Muchas veces los humanos nos cuestionamos a nosotros mismos, asegurando que fuimos los espermatozoides más rápidos de los que intentaron fecundar el óvulo de nuestra progenitora. Es una cuestión muy hablada en España y quizás vuelva a las conversaciones gracias a la biotecnología y a la nanotecnología, que podrían ayudar enormemente a la fertilidad en España y en el resto del mundo.
[Estos nanobots se cuelan en los dientes para limpiarlos y desinfectarlos mejor que un cepillo]
Hablamos del 'spermbot', un nanorobot que tiene una tarea muy llamativa; ayudar (o más bien, transportar) espermatozoides que no gocen de mucha movilidad al óvulo para fertilizarlo. En España, un vídeo de este robot con nanotecnología se está haciendo viral en redes sociales.
En dicho vídeo se puede apreciar claramente a un nanorobot transportando a un espermatozoide que prácticamente está inmóvil al óvulo. Un vídeo que, pese a que data de hace años, ahora está ganando tracción.
Espermatozoides 'transportados'
El vídeo original proviene de una publicación de la Sociedad Estadounidense de Química, en un artículo de la revista Nano Letters. En él se puede observar al 'spermbot', desarrollado por investigadores del Instituto Alemán de nanociencias Integrativas, que busca abordar nuevos enfoques tecnológicos en favor de la fertilidad humana.
Lo que aparece en el metraje es un prototipo que transportaba espermatozoides hacia un ovocito ubicado en una placa de Petri. Es decir, este era un estudio in vitro, por lo que no hubo una fecundación natural. No obstante, eso no modifica el propósito del spermbot, pese a que no han sido nunca usados para inocular espermatozoides en óvulos en condiciones normales.
La idea, según estos científicos, era tratar la infertilidad, tratando el problema más común que la provoca: la baja movilidad de los espermatozoides. Se podría constituir como una alternativa a los tratamientos más habituales, como la inseminación artificial ya estandarizada en nuestros días.
El nanobot en sí consta de una hélice de polímero recubierta de metal, lo suficientemente grande como para envolver al esperma. Luego, usa un campo magnético rotatorio que se puede controlar para adherir el robot a la cola del espermatozoide y conducirlo hacia el óvulo para su posible fertilización. El spermbot usa al propio espermatozoide como "fuente de alimentación a bordo", explican los científicos.
Tal y como detallan los autores del estudio, sus resultados indican "que las microhélices de polímero recubiertas de metal son adecuadas para esta tarea debido al comportamiento de los microbots, controlable y no dañino". Se jactan de haber logrado "capturar, transportar y liberar espermatozoides vivos inmóviles únicos en canales fluidicos que permiten imitar las condiciones fisiológicas".
Presenta algunos problemas, como tantos otros nanobots de este estilo. La precisión en sí de la entrega del espermatozoide, la biocompatibilidad, la compatibilidad del material no orgánico con el tejido vivo... Sin embargo, estas "microhélices personalizadas" pueden usarse como "motores" para transportar espermatozoides con deficiencias en el movimiento.