Cuando parecía que España iba a dar un paso en su particular carrera espacial, ocurrió el desastre. A miles de kilómetros de distancia, en la Guayana francesa, el cohete encargado de llevar a órbita al satélite ingenio se ha desviado de la trayectoria por una serie de errores humanos, según ha reconocido la compañía encargada del lanzamiento.
El SEOSAT (Spanish Earth Observation Satellite) Ingenio prometía ser la segunda fase del Programa Nacional de Observación de la Tierra por Satélite impulsado por los Ministerios de Defensa y de Industria en el año 2007. La primera fase se comprende de PAZ, un satélite empleado exclusivamente para fines militares que se puso en órbita en 2018 y actualmente se encuentra a pleno rendimiento.
La responsabilidad del lanzamiento de Ingenio ha recaído sobre Arianespace, una empresa francesa en la fabricación de cohetes con mucha experiencia en este sector y casi 10 años empleando cohetes Vega para poner en órbita diversos dispositivos. Arianespace ha sido la encargada en varias ocasiones del lanzamiento de satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA), pero algo ha fallado en el de esta madrugada.
Lanzamiento fallido
"Ocho minutos después del despegue de la misión Vega VV17, después de la primera ignición del motor Avum de la etapa superior, se detectó una desviación de la trayectoria que conllevó la pérdida de la misión", ese es el comunicado emitido desde Arianespace.
"Investigaciones iniciales, realizadas durante la noche con los datos disponibles, un problema relacionado con la integración del sistema de activación de boquillas AVUM de cuarta etapa es la causa más probable de la pérdida de control del lanzador", explica la empresa.
"Las primeras tres etapas funcionaron nominalmente hasta el encendido de la etapa superior AVUM, ocho minutos después de la salida de la plataforma de lanzamiento. En ese momento se detectó una trayectoria degradada, seguida de una pérdida de control del vehículo y la posterior pérdida de la misión", detalla el comunicado, que aclara que tanto el cohete como los satélites que llevaba en su interior han caído en una "zona completamente deshabitada cerca de la zona de caída prevista para la etapa Zefiro 9".
Tras el primer encendido de cohete Avum -momento en el que se detecta la desviación- algo ocurrió en el conjunto de cohete y cápsula de carga. Según los planes, el encendido de ese motor corresponde con el último paso de toda la etapa de propulsión. Tal y como indica la Arianespace, el Avum es un motor diseñado y fabricado por Yuzhnoye, una compañía ucraniana especializada en esta industria. Por otra parte, la integración y las comprobaciones de Avum han sido llevadas a cabo por Avio, empresa con sede en Roma, y la integración de este motor con la cápsula de carga fue encargada al departamento de Defensa y Espacio de Airbus.
Precisión al milímetro
En una maniobra tan delicada como el lanzamiento de un cohete, cualquier mínimo cambio en la trayectoria puede ser desastroso. La variación de una centésima de grado en el momento de la ignición se traduce en una desviación de kilómetros si lo alargamos lo suficiente, arruinando la misión y dejando al satélite vagando ad eternum por el espacio exterior.
De acuerdo con sus protocolos estándar, Arianespace y la Agencia Espacial Europea (ESA) establecerán una Comisión de Investigación independiente presidida conjuntamente por Daniel Neuenschwander, Director de Transporte Espacial de la ESA, y Stéphane Israël, Director Ejecutivo de Arianespace, el 18 de noviembre.
La Comisión proporcionará pruebas detalladas para explicar por qué no se tomaron medidas para identificar y corregir el error de integración. La Comisión formulará una hoja de ruta para el regreso del Vega al vuelo en condiciones de total confiabilidad. Arianespace y la ESA presentarán conjuntamente las conclusiones de esta comisión. De momento, la empresa responsable del cohete ha expresado "sus más sinceras disculpas a los clientes y fabricantes de satélites implicados en esta misión".
Desde el punto de vista de la compañía Arianespace, el fallo de esta misión significa mucho más que la ya grave pérdida de los satélites (junto al Ingenio viajaba otro satélite francés). El lanzamiento de esta noche supone el segundo 'borrón' en el histórico de Vega que ya sufrió un fallo importante en julio de 2019 en la misión VV15, aunque en una etapa mucho más temprana del lanzamiento.
Ingenio, promesa española
El objetivo de Ingenio era el de proporcionar imágenes de alta resolución de España, Iberoamérica, Europa y el norte de África, así como algunas áreas definidas por el programa europeo Copernicus de monitorización de la superficie de la Tierra. El satélite español contaba con una capacidad de imagen de 2,5 millones de kilómetros cuadrados por día con una resolución de 2,5 metros en pancromático y 10 metros en multiespectral.
El SEOSAT Ingenio habría sido capaz de proporcionar mejor información en aplicaciones tan dispares como la cartografía, ordenación del suelo, vigilancia costera, gestión de recursos hídricos, monitoreo agrícola, agricultura de precisión, control medioambiental y gestión de crisis en catástrofes. Todo ello en una órbita heliosíncrona (coincidiendo siempre con la luz natural) a 670 kilómetros dando algo más de 14 vueltas a la Tierra todos los días. La previsión de los técnicos era que pudiera estar operativo durante 7 años con una ampliación a 10.
En el diseño, desarrollo y fabricación de ingenio han trabajado empresas españolas como Airbus, Thales Alenia Space, Indra, GTD, Crisa, Deimos Space, GMV, HV Sistemas, Iberespacio y SENER Aeroespacial. Todo ello bajo la supervisión de un equipo de la Agencia Espacial Europea y encargando el lanzamiento a Arianespace. Poner Ingenio en órbita -aunque fallida- ha tenido un coste de unos 200 millones de euros.