En la industria de la aviación interesa bastante sustituir los sistemas de propulsión actuales por motores eléctricos por varios motivos, pero sobre todo por temas contaminación debido a la emisión de grandes cantidades de CO2 y NOX, además de la contaminación acústica. Los aviones consumen queroseno en grandes cantidades. Aproximadamente, en cada vuelo se emite, de forma aproximada, el doble o el triple de CO2 por pasajero que lo que consumirían en un coche de tal calibre).
No obstante, no hay ninguna alternativa viable a día de hoy con la que se pueda disponer de la energía suficiente como para seguir moviendo la cantidad tráfico aéreo civil. Entre los métodos no viables, por supuesto, se encuentran los motores eléctricos, pues no tienen la potencia suficiente como para mover el avión a grandes distancias.
Airbus, Rolls-Royce y Siemens, mediante una alianza estratégica, están desarrollando un avión híbrido. Es decir, que se mezcla la tecnología de combustión de queroseno junto con la tecnología eléctrica. En concreto, de cuatro motores que monta el avión, uno de ellos es totalmente eléctrico, aunque en el futuro serían dos los motores de propulsión eléctrica.
El primer híbrido en vuelo con dos motores eléctricos
A priori, el motor se alimentará mediante un generador montado en el propio fuselaje del avión. Pero esto será únicamente en pleno crucero, pues en el despegue y aterrizaje el motor usará baterías para alimentarse. La intención no es reducir las emisiones, al menos en esta primera prueba, claro, pues al fin y al cabo la energía que usa el motor en pleno vuelo se obtiene directamente del generador del fuselaje, aumentando así el consumo de queroseno de los tres motores restantes.
Esta primera prueba servirá, básicamente, para elaborar una serie de certificaciones que tendrían que cumplir los aviones eléctricos
La intención de este primer híbrido no es otra que comprobar cómo se comporta un motor eléctrico ante las condiciones que soportan los motores de combustión más tradicionales. Esto es, a las condiciones térmicas, los efectos que la altura y los movimientos del motor pueden tener sobre el sistema eléctrico, la gestión de potencia del motor, y cómo se comporta ante posibles interferencias electromagnéticas.
El E-Fan X está programado que comience a volar en 2020. Tendrá una capacidad máxima de 100 pasajeros, exactamente un cuarto de lo que puede albergar, por ejemplo, un Boeing 747 de dos plantas. El motor usado, en concreto, será de 2 MW. Más adelante, cuando las pruebas estén algo maduras, es cuando se sustituiría otro de los motores por uno eléctrico.
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