Estamos perdiendo la guerra contra el cambio climático, y eso es cada día más evidente. Algunos estudios incluso afirman 1que el daño ya podría estar hecho, y que si finalmente la comunidad internacional reacciona, podría ser demasiado tarde; sea como sea, todo apunta a una subida global de las temperaturas, con las consecuencias que ello implica. Los polos se verán especialmente afectados, y la subida del nivel del mar y la desaparición de glaciares son problemas muy reales.
En medio de esta crisis climática, ya hay quien está buscando soluciones extremas; lo ideal hubiera sido hacer pequeños cambios en las últimas décadas, pero reducir un poco las emisiones ya no es suficiente. Si pudiésemos ganar algo de tiempo, tal vez habría más esperanza; esa es la idea detrás de un estudio publicado en Science Advances por expertos glaciólogos de la Universidad de Tasmania, que han propuesto un proyecto tan loco que podría funcionar: llevar grandes cantidades de hielo a la Antártida.
El plan para llenar la Antártida de hielo artificial
Hay que aclarar que el plan es más inteligente de lo que parece. “Si la Antártida pierde hielo, ponle mas encima” parece lo que respondería un niño ante este problema. Pero en realidad, la cuestión no está tanto en la cantidad de hielo que se se está derritiendo, sino cómo lo está haciendo.
Según explica Sue Cook, una de las expertas tras el estudio, el mayor problema del deshielo de los glaciares es que, al romperse y separarse de los bloques grandes, en el proceso se expone hielo que estaba en las profundidades; este tipo de hielo es diferente al de las capas más externas, al llevar millones de años oculto. Al contactar con el aire y el agua, reacciona de manera diferente y puede acelerar el proceso de deshielo, lo que a su vez empeora más la situación.
Una solución podría ser producir capas de hielo artificial que cubran estas capas de hielo más antiguo y resistan mejor a la luz y al agua. Estas capas simularían el efecto de las capas de hielo que se forman de manera natural; aunque no pararían completamente el deshielo (el cambio climático seguiría su curso si no hacemos nada), sí que lo podrían frenar lo suficiente. Además, el peso adicional ayudará a mantener los glaciares en su sitio y evitaría que fuesen arrastrados por la corriente. El problema está en que estaríamos hablando de una cantidad absurda de hielo: nada menos que 7 billones de toneladas de hielo; sí, billones con b.
Lo más ambicioso que vas a leer hoy
Para generar semejante cantidad de hielo haría falta mucha energía, y sería uno de los proyectos más grandes a los que se enfrentaría la humanidad. Los científicos proponen obtener el agua directamente de los océanos y construir nada menos que 12.000 turbinas eólicas, que generarían la energía suficiente para bombear nieve artificial en dos glaciares de la costa oeste de la Antártida. Un proceso que puede tener serias consecuencias; el nivel del mar podría bajar hasta 5 centímetros y la zona sería mucho más estable. Sin embargo, quedan muchas dudas sobre el impacto medioambiental que podría provocar un proyecto semejante, y cómo podría afectar a las corrientes oceánicas en el resto del mundo.
E incluso si el mundo se pusiese de acuerdo en hacer realidad semejante plan, todo esto no quita que tendríamos que seguir luchando contra el calentamiento global; porque si no, lo único que hubiéramos conseguido es un “tiempo de descuento”.
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