Científicos japoneses han conseguido crear un robot con células vivas en conjunción con sus mecanismos, lo que se conoce como biohíbrido.
Hay veces en Omicrono que parece que estamos escribiendo una novela de ciencia ficción, en vez de una web de noticias de tecnología; hablamos de conceptos que no hubiéramos tenido ni en nuestros mejores (o peores) sueños.
El avance conseguido por científicos de la Universidad de Tokio nos da esa sensación. Se trata de un innovador diseño “biohíbrido”, que mezcla células vivas con dispositivos mecánicos para crear robots como ningún otro; incluso podríamos atrevernos a decir que son los robots más “vivos” que hemos visto hasta ahora.
El robot con células vivas que puede revolucionar la robótica
La investigación del equipo se ha centrado en un uso particular: crear un dedo, muy similar a uno humano, que se mueva y pueda realizar las mismas acciones que uno “natural”.
Ya hemos visto muchos robots que intentan parecerse lo máximo posible a los humanos; en algunos casos son sorprendentes, en otros es evidente que no es un ser vivo. Este caso es diferente, ya que además de los mecanismos, han usado músculos de rata; en vez de usar un actuador o fibras artificiales, este dedo se mueve usando músculos, como los tuyos o los míos.
Estos músculos fueron cultivados directamente en el “esqueleto” robótico, usando capas de hidrogel con células musculares de rata. Una vez que el músculo ha crecido lo suficiente, puede ser controlado usando una corriente eléctrica.
Al verlo en acción, no parece gran cosa: unos brazos mecánicos cogiendo un objeto. Y sus creadores afirman que este es sólo un resultado preliminar, y que aún queda mucho trabajo por delante. Pero más que el movimiento, y la acción que hacen esos dedos, lo verdaderamente sorprendente es esa unión de algo artificial con algo orgánico.
Las células pueden ser el sustituto del plástico y el metal
Según los investigadores, usar músculos y otro tipo de células vivas para robots puede convertirse en una necesidad; otros materiales como el plástico y el metal no tienen la misma flexibilidad ni capacidad de movimiento.
En cambio, con estos músculos es posible imitar las complejas formas que encontramos en animales; por ejemplo, imitando la disposición de los músculos de toda una mano para conseguir movimientos idénticos.
De hecho, los investigadores no solo han usado células de animales: también se han inspirado en su funcionamiento. Uno de los problemas a los que se enfrentaron fue que los músculos creados de esta manera perdían volumen hasta que dejaban de funcionar; la solución fue colocar músculos de manera paralela, lo que se conoce como “músculos antagonistas”.
Por ejemplo, el bíceps y el tríceps son músculos antagonistas, porque cuando uno se contrae, el otro se expande; imitar esta relación fue la clave para que los músculos del robot durasen más, además de conseguir más rango de movimiento.
¿Veremos robots completos creados a partir de órganos vivos?
Sin embargo, eso no significa que pronto veamos robots completos con músculos de células vivas; esto es sólo el principio. Para empezar, como véis en el vídeo, los músculos sólo sobreviven si están bajo el agua; no tienen una piel que les proteja como tienen los animales.
Conseguir un robot híbrido completo será complejo, y supondrá muchos debates sobre su creación y su uso. Pero no podemos olvidar los potenciales usos, como por ejemplo, para crear prótesis que se muevan exactamente como nuestra extremidad perdida.
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