Pájaro del trueno, el impresionante superyate de 130 metros de eslora que parece ciencia ficción

Los diseñadores de yates no dejan de sorprender. Más allá de las embarcaciones de lujo que cada verano lucen en España personalidades del deporte como Fernando Alonso y Rafa Nadal, o de los negocios como Amancio Ortega, la industria náutica está centrada en los últimos años en proponer diseños cada vez más vanguardistas, desde uno inspirado en los tiburones hasta otro que dispone de una esfera de 13 pisos con laboratorios en su interior.

Entre estos diseñadores que siempre buscan ir un paso más allá se encuentra el turco Aras Kazar, que lleva más de una década proponiendo proyectos de lo más originales. El último de ellos es Wakinyan, un concepto de superyate inspirado en la mitología de los indios nativos americanos. El nombre, que en lakota significa "espíritus del trueno", "seres del trueno" o "pájaros del trueno", responde a su forma, que se asemeja al prico de un pájaro, una criatura a punto de emprender el vuelo o incluso a la punta de una flecha.

Una de sus principales características son los materiales propuestos por Kazar para sus opulentos exteriores. Gracias a la fibra de vidrio, el vidrio templado y el aluminio que recubren los laterales del barco se consiguen efectos dorados al reflejar el sol al atardecer o amanecer. El resto del tiempo, el Wakinyan se confunde con el entorno, reflejando las olas del mar, salvo por su parte superior, blanca, brillante y muy ligera gracias a los materiales compuestos.

Hidroala veloz

"Wakinyan es mi pájaro espiritual en forma de barco", sostiene Kazar en su cuenta de Instagram. Su diseño se basa en un casco de 130 metros de eslora y entre 26 y 38 metros de manga. "Estoy muy contento con el aspecto final, minimalista pero contemporáneo". 

El trimarán se basa en un sistema de hidroala y propulsión eléctrica, que hace 'despegar' el barco cuando alcanza altas velocidades. Estas pueden llegar a ser de 32 nudos (el equivalente a casi 60 km/h), algo muy difícil de conseguir en embarcaciones de ese tamaño y peso.

Lateral del yate Wakinyan al atardecer Aras Kazar Omicrono

Las cubiertas, también de fibra y vidrio templado, están despejadas para ofrecer vistas del paisaje de casi 360 grados y permiten que la luz llegue al interior sin obstáculos. El interior está diseñado para ofrecer una sensación de calma y relajación a los pasajeros, con un mobiliario sencillo pero confortable y toques de madera y colores crema para proporcionar un ambiente cálido y acogedor.

"Wakinyan está diseñado para que te sientas tranquilo y relajado, tanto si lo disfrutas desde dentro como si lo contemplas desde fuera", sostiene Kazar. A eso ayudan lujos como la piscina situada en la popa o un spa con todo tipo de tratamientos en el interior. Para acomodar al propietario del yate y sus invitados, Wakinyan cuenta con cinco amplios camarotes, incluido el principal.

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