El brote de coronavirus que en un principio parecía que solo afectaría a China se ha convertido en una pandemia que ya acumula cientos de miles de infectados en países de todo el globo. Todo ello sin olvidarnos de que un tercio de la población mundial se encuentra encerrada en sus casas, a modo de cuarentena preventiva, para intentar frenar su expansión.
Aunque se trate de un duro golpe para la humanidad, este virus también ha servido para reforzar algunas tecnologías que parecíamos no estar aprovechando al máximo de sus capacidades. En este peculiar grupo hay un poco de todo, desde tecnologías que evitan que haya aún más contagios y que son capaces de salvar vidas, hasta otras que, simplemente, nos entretienen en estos momentos tan duros.
Robots y drones
El problema del coronavirus, en comparación con otras enfermedades, reside en lo rápido que se propaga. Por esa precisa razón se ha optado por las cuarentenas, intentando reducir el contacto con otras personas lo máximo posible. Y ahí es donde los robots y los drones han demostrado que dan la talla de sobra.
Si bien es cierto que en España no se les ha dado un uso generalizado, en Madrid la Policía Municipal ya los ha utilizado para instar a los ciudadanos a irse a sus viviendas. Asimismo, la Unidad Militar de Emergencias (UME) ya está realizando pruebas con drones para ayudar en las tareas de desinfección en grandes áreas.
En cambio, sí hemos podido observar cómo en países del continente asiático han tenido una mayor relevancia a nivel nacional. No solo los han usado para avisar a los ciudadanos, sino que también han servido para entregar muestras médicas, pulverizar desinfectante en determinadas zonas, vigilar que la gente no salga si no es estrictamente necesario e incluso controlar la temperatura de la población al instalarles cámaras térmicas.
Los robots también han ejercido funciones similares a las de los drones, facilitando diagnosticar el coronavirus desde la distancia. Como ejemplo tenemos a The Personal Robot, un robot autónomo que ha resultado de gran utilidad en Corea del Sur al integrar pantalla, micrófono y cámaras, tanto una térmica como otra estándar.
Teniendo en cuenta las ventajas que suponen tanto los drones como los robots, estos "experimentos" que se están llevando a cabo por el coronavirus podrían abrir la veda para su utilización como método de vigilancia, transporte de objetos, etcétera. Ésta no es una idea nueva, pues Amazon ya lleva desarrollando sus robots repartidores desde hace tiempo, aunque podría verse reforzada por la situación actual.
Impresión 3D e Inteligencia Artificial
Los que pertenecemos al sector tecnológico conocemos de sobra el gran potencial de la impresión en 3D y la importancia que podría tener en un futuro cercano. Sin embargo, antes de que el brote de coronavirus nos diese de lleno, la mayoría de gente de a pie desconocía realmente cómo funcionaba y las posibilidades que ofrece.
Hace unos días, Lluís Villarejo, investigador de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), aseguraba a OMICRONO que la impresión 3D "empodera al usuario para hacer cosas que antes no estaban en sus manos".
Y no es ninguna exageración, ya que con solo una inversión de aproximadamente 250 euros (impresora 3D + materiales) Villarejo nos comentaba que era capaz de crear 200 viseras para los sanitarios.
La impresión de mascarillas y otros accesorios sanitarios, tan popular en estos momentos por la crisis sanitaria, representa solo la punta del iceberg de la impresión 3D, ya que las posibilidades de esta tecnología son muchísimo más amplias.
Ésta nos permite imprimir cualquier objeto físico del que tengamos un diseño en 3D con un coste irrisorio y otorgando a los ciudadanos una autonomía antes impensable. Puede que de ahora en adelante el público general comience a interesarse más por este tipo de dispositivos gracias al COVID-19.
Aunque no sea una tecnología que cualquier persona pueda usar, a nivel institucional la Inteligencia Artificial también ha demostrado tener un gran valor en la lucha contra el coronavirus, al menos en China. Allí, se han desplegado sistemas automatizados de IA capaces de monitorizar la temperatura de todos aquellos que frecuenten estaciones de metro, tren, aeropuertos y otros medios de transporte.
