sencilla de calentar el agua y es utilizando una cubierta solar. Un dispositivo que no dejará la temperatura del agua de los mares tropicales, pero con el que ganar unos agradables grados para que el chapuzón sea más placentero.
Una cubierta solar, también conocida como manta o techo solar, es una gran lámina de plástico que tiene un lado que se parece a una envoltura de burbujas, que es el que se coloca hacia el agua- y otro liso, que se ubica mirando al exterior. Este sistema cuenta con una variedad de ventajas, como una mayor limpieza o un ahorro de agua, y actualmente existen diferentes modelos, con muchos colores, espesores y tamaños; pudiendo incluso encontrarlos en establecimientos como Leroy Merlin y hasta en Amazon a precios que van desde los 50 hasta los 300 euros.
Calienta el agua
La manta solar es un tipo muy popular de cubierta térmica para piscinas. Se colocan en su parte superior, tapándola al completo, y suelen ser de plástico translúcido con burbujas de aire, por lo que pueden flotar en la superficie del agua. Un diseño que permite que la luz del sol pase a través de la cubierta mientras retiene el calor. Por lo general, éstas se enrollan en carretes grandes, ya sean montados en la pared o en el suelo, para una fácil manipulación e instalación.
Una cubierta solar puede parece complicada de utilizar, pero realmente es un mecanismo sencillo. Lo primero que se debe hacer es desplegarla junto a la piscina y, después, extenderla con el lado de burbujas hacia abajo y sobre el agua de la piscina. Las propias burbujas mantienen la manta a flote mientras, dependiendo del color y tipo, actúan como pequeñas lupas que calientan el agua. Un mecanismo que es ideal para utilizar cuando no se esté usando la piscina y durante el día, ya que depende del sol.
Sin embargo, desplegarla por la noche evita la pérdida de agua y calor por evaporación. Según diferentes estudios, el 75% de la pérdida de calor de una piscina se debe a la evaporación. Una cubierta solar tiene la capacidad de minimizar la pérdida de ese calor, ya que actúa como una barrera entre el agua de la piscina y el aire. En concreto, este sistema ayuda a reducir los costes de calefacción de una piscina hasta en un 70%.
Las cubiertas solares se pueden cortar fácilmente con tijeras para adaptarla a la forma y tamaño de cada piscina, y cuentan con una gran variedad de ventajas. La primera es, obviamente, que calienta el agua de forma ecológica y ofreciendo un ahorro energético, ya que son los propios rayos del sol los que se encargan del calentamiento. Por otro lado, ofrecen un mayor ahorro de agua, ya que al tapar la superficie reduce así la evaporación.
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Incluso este sistema ofrece una mayor limpieza, ya que al tapar la piscina evita que se cuelen hojas, ramas o insectos; por lo que no hay que estar pasando el recoge hojas constantemente. Aunque las cubiertas solares también tienen sus inconvenientes, como que no siempre son baratas y no son aptas para espacios pequeños. Además, no están diseñadas para soportar el peso de una persona, por lo que no se deben utilizar como cubiertas de seguridad, ya que si a alguien se le ocurre pisarla acabaría hundiéndose instantáneamente.
De diferentes estilos
Las mantas solares son una forma de calentar la piscina sin gastarse una fortuna -a diferencia de otros sistemas de calefacción de piscinas-, además de ser una solución práctica y ecológica. La mayoría de las cubiertas solares tienen un ciclo de vida de hasta tres años, aunque hay personas que las reemplazan con mayor frecuencia. Aun así es importante saber elegir la que mejor se adapta a la piscina, y esto pasa por escoger el grosor, la forma y el color.
Normalmente, en los sitios de venta online el grosor de una cubierta solar se indica en micras (µ), y suele oscilar entre 200 y 700 µ. Para que una manta solar sea eficaz, debe tener un grosor mínimo de 400 micras; mientras que aquellas de 500 o 600 µ retendrán mejor el calor. En cuanto a la forma de la burbuja, que pueden ser clásicas, redondeadas o alargadas que parecen números ocho; las pequeñas y cilíndricas suelen tener dificultades para soportar los productos de tratamiento de la piscina.
Por ese motivo, se recomienda optar por las burbujas en forma de '8', ya que son más resistentes, absorben mejor el calor y resisten más tiempo a los rayos ultravioleta (UV). Las cubiertas solares de piscina están disponibles en diferentes colores, que no están pensados únicamente para que resulten bonitas o para que combinen con la decoración. Cuanto más oscura sea, menos calentará el agua; pero, en cambio, será más eficaz para combatir la presencia de algas al impedir la fotosíntesis, permitiendo ahorrar dinero en productos de tratamiento. Por su parte, las cubiertas azules o translúcidas mantendrán el agua a mejor temperatura.
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