Los cigarrillos electrónicos podrían ser peores que el tabaco
¿Son los cigarrillos electrónicos mejor que el tabaco tradicional? Un estudio concluye que podrían ser incluso peores.
12 octubre, 2018 20:30Noticias relacionadas
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Los cigarrillos electrónicos se presentan como una forma de desengancharse a los cigarros de nicotina y tabaco de toda la vida. Supuestamente son más sanos, aparte de que son muchísimo más baratos (podemos gastarnos en un mes lo que gastaríamos en un año con el tabaco tradicional). Pero, en realidad, aún no sabemos nada de esto, pues es algo muy reciente y del cual hay muy pocos estudios, aún.
Podría ser incluso más perjudicial que el tabaco normal, y lo cierto es cada vez más gente usa a diario, y con mucha más frecuencia que el tabaco tradicional, dado su precio; también hay que advertir que hay muchos mitos en torno a esta industria (porque al fin y al cabo, es una gran industria que mueve miles de millones en todo el mundo, y cada vez más). Y esta es justamente la conclusión de un nuevo estudio: los cigarrillos electrónicos son aún más perjudiciales que el tabaco tradicional.
El cigarrillo electrónico no es sano: daña el corazón y puede provocar cáncer
Este mercado de vapeadores, que solo en 2017 movió la increíble cifra de 70 millones de euros en España (aunque prácticamente nada en comparación con los 10 000 millones de euros en impuestos indirectos que deja el tabaco en España anualmente), solamente está comenzando ¿Qué dice este estudio, en concreto?
El cigarrillo electrónico, ¿es sano o no?
Las conclusiones a las que han llegado los científicos, que han publicado el estudio en la revista científica American Journal of Physiology, es que el cigarrillo es aún más perjudicial que el tabaco. Para ello, se crearon cuatro grupos de ratones, cada uno de ellos expuestos a un ambiente distinto.
El primero, expuesto al tabaco tradicional; el segundo, expuesto al vapor de propilenglicol y glicerol vegetal, los ingredientes más usados en este tipo de cigarrillos; el tercero al de glicerol vegeta; y el cuarto al vapor con propilenglicol, nicotina y un saborizante de tabaco. Además, hubo un grupo de control expuesto a aire grado médico, que serían los ratones más sanos, que no estarían expuestos a ninguno de estos elementos.
Luego, se estudiaron a estos grupos de ratones y se compararon los síntomas con el grupo de control. Tras solo tres días, los ratones expuestos al vapor sufrieron aumentos en el moco y la inflamación, así como vieron su función pulmonar dañada. Los grupos expuestos al propilenglicol, sin embargo, no vieron daños pulmonares a corto plazo, lo que no quita que pueda haberlos con mayor tiempo de exposición.
Por otro lado, las proteínas que están relacionadas con la inflamación pulmonar solo aparecieron en el grupo al que se expuso al saborizante de tabaco, lo que concluye que algunas sustancias pueden ser dañinas desde el inicio.
También tenemos que el estrés oxidativo causado en ratones expuestos al saborizante era igual o incluso superior que el de los ratones expuestos a tabaco. Por último, la exposición prolongada solo afectó a la función pulmonar en los ratones expuestos al humo y no al vapor.
No obstante, esto no encaja mucho con los testimonios de los usuarios del tabaco electrónico, quienes aseguran que pueden respirar mucho mejor, practicar deporte por mucho más tiempo, y que incluso se han olvidado ya de muchos problemas respiratorios. Como advertíamos al principio, aún queda mucho por estudiar en este campo, y hasta que no pasen muchos más años, y podamos ver de primera mano los efectos de esta tecnología, probablemente sigamos sin saber prácticamente nada.