Muchos tienden a pensar que las innovaciones tecnológicas no contaminan (o que en caso de hacerlo lo hacen muy poco); sin embargo, no siempre es así. Uno de esos ejemplos es la IA, ¿sabías que contamina 5 veces más que un coche? Te explicamos la razón.

El consumo energético es la clave

Emma Strubell, investigadora de la Universidad de Massachusetts Amherst (Estados Unidos), ha realizado junto a su equipo un estudio para calcular la contaminación que genera la IA. Para ello se han centrado en el consumo energético que requiere entrenarlas.

Para que una IA funcione como es debido antes debe pasar por una fase de aprendizaje; el proceso puede durar unos cuantos meses, lo que se refleja en un gran consumo energético. Los expertos han medido su impacto ambiental analizando cuatro IA diferentes: Transformer, ELMo, BERT y GPT-2.

Cada una de estas IA fue examinada durante un día, a partir de lo que se hizo una estimación del gasto total durante su entrenamiento. Después, los investigadores calcularon la huella de carbono estimada basándose en el promedio de emisiones de dióxido de carbono utilizado en la producción de energía de los Estados Unidos.

La IA es 5 veces más contaminante que un coche

Los expertos detectaron que el proceso conocido como búsqueda de arquitectura neuronal (NAS) fue particularmente exigente a la hora de gastar energía y tiempo. No nos sorprende; puesto que es la etapa destinada al aprendizaje mediante prueba y error.

El entrenamiento sin NAS solo requiere 84 horas; pero, con NAS hablamos de más de 270.000 horas. Los investigadores han traducido el uso de dicha energía en 284 toneladas de dióxido de carbono; esto es, crear una sola IA contamina 5 veces más que todas las emisiones generadas por un automóvil durante su vida útil.

Las cifras son escandalosas y ponen de manifiesto lo duro que es para el medioambiente cada vez que nace una nueva IA. Gigantes tecnológicos como Google y Amazon cuentan con una gran cantidad de IA; no hace falta imaginarse la immensa cantidad de energía que necesitarán para ello. Dichas compañías tendrán que valorar comenzar a utilizar energías renovables (algunas ya lo han hecho) si quieren que sigamos viviendo en el mismo planeta.

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