La robótica dentro de los quirófanos y controlada de forma telemática proporciona atención médica de alto riesgo allá donde los médicos no llegan. Sistemas como Da Vinci llevan más de 15 años operando en España, pero otros robots siguen los pasos de estos veteranos para realizar sus misiones fuera de la Tierra y salvar la vida de quienes se aventuren a vivir en otros planetas.
El profesor Shane Farritor y su equipo llevan 20 años trabajando en MIRA, abreviatura de "asistente robótico in vivo en miniatura", un robot cirujano telemático que se encamina a una prueba en la órbita terrestre. Desde su fundación en 2006, la compañía Virtual Incisión creada por el profesor Farrior ha recaudado 100 millones de dólares en financiación y ahora se aproxima a uno de sus objetivos más importantes, mandar el robot a la Estación Espacial Internacional (ISS) en 2024.
Cuando un astronauta a bordo de la ISS tiene una emergencia médica, cuenta con una cápsula de salvamento para regresar a la Tierra en menos de seis horas, un margen de tiempo del que a veces no se dispone. Con la vista puesta en las futuras misiones de la Luna y Marte, donde los astronautas vivirán meses o años, la necesidad de un robot cirujano que pueda operar del apéndice, por ejemplo, se incrementa.
Operando en el espacio
MIRA se compone de un cuerpo central del que surgen dos pequeños brazos flexibles terminados en sus respectivas pinzas metálicas, que giran 360 grados y sirven como los precisos dedos de este cirujano artificial. Del cuerpo, entre las dos extremidades, nace un sistema de grabación endoscópico: un cable con cámara y luz LED que transmite la operación hasta el control.
A kilómetros de distancia, los especialistas en la materia realizan con otra máquina la cirugía. Una pantalla les permite ver el proceso en detalle, mientras los dos joysticks con botones son la extensión de las pinzas del robot, junto a los pedales. "La consola está diseñada para mejorar la ergonomía de los cirujanos", explican. El médico se sienta erguido sin necesidad de cambiarse.
Una de las ventajas de MIRA es su diseño compacto y fácil de desinfectar para poder usar en cualquier quirófano y guardarlo al terminar. Solo se necesita un soporte para estabilizar el robot a la mesa de operaciones.
El robot ya ha dejado claro sus aptitudes en el laboratorio y hospitales, ha servido de apoyo a cirujanos para realizar con éxito resecciones de colon. "Permite a los médicos realizar una cirugía abdominal de forma mínimamente invasiva", explica la Universidad de Nebraska.
Las operaciones y entrenamientos en la Tierra sirven de preámbulo también para sus misiones en el espacio. En 2024, MIRA emprenderá rumbo a la Estación Espacial Internacional donde no solo se enfrenta al reto de trabajar en ingravidez, también debe demostrar que puede resistir el trayecto y otras vicisitudes.
Por ejemplo, es necesario que quepa dentro de un casillero de experimentos de la estación espacial. Sus ingenieros probarán exhaustivamente el dispositivo asegurándose que es lo suficientemente robusto para sobrevivir al lanzamiento en cohete y que sus sistemas funcionen adecuadamente cuando se encuentre en el espacio.
Una vez allí arriba, MIRA funcionará de forma autónoma, sin la mano guía de un médico. Pero no será necesario que enferme un astronauta, ya que dentro del casillero de experimentos, que es del tamaño de un horno microondas, cortará bandas elásticas tensas y manejará anillos de metal colocándolos en alambres. Estos gestos simulan los que se usan en cirugía y serán suficientes para registrar el resultado de la misión.
En el espacio
Son operaciones sencillas que ya ha realizado dentro de la atmósfera terrestre en el laboratorio. Sin embargo, que pueda trabajar sin un guía no significa que sea independiente a la hora de operar. Si se requiere su intervención médica en el espacio es necesario contar con una buena sincronización a distancia entre el centro de operaciones en tierra firme y el robot en órbita.
Para ello, las agencias espaciales cuentan con una vasta red de antenas y satélites que sirven de comunicación inalámbrica entre las estaciones terrestres y las misiones en el espacio. Se planifican cuidadosamente para asegurarse que las antenas estén listas para recibir los datos cuando las naves espaciales pasen por encima, pero en una operación quirúrgica cualquier retraso o desconexión puede ser fatal.
"Para las naves espaciales cercanas a la Tierra, el retraso de tiempo o latencia de comunicaciones es casi insignificante" explica la NASA. Esta complicación se acrecienta cuando la mesa de operaciones del robot cirujano se sitúa en el planeta rojo. "En la aproximación más cercana a Marte, a unos 59 millones de kilómetros de distancia, el retraso es de unos cuatro minutos", indican.
Farritor prevé como solución definitiva que el robot opere de forma autónoma en el futuro, "en unos 50 o 100 años" calcula. De esta forma, no dependería de la experiencia de un médico especialista de otro planeta para una situación de emergencia. Pero su autonomía es más una aspiración a largo plazo. En los próximos años, el proyecto se centrará principalmente en afinar las habilidades 'manuales' del robot en un entorno de gravedad cero.
Su uso en la Tierra
En un experimento anterior, el exastronauta de la NASA Clayton Anderson se puso al mando de los controles del robot mientras estaba en el Centro Espacial Johnson en Houston. Mientras, MIRA se encontraba a más de 1.400 kilómetros de distancia en un quirófano del Centro Médico de la Universidad de Nebraska en Omaha. Se realizaron tareas similares a las de una cirugía, demostrando la utilidad de este robot tanto en el espacio como en los hospitales de todo el mundo.
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MIRA podría ser de gran ayuda en operaciones militares lejos de las bases y de centros médicos bien equipados. Una muestra más de la tendencia que está impulsando la unión entre medicina y robótica, con inventos para tratar dolencias graves lejos de un quirófano y sin especialistas que puedan tratar al paciente.
Las máquinas, de forma autónoma o con cierto apoyo telemático, se encargan de la intervención en el momento, evitando que el paciente fallezca en un traslado complicado. Como siempre ha ocurrido con la mayoría de inventos del ser humano para la exploración espacial, MIRA también puede ser de utilidad en este mundo y en hospitales donde robots y sanitarios ya trabajan codo con codo.