Después de enviar un descapotable Tesl Roadster al espacio, uno de los proyectos espaciales más apasionantes, aparte de, por supuesto, la carrera por llegar a Marte y la vuelta del hombre a la Luna, es enviar un submarino a los lagos y mares de Titán, uno de los satélites naturales de Saturno, tal y como ha vuelto a adelantar la NASA en la revista científica Fluid Phase Equilibria, donde se han publicado los resultados de las primeras pruebas.
Titán, la mayor luna del planeta gaseoso, tiene una atmósfera lo suficientemente densa como para que haya lagos, mares e incluso llueva; y así se ha confirmado gracias a la antigua sonda Cassini. De hecho, estos lagos ya están incluso mapeados. Pero estos mares no están formados de agua, como la tierra, sino de etano y metano en estado líquido.
La temperatura tampoco es tan agradable como la de nuestros mares: de unos 25º Celsius pasamos a, aproximadamente, unos 150º Celsius bajo cero. Y se sabe mucho más: fueron creados, muy probablemente, mediante el modelado kárstico, de una forma muy parecida a los de la Tierra. En realidad, Titán al completo podría ser el único cuerpo del Sistema Solar con depresiones similares a nuestro planeta. Como Titán tampoco tiene su satélite propio, ni siquiera hay olas.
El primer submarino espacial que navegará en un mar extra-terrestre
El submarino encargado de navegar a través de los mares de Titán será enviado por la NASA en los próximos 20 años (2038 o 2037 como fecha límite, muy probablemente), aunque inicialmente está programada para 2032. Y para ello, han recreado el mar titánico en un laboratorio.
Y esto será un importante hito ya no solo porque será el primer objeto creado por el hombre que navega por primera vez en lago, mar u océano fuera de la Tierra, sino porque además constituirá toda una obra de ingeniería. A diferencia de la Tierra, donde la densidad del agua de los mares y océanos no varía, la densidad de los lagos de Titán puede variar, y mucho, debido a los cambios en la concentración de etano y metano.
Deberá operar de forma autónoma con la capacidad de navegar sobre la superficie o por debajo de ella, al mismo tiempo que están capturando datos y estudiándolos.
Y hay que sumar otros inconvenientes: un submarino generaría calor, como es obvio, debido al movimiento y a los componentes internos. Esto, a su vez, generaría burbujas de nitrógeno que dificultarían maniobrar al aparato: por una parte, las burbujas podrían desestabilizar al submarino; y, por otra parte, podrían dificultar la grabación de imágenes. En las primeras pruebas, de hecho, ha habido muchos problemas para poder obtener vídeos decentes en unas condiciones tan difíciles.