Según datos de 2020, el 93,2% de la población en España usa Internet, un porcentaje que bien podría ser muy superior dependiendo del mes. Ahora, imaginemos por un momento que el 70% de Internet desaparece de la noche a la mañana.
No es algo que cueste mucho imaginar. El pasado mes de marzo un incendio en un centro de datos de OVH provocó que una gran cantidad de páginas web y servicios dejasen de funcionar temporalmente; alguien que vea eso puede pensar que una catástrofe bien dirigida podría acabar con el acceso a casi toda Internet.
Ese era el increíble plan de Seth Aaron Pendley, un ciudadano de Texas, EE. UU., que planeaba usar explosivos C-4 para destruir un centro de datos de Amazon, y así acabar con buena parte de Internet; unos planes que no sólo no llegaron a buen puerto para él, con su arresto, sino que para empezar, nunca podría haber tenido éxito.
El plan para destruir Internet
Todo empezó cuando un usuario llamado ‘Dionysus’ (del dios griego de la fertilidad y el vino, Dioniso) empezó a presumir en el sitio web MyMilitia.com de que iba a realizar un “pequeño experimento” que iba a “atraer mucho la atención”; cuando fue preguntado por otro usuario cuál era el objetivo, simplemente respondió con “muerte”, aunque aclaró que no era un “estúpido suicida”.
Es fácil descartar semejantes amenazas, teniendo en cuenta que la página en las que las hizo es famosa por atraer usuarios extremistas; como por ejemplo, los que asaltaron el Capitolio de los EE. UU. a principios de año, entre los que presuntamente se encontraba el tal ‘Dionysus’.
Al FBI no le costó mucho encontrar su verdadera identidad, ni tampoco que explicase sui plan. A principios de enero, una fuente del FBI infiltrada en la comunidad contactó con Pendley a través de Signal, la app segura alternativa a WhatsApp.
Fue entonces cuando descubrió el verdadero objetivo de Pendley: un centro de datos de Amazon Web Services, la plataforma de la compañía para el alojamiento de servicios en la nube. La intención, según el propio Pendley, era usar explosivos C-4 para destruir los servidores y así, “matar aproximadamente el 70% de Internet”.
Por qué fallaría
Antes de que Pendley pudiese ejecutar su plan, la fuente avisó al FBI, y un agente contactó directamente con él y confirmó sus intenciones el pasado 31 de marzo. El hombre, de 28 años, ha sido detenido y podría enfrentarse a hasta 20 años de prisión si es condenado.
Pero, ¿sería posible que semejante plan afectase a Internet? Todo indica que la idea se basa más en la ignorancia de Pendley de cómo funciona Internet, más que en un cálculo realista del efecto que tendría el ataque. En uno de los registros, llega a afirmar que los servidores de AWS están centralizados y son “gigantescos”, aunque reconoce no tener todos los detalles.
En realidad, AWS y otros servicios en la nube se basan en justo lo contrario, en distribuir sus servidores por varias localizaciones alrededor de todo el mundo; los datos almacenados en un servidor se dispersan por el resto, con copias ofrecidas a usuarios que visitan en diferentes localizaciones. No existe un servidor central, y esa es la razón por la que cuando AWS se cae, como cuando Maradona murió, sólo una porción de usuarios lo sufre y el resto puede seguir navegando perfectamente.
Por lo tanto, los expertos coinciden en que semejante ataque probablemente habría provocado ralentizaciones durante un tiempo, pero que no se perderían datos ni páginas web.