Asimismo, el gobierno Chino ha echado mano de un sistema de IA, creado por Alibaba, que logra detectar casos de coronavirus mediante tomografías escaneadas a través de ordenador. Éste identifica diferencias entre pacientes con coronavirus y con una neumonía ordinaria con una exactitud del 96 %.
Como es lógico, son aplicaciones que han sido diseñadas con la idea de combatir el virus, pero revelan la capacidad de la IA para analizar grandes conjuntos de datos de una manera mucho más rápida y eficiente que los sistemas tradicionales.
Los formatos digitales
Durante los últimos años, los formatos tradicionales han ido perdiendo peso, mientras que los digitales cada vez se consumen más. No importa que hablemos de texto (ya sea para leer un libro o para informarse), de audio (como en el caso de las radios o los podcasts) o de vídeos (plataformas de streaming como Netflix o Disney+). Dichos formatos ya crecían como la espuma, pero la crisis del coronavirus ha acentuado aún más su relevancia y su número de usuarios.
Todos ellos permiten al usuario consumir el contenido en el momento que prefiera y desde donde quiera. Y, no solo eso, sino que formatos como el podcast o el streaming facilitan a sus creadores grabar sin tener que pisar un plató o un estudio habilitado para ello. Basta con una inversión mínima, ya que casi todo el mundo tiene un ordenador en su haber y un micrófono.
El teletrabajo y los eSports
Las videollamadas no son una tecnología ni mucho menos novedosa, pero el hecho de tener que estar confinados en nuestras casas ha provocado que muchos acudamos en masa a ellas para poder ver a nuestros seres queridos en la distancia. Seguro que muchos se han visto más las caras durante estos días que en el último año, quién sabe, quizás a partir de ahora las usemos más para vernos en lugar de decir ese tan típico y utópico "a ver si quedamos y nos ponemos al día".
Las circunstancias actuales también han originado una demanda brutal de apps para hacer videollamadas grupales y "reunirnos" con nuestros compañeros de trabajo. Desgraciadamente, antes de que tuviese lugar el brote de COVID-19 el teletrabajo no estaba demasiado bien visto en España.
Quizás muchos empresarios hayan comprendido ahora las ventajas que supone y lo fácil que puede resultar teletrabajar en algunos sectores, pues en la red hay una gran cantidad de herramientas gratuitas con las que con un simple ordenador se convertiría en nuestro pilar para trabajar. Si hacéis clic aquí podéis leer nuestro artículo dedicado al teletrabajo. Porque, señores, ¡no siempre es necesario ir a la oficina!
A falta de fútbol, los eSports o deportes electrónicos han resultado ser la gran respuesta tecnológica. Tras la cancelación de la Liga Santander, Ibai Llanos, un popular tuitero y comentarista de videojuegos, organizó hace unos días un torneo online de FIFA 20 que fue seguido por miles de personas.
En este torneo participaron 20 equipos de Primera División, cada uno de ellos representado por un jugador de su plantilla. Los jugadores se enfrentaban a sus rivales en el FIFA 20 mientras Ibai Llanos retransmitía y comentaba el partido a través de Twitch, una popular plataforma de streaming que precisamente está batiendo récords.
Según ESportsCharts, Twitch ha experimentado una subida en sus visualizaciones durante el mes de marzo (coincidiendo con la cuarentena) con la que ha llegado a más de 3,2 millones de visualizaciones y ha roto por primera vez en su historia la barrera de las 1.000 millones de horas de visionado.
Quizás los llamados eSports no generen mucho interés en las generaciones más avanzadas, pero los más jóvenes suelen ver el formato con muy buenos ojos. En España aún es un terreno en el que queda mucho camino que recorrer, no obstante, en países asiáticos como Corea del Sur, los eSports ya son un fenómeno de masas.
Éstas son solo algunas de las tecnologías que han salido ganando, por decirlo así, con el brote de coronavirus. ¿Les daremos la importancia que merecen cuando acabe esta pandemia o seguiremos infravalorándolas?