La preocupación por los plásticos en los lagos y mares se ha incrementado en los últimos años al encontrarse pequeñas partículas de estos materiales sintéticos dentro de la fauna marine. En España, existen muchas iniciativas que tienen como fin su reducción en aspectos cotidianos de la vida como en las bolsas o empaquetados. Pero todavía queda mucho por hacer.
El WasteShark —algo así como tiburón de los desechos— es un pequeño barco autónomo que, con su navegación va recogiendo tanto plásticos como biomasa no deseada del agua. "Es un buque de superficie autónomo (ASV) diseñado para ser eficiente, duradero, no amenazante y discreto", comentan desde Ranmarine, la compañía que lo ha diseñado.
"Con cero emisiones de gases de efecto invernadero, nuestros ASV son herramientas inteligentes [...] que se utilizan para limpiar las aguas". El barco cuenta con una gran apertura frontal por donde pasa el agua que se filtra de impurezas. Incorpora algunos sensores a bordo que consiguen recopilar datos y puede funcionar en entornos urbanos, rurales, industriales y de ocio.
La navegación autónoma se lleva a cabo con rutas prefijadas desde tierra firme para que pueda cubrir la mayor superficie acuática posible. Estos patrones pueden guardarse en la memoria interna de la embarcación y realizar programas de limpieza totalmente autónomos. Algo parecido a lo que pasa actualmente con los robots aspiradores.
Además del sistema de navegación por GPS, el WasteShark incorpora un sistema de radar LiDAR opcional que se puede integrar para aumentar la seguridad en la navegación ya que permite identificar y evitar mejor los obstáculos. También se puede emplear para mejorar los datos capturados del entorno.
La embarcación cuenta con conectividad 4G para su operación y monitorización a distancia y se combina con un sistema radio control que permite una cobertura de 3 kilómetros. El WasteShark mide 157 centímetros de largo, 109 de ancho y 52 centímetros de alto que se reparten los 72 kilogramos de peso.
"El sistema de control intuitivo de WasteShark permite a cualquier persona controlar la embarcación con facilidad; no se requiere de ninguna certificación". En modo manual, requiere solo de un operador presente para retirar los desechos recogidos de su canasta.
La motorización corre a cargo de un par de propulsores que le permite una velocidad máxima de 3 kilómetros por hora junto con una autonomía de 6 horas. Según apunta Ranmarine, el coste de recargar su batería es el equivalente a ver la televisión durante 5 horas y, combinado con un diseño simplificado al máximo, hace que los costes de operar al barco sean muy bajos.