Estamos ya tan acostumbrados a que SpaceX rompa récords y metas, que es fácil olvidarse de los grandes logros que ha conseguido en un espacio de tiempo tan corto. El proyecto espacial de Elon Musk va a un ritmo muy bueno, y en prácticamente cada prueba y cada misión consigue avanzar un poco más.
Es el caso del segundo lanzamiento de prueba del Falcon Heavy, que se espera que en el futuro próximo lleve astronautas a la Luna y a Marte. Está compuesto de tres cohetes Falcon 9 como los que SpaceX ha usado hasta ahora en misiones espaciales; y por lo tanto, comparte muchas de sus características y ventajas.
El aterrizaje de los tres cohetes del Falcon Heavy es otro gran paso para SpaceX
La principal es que es posible aterrizar todos los cohetes para reutilizarlos en futuras misiones; esto reduce mucho los costes, lo suficiente como para que sea rentable hacer más misiones cada año. Por supuesto, esta no es la primera vez que el Falcon Heavy vuela: en febrero de 2018 maravilló a todo el mundo al enviar un coche Tesla al espacio. El otro “truco” le salió a medias: consiguió aterrizar dos cohetes, pero el tercero (la pieza central) acabó estrellado.
La historia no se ha repetido. En el segundo lanzamiento del Falcon Heavy, SpaceX ha conseguido aterrizar los tres cohetes sin problemas. Al igual que en la primera misión, los dos cohetes laterales aterrizaron juntos, mientras que el central, el que dio problemas, aterrizó en solitario en una barca por control remoto.
La clave del éxito ha estado en el rediseño de los motores; estos eran la versión Block 5, diseñada para hacer más fácil el aterrizaje y posterior reutilización en otro lanzamiento.
Este es un lanzamiento muy importante para los planes de SpaceX. El Falcon Heavy tendrá un papel vital en la llegada del ser humano a Marte, pero también puede ser usado para cumplir el objetivo de volver a la Luna en el 2024.