El precio de la luz en España sigue subiendo en pleno invierno y fuentes de energía como el gas tampoco pasan por un buen momento en Europa. No es de extrañar que muchos hogares busquen soluciones más sostenibles y que aporten un ahorro significativo a largo plazo. Ante esta necesidad, la aerotermia está ganando terreno por ser una alternativa más limpia que abarca gran parte de las necesidades de la casa.
Las instalaciones de aerotermia pueden sustituir a las calderas por combustión tradicionales y a las calefacciones eléctricas antiguas. Su uso puede aportar agua caliente para el baño y cocina, calefacción por toda la casa para el invierno, y aire acondicionado para el verano.
Todo en una misma instalación que solo requiere de corriente eléctrica y que ahorra más de un 20% del consumo energético que suelen gastar estos servicios habitualmente en los hogares. Así funciona la aerotermia y estás son sus ventajas e inconvenientes.
¿Qué es la aerotermia?
La aerotermia funciona aprovechando la energía térmica del aire de la calle y convirtiéndola en aire acondicionado, calefacción o agua caliente. Dicho así puede parecer magia, pero no lo es. El sistema funciona como punto de intercambio entre la temperatura del hogar y la del exterior.
Para calentar el agua de la ducha o encender los radiadores, la instalación acaba expulsando frío a la calle. Por el contrario, cuando lo que se necesita es refrescar el salón activando el aire acondicionado, el sistema expulsará calor hacia fuera. Este intercambio se consigue mediante un fluido, por ejemplo, agua, que pasa de líquido a gaseoso variando su temperatura y estado físico.
Esto es lo que se conoce como calor latente, un tipo de energía que no produce cambios en la temperatura del fluido, pero sí genera cambios en su estado y es reversible. Para explicarlo de forma más sencilla, cuando enfriamos agua, su temperatura disminuye hasta los 0ºC, pero si se continúa enfriando no baja de temperatura hasta que se congela por completo.
"Aunque haya -7ºC a fuera, el aire tiene energía suficiente para cambiar el estado del gas refrigerante en el interior de la unidad aerotérmica que absorbe esta energía y la transmite en forma calorífica desde el exterior al interior de nuestra vivienda", explica Carlos Gómez, director de Toshiba Aire en la información de la compañía.
De esta forma, este sistema utiliza un recurso natural y gratuito como es el aire exterior para funcionar, lo que le permite reducir el consumo energético de los hogares. Desde Toshiba aseguran que un equipo con un rendimiento de 4,5, "por cada kW consumido de electricidad, aportamos 4,5 kW de potencia calorífica, por tanto, el 78% de la energía aportada es gratuita".
Aerotermia en cualquier casa
Las cualidades de los sistemas de aerotermia facilitan que se pueda instalar en cualquier tipo de casa, desde una comunidad de vecinos, a un chalet, y es posible beneficiarse de esta energía independientemente del tamaño de la vivienda. No obstante, la instalación y el modelo de aerotermia dependen de muchos factores.
Para empezar hay que tener en cuenta la instalación exterior, ese aparato de gran tamaño debe colocarse en la fachada del edificio, y las condiciones del área y posibles vecinos pueden influir en una u otra elección. Después está la instalación interior, aquí hay que valorar la obra que se está dispuesto a llevar en casa y la versión inicial, por ejemplo instalando suelo radiante si no se tiene, o conformándose con el sistema que ya se tiene.
Según estos factores, existen diferentes tipos de aerotermia, que usan solo aire, solo agua o los que mezclan estos dos elementos. En el primer tipo, el más habitual, con la temperatura de la calle se adapta la temperatura interior a base de aire, usando splits dentro de la vivienda, por ejemplo.
No obstante, también es posible usar como fluido agua. Se puede usar el calor del aire exterior para calentar el circuito de agua interno con radiadores o suelos radiantes. Aunque, también es posible utilizar la temperatura del agua de la tierra en el exterior, de ríos, o de una capa freática, este método es menos común. Incluso algunos sistemas de aerotermia utilizan la energía geotérmica, el calor del subsuelo.
Ventajas y desventajas
La principal ventaja es el ahorro energético. Viessman compara el consumo de electricidad de sus bombas de calor con otras tecnologías, "por cada kWh de energía consumida con sistemas de aerotermia se obtiene 4 kWh de energía térmica, 0,9kWh en caso de usar gas y 0,8 kWh con el gasoil". Al combinar el uso de la corriente eléctrica con energías naturales, los gastos disminuyen con el tiempo, Viessman aconseja utilizar también placas solares para construir un circuito más sostenible en casa.
Puesto que más del 70% de la energía requerida es natural y gratuita y el 20% es electricidad, otra de las ventajas es la independencia de los consumidores de proveedores de gas, gasoil, propano o pellets. Además, está la comodidad de uso, no genera humos, ni combustión local, tampoco se necesita instalar evacuaciones para el gas. El mantenimiento es mínimo, puesto que no es un sistema propenso a ensuciarse.
Aunque no todo es fácil, principalmente al inicio. Vistas las ventajas y el funcionamiento de este sistema, es fácil dilucidar cuáles serán sus principales inconvenientes. Para empezar requiere la instalación de la bomba de calor en el exterior de la vivienda, así como de algunos cambios en el interior.
La unidad externa debe estar lo más alejada posible de terrazas, ventanas o jardines, pues genera ruido y viento con altas temperaturas. Además, rompe la estética de la fachada, por lo que muchos clientes optan por cubrirlas con paneles que se camuflen con el edificio.
Otra desventaja es la necesidad de contratar una potencia mayor para la factura de la luz. Este gasto, que ya está por las nubes, sube y puede causar problemas si se tienen otros dispositivos al mismo tiempo en funcionamiento, aunque a largo plazo se ahorra al juntar todos los servicios de calefacción y agua caliente.
La inversión inicial es importante, pero a la larga no solo el bolsillo del propietario puede salir reforzado con el cambio, también supone una reducción del uso de energías más contaminantes y por lo tanto el medioambiente es otro de los que gana con alternativas como la aerotermia.
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