El riesgo al que se somete el personal que trabaja en salvamento marítimo convierte a la profesión en una de las más peligrosas. En España, este tipo de tareas se suelen realizar con helicópteros para la evacuación de urgencia o bien con barcos, pero existe una nueva tercera vía utilizando drones que puede resolver muchas situaciones de emergencia y cambiar el destino de muchas vidas.
Y es que, además de para labores de vigilancia o para atacar posiciones enemigas con misiles, estos vehículos aéreos no tripulados cada vez son más complejos y van acaparando más sectores. Con hincapié en aquellos en los que tradicionalmente se ponen en riesgo vidas humanas para su práctica.
La compañía Tekever, con centro de operaciones en Portugal, cuenta en su catálogo con el dron AR5 como una de las plataformas europeas más flexibles. En su ADN está realizar labores de búsqueda y salvamentos (SAR, de sus siglas en inglés) y muchas otras tareas que serán clave para la vigilancia de vertidos en el océano Atlántico y en el mar Mediterráneo.
Drones salvavidas
El Tekever AR5 es un dron bimotor de ala fija que se encuadra dentro de las categorías de vuelo a media altitud y autonomía de medio radio. Aunque realmente su secreto se encuentra en la flexibilidad, que le garantiza poder operar para misiones muy variadas.
Entre ellas se encuentra la vigilancia de grandes aéreas, bien sean terrestres o marítimas, incluyendo protección fronteriza, vigilancia de incendios forestales y monitorización de infraestructuras. Todas ellas de forma autónoma.
La otra cara del dron es la que rinde en las zonas marítimas y cercanas a la costa. El Tekever AR5 cuenta con algoritmos capaces de detectar derrames de petróleo, está preparado para misiones de lucha contra la piratería, labores de control de tráfico y el apoyo a la inspección pesquera.
Aunque, sin duda, una de sus grandes bazas es el apoyo a los servicios de salvamento marítimo. Combina todo un arsenal de sensores para este tipo de misión con la capacidad de lanzar una pequeña balsa inflable.
"Desarrollamos un sistema en el que podemos desplegar al menos una balsa para que puedan salir del agua", según dijo Paul Webb, director de operaciones de Tekever, durante la conferencia internacional de Equipamiento de Defensa y Seguridad celebrada en Londres hace unos días.
Si bien la balsa no está motorizada ni cuenta con el más mínimo equipamiento sanitario, puede salvar las vidas de has 8 personas que hayan caído al mar y puedan desencadenar una hipotermia. El funcionamiento combina los mencionados algoritmos de reconocimiento de objetos con la participación de un operador que es quien finalmente decide si lanzar la balsa o no.
El salvavidas, que se almacena desinflado dentro de la bodega de la aeronave, se despliega en el momento justo. La propia inteligencia artificial del dron es la que calcula el punto óptimo en el que dejar caer la balsa para que llegue a las personas en el agua, según recoge National Defense.
Los algoritmos del sistema pueden procesar los datos sobre las condiciones meteorológicas y las restricciones del plan de vuelo para soltarla en el momento justo. Sin que el operador -que posiblemente se encuentra a cientos de kilómetros de distancia- tenga que intervenir en esta parte.
"Más allá de detectar personas en peligro, ahora podemos hacer algo de inmediato para ayudarlas", según declaraciones de Ricardo Mendes, director ejecutivo. Tekever ha completado recientemente el proceso de pruebas en las costas portuguesas y ha anunciado que el sistema será opcional dentro de la carta de equipamiento del AR5.
El Tekever 5 tiene una envergadura de 7,3 metros y una longitud de 4 metros que logra mantenerse en el aire durante 20 horas de forma ininterrumpida. El peso máximo al despegue se queda en 180 kilogramos con una carga útil de hasta 50 kilos contando con los sensores y sistemas de comunicaciones que vienen de serie.
Proyecto Rapsody
Este proyecto liderado por Tekever arrancó en el 2014 como un encargo de la Agencia Espacial Europea para cubrir las necesidades de vigilancia marítima, tanto para salvamento como para control de contaminación.
Con el fin de dar soporte a la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) en la prestación de servicios a las administraciones públicas a cargo de las operaciones de seguridad marítima. Tanto en la rama de búsqueda y rescate marítimo como en la vigilancia de vertidos de combustible o cualquier otro tipo de vector contaminante.
El primer dron demostrador, que voló por primera vez a mediados de 2017, contaba con un solo motor y una lista muy escueta de sensores a bordo que incluía un sistema de comunicación por satélite y navegación utilizando GPS. El segundo demostrador hizo lo propio justo un año después, pero esta vez sí disponía de sensores infrarrojos, radar marítimo así como más canales de comunicación.
Esta tanda de pruebas dio como resultado la aprobación del proyecto y la contratación de Tekever para suministrar de vehículos aéreos no tripulados a la EMSA, siendo el modelo AR5 el elegido finalmente.