Tras el parón que mantuvo a los deportes alejados de los estadios y circuitos durante meses, el regreso a la normalidad ha supuesto la toma de medidas extras que garanticen la seguridad sanitaria de este tipo de eventos. El pasado fin de semana se celebró en el Circuito de Cataluña el Gran Premio de España de Fórmula 1, donde además de Hamilton, reinó la seguridad y la higiene.
Grandes eventos requieren grandes medidas. La cantidad de personas que trabajan entorno a un Gran Premio es enorme y emplear métodos de andar por casa -como termómetros sin contacto- puede ocasionar colas que entorpezcan el desarrollo de la carrera. Dejando esto a un lado, han recurrido a tecnología mucho más avanzada de reconocimiento facial y de medición de temperatura a través de cámaras térmicas.
Ambas tecnologías ya han sido probadas en multitud de escenarios, como en aeropuertos, lo que indica el buen funcionamiento cuando se enfrentan a una masa grande de usuarios.
Algoritmos y temperatura
Del proyecto se ha encargado conjuntamente el Departamento de Políticas Digitales, a través del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) de la Generalidad de Cataluña y T-Systems. En él se recoge el control de accesos empleando reconocimiento facial del personal y la monitorización de la temperatura de esas personas usando cámaras térmicas.
Detrás de la tecnología proporcionada por T-Systems nos encontramos el algoritmo de reconocimiento facial desarrollado por Thales. Esta compañía posee una amplia experiencia en este campo y ya protagoniza algunas infraestructuras clave. FRP (Face Recognition Platform, de sus siglas en inglés) es la apuesta de esta compañía en el terreno de la biométrica y ya acumula un bagaje muy interesante.
"El algoritmo está basado en redes neuronales profundas. Esta solución proporciona vídeos en tiempo real o en diferido para identificar a las personas de una manera no intrusiva, sin intervención del operador". Así define Thales a su sistema.
Otro de los puntos interesantes del reconocimiento facial de Thales es la posibilidad de correr en cualquier plataforma. Puede ejecutar su tarea accediendo a la base de datos de un ordenador, tablet, smartphones y, cómo no, en la nube. El funcionamiento se basa en la identificación de ciertos parámetros del rostro y en la posterior comparación con la base de datos almacenada. También se puede emplear como un contador de público para el control de aforos.
Desde la organización del Gran Premio han hecho mucho hincapié en el control del número de personas en cada estancia. Para ello dividieron las instalaciones en zonas individuales en las que se controlaba la afluencia. También indican que realizaron más de 5.000 test días antes del comienzo de la prueba y todos ellos resultaron negativos.
Por otra parte, las cámaras térmicas emplean un sensor del espectro infrarrojos que logra identificar la radiación y trasladarla a un valor numérico en forma de temperatura. En lugar de tener a varios trabajadores para ir tomando medidas una a una, basta con que las personas vayan pasando delante del sensor. Si se identifica una temperatura más alta, saltará la alarma.
Viajar en avión 'por la cara'
El Aeropuerto de Barajas es uno de los elegidos en el empleo de la tecnología de reconocimiento facial de Thales. Parte de una iniciativa que permite el "viaje sin contacto". Es decir, que el siempre complejo camino a la hora de subirnos a un avión se simplifique y ahorremos pasar por colas y controles saturados.
El primer paso es diseñar una ruta biométrica que parta desde el mismo proceso de hacer el check-in, siga cuando entremos a la terminal y concluya cuando el usuario se acomode en su asiento dentro de la aeronave.
"El sistema coteja de forma automática el nombre de la tarjeta de embarque con el del pasaporte o DNI. El viajero simplemente se toma una foto en su casa que da de alta en una aplicación móvil y, al llegar al aeropuerto se realiza la comprobación automática en los mostradores de reconocimiento facial", según informa la propia Thales.
En la zona del control de seguridad también se evita el contacto, la barrera se abre automáticamente gracias a que coteja la imagen de su rostro con la del documento de identificación. Exactamente lo mismo que ocurre en el proceso de embarque.
El usuario ha pasado por todos los controles y trámites aeroportuarios sin mucha complicación. Además, si se llega a desplegar con más ahínco, el flujo de personas intentando pasar a la zona de embarque será mucho mayor al no producirse el cuello de botella en la identificación manual de los pasajeros.
Aunque no todo es positivo, científicos de McAfee publicaron hace escasos días un estudio donde se demuestra que el reconocimiento facial no es infalible. Consiguieron engañar a un algoritmo de Google haciéndose pasar por otra persona tras un proceso de modificación facial por software.
Control antiterrorista
El control de fronteras es otra de las aplicaciones que se han encontrado para el FRP. El sistema de Thales está instalado en la frontera de España con Marruecos en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. "La policía puede tener almacenado en sus servidores la lista de los delincuentes más buscados de Europa y la cámara, junto con los algoritmos, serían los encargados de buscar coincidencias", declaró Miguel Mendoza, director comercial de la línea de negocio de biometría de Thales, a OMICRONO hace unas semanas.
Además de en el paso fronterizo, Ceuta tiene instaladas cámaras de reconocimiento facial por toda la ciudad, convirtiéndola en smartcity (ciudad inteligente, en inglés). Las cámaras de vigilancia con las que contaba la policía se modificaron para instalar un software que permitiera la identificación de las personas.