El dirigible de Sergey Brin no será uno cualquiera, eso desde luego.

¿Qué haces cuando tienes más dinero del que jamás podrías desear? Pues lo gastas en proyectos, en ideas que tuviste una vez y que nunca creíste que podías hacer realidad.

Sergey Brin es una de estas personas; inmensamente rico al haber fundado Google junto con Larry Page, ahora cree que puede hacer algo muy interesante fuera de Internet.

El dirigible de Sergey Brin será el más grande

Su nuevo objetivo es nada menos que un dirigible; aunque parezca que el tiempo de estas naves ha pasado, en realidad están disfrutando de un renacimiento.

Por ejemplo, el año pasado voló por primera vez el Airlander 10, la aeronave más grande del mundo con unos 92 metros de longitud; el proyecto empezó con mal pie cuando el dirigible se estrelló en apenas su segundo viaje, afortunadamente sin víctimas.

Los dirigibles tienen fama de inseguros, sobre todo por el famoso accidente del Hindenburg en 1937; pero en realidad, y con la tecnología actual, pueden ser tan seguros como un avión. O al menos eso es lo que aseguran sus partidarios.

Brin es uno de estos partidarios. Su nuevo objetivo es crear el nuevo dirigible más grande del mundo. Estamos hablando de un dirigible de nada menos que 200 metros de largo; más del doble que el Airlander 10, todo un monstruo de los cielos que impondrá su presencia. Es tan grande, que para construirlo se está usando un centro de la NASA.

También se conocen algunos detalles técnicos; en un principio, el objetivo era usar hidrógeno como combustible, al ser más barato que el helio y conseguir un 10% más de empuje. El Hindenburg también usaba hidrógeno, y esa es la razón por la que ya no es permitido en países como EEUU: porque se inflama demasiado fácilmente.

Un proyecto humanitario, y por diversión

Así que Brin se tendrá que conformar con usar helio; ingentes cantidades de helio, claro, teniendo en cuenta su tamaño. Y es que el dirigible no será usado solo para pasear por los cielos y hacer turismo; el objetivo es participar en misiones humanitarias alrededor de todo el mundo.

La carga que llevará será comida y suministros para localizaciones remotas; aquellas a las que los aviones no puedan llegar por falta de pistas de aterrizaje. El dirigible podrá aterrizar y despegar en prácticamente cualquier zona despejada.

Al mismo tiempo, fuentes apuntan que el dirigible también es un capricho para Brin, una especie de “yate aéreo” en el que llevar a sus amigos y familiares. Teniendo en cuenta que se gastará entre 100 y 150 millones en el proyecto, es normal que quiera probarlo primero.