¿Pensabas que las modelos no podrían ser reemplazas por la ingeniería? Te equivocas, ningún trabajo se salva; de hecho, ya está ocurriendo: en Milán, cuna de la moda, la conocida marca Dolce & Gabbana ha pensado que sería interesante desarrollar su propia ‘Mobile World Congress italiano de la moda’ y ha sustituido a las típicas modelos por drones, que portaban por la pasarela diferentes bolsos de lujo de la firma italiana. Volaron por el escenario poco más de media docena de ellas, todos ellos alineados correctamente.
Antes de dar comienzo al desfile de esta colección Fall Winter 2018/19, la organización solicitó a los más de medio millar de espectadores que pusieran en modo vuelo o que apagaran sus teléfonos móviles, aunque nadie sabía por qué. Ahora, el porqué de esta petición tan inusual en un salón de moda es muy obvio: para que las señales de los teléfonos no interfirieran con los dispositivos voladores.
Una colección de bolsos ‘voladores’
Eso sí, puede que los drones no sean tan eficientes como las modelos tradicionales, pues el desfile comenzó con 45 minutos de retraso producidos por problemas técnicos. O sea, que estamos seguros que, al menos por el momento, las modelos seguirán sin ser sustituidas por estos pequeños aviones no tripulados, pues necesitan mejorar, sin duda alguna, la puntualidad.
Los drones, que circulaban a un ritmo paciente pero constante (y quizás un poco torpe), eran autónomos, o al menos eso era lo que parecía, pues no había nadie controlandolos. No obstante, había una serie de azafatas (vestidas con una bata blanca de laboratorio) controlando constantemente que no hubiera ningún percance tanto con los drones como con la valiosa mercancía (imagina que un drone se estrella contra alguna de las celebridades del público).
Y no hizo falta que intervinieran esas azafatas, pues, a pesar de que comenzó con retraso, todo salió como lo previsto y no se produjo ningún percance (todos los drones se portaron como esperaba).
Por supuesto, tras acabar con el desfile de los drones, pasaron a la acción las modelos más tradicionales y reales, las de carne y hueso (y sin cables) que desfilaron, como siempre, portando y mostrando las últimas galas de la firma D&G, para la que trabajan. Al fin y al cabo, y aunque haya que pagarles un sueldo y tengan que descansar, los humanos aún no están obsoletos, o no como podríamos pensar para 2018, pues llegan con puntualidad (usualmente) y lucen mucho mejor la ropa.
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