Son varios los coches que se han visto circular por el espacio, el primero fue el Rover de la misión Apolo 15, décadas más tarde se pudo ver el lanzamiento del Tesla Roadster. Ahora la NASA y otras agencias como la ESA, en la que participa España, necesitan nuevos vehículos para transportar carga y a los astronautas en las futuras misiones a la Luna y Marte. Algo similar al prototipo propuesto por la start-up Venturi Astrolab.
El nuevo rover ha sido bautizado como FLEX (Flexible Logistics and Exploration) por su flexibilidad, o dicho de otro modo, por poder agacharse y levantar cargas en superficies similares a la Luna. Los astronautas podrán controlarlo de forma remota, e incluso moverse por el satélite sobre él.
La compañía aeroespacial va a construir toda una flota de rovers FLEX y quiere que la NASA los utilice para su próxima misión a la Luna, el Programa Artemisa, que servirá de primera parada para impulsar después viajes con humanos a Marte. "Empresas como SpaceX y Blue Origin están resolviendo el problema del transporte de larga distancia, y queremos resolver el problema del transporte local y, en última instancia, establecer el estándar para la logística lunar", ha dicho Jaret Matthews, director ejecutivo de Astrolab a The Verge.
Antiguo empleado del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, Matthew después trabajó en SpaceX en la nave Crew Dragon y ahora quiere seguir trabajando en la exploración espacial con su propia empresa. Para demostrar de lo que son capaces en Venturi Astrolab han construido un prototipo a gran escala de FLEX que han puesto a circular por el desierto de California, cerca del conocido como Valle de la Muerte.
Contra el entorno lunar
El rover está diseñado para llevar toda la carga en su interior, en un gran montacargas. El vehículo se agacha y carga todo lo que debe transportar, para después volver a depositarlo en el sitio de destino. El contenedor puede transportar toda clase de objetos, incluso personas, pero dentro de sus dimensiones, por eso lo han diseñado de gran tamaño.
En la Tierra, los medios de transporte cuentan con estándares internacionales que ayudan a diseñadores, pero para el espacio aún no se han establecido, en esta compañía esperan que se acabe aplicando una norma similar. De momento, el prototipo se ha fabricado para el terreno terrestre por lo que el equipo es mucho más "resistente" de lo que sería si lo fabricaran para la Luna cuya gravedad es la sexta parte de la Tierra. El modelo final pesaría cerca de 500 kilogramos.
Además de la gravedad también tiene que ser capaz de resistir la radiación o el frío lunar que caracterizan la vida en el satélite rocoso, en concreto, hasta menos 130 grados centígrados. Para ello colocarán aislamiento y una batería lo suficientemente grande para mantener el rover caliente por la noche en el polo sur de la Luna. De nuevo durante el día, los paneles solares volverán a cargar la batería de FLEX.
Vehículo semiautónomo
El rover puede maniobrar de forma semiautónoma por el terreno, además de controlarse de forma remota. También se permitiría incluir una interfaz de conducción para la tripulación y que los astronautas puedan viajar dentro del rover por la Luna mientras lo conducen con cierta carga. Durante la demostración, el ex astronauta Chris Hadfield, asesor de Astrolab, pudo dar una vuelta al rover y sugirió algunas mejoras sobre el diseño del vehículo.
Aunque todavía no es algo seguro que FLEX vaya a ir al espacio, La NASA ya pidió en 2021 colaboración en el proyecto a empresas para diseñar un vehículo pensado para la Luna. Astrolab se ha presentado a esa convocatoria y está en conversaciones con SpaceX.
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