Tu nueva y reluciente SmartTV es genial hasta que descubres que es capaz de registrar y enviar a terceros todo lo que ves, tus hábitos y gustos.

Los televisores inteligentes ya están prácticamente en cualquier hogar que haya comprado una TV recientemente. Hasta los modelos más asequibles son capaces de conectarse a Internet, recibir información, instalar aplicaciones y ejecutar servicio en la nube.

En cierto modo los SmartTV son muy cómodos y cada vez más inteligentes gracias a la llegada de los asistentes personales o el control por voz. Sin embargo el problema llega cuando algún fabricante se pasa de la raya y recopila nuestros datos y hábitos para venderlos a anunciantes.

Vizio lleva años espiando a sus usuarios

Esto es lo que ha ocurrido con Vizio. Este fabricante estadounidense de electrónica de consumo es conocido, entre otras cosas, por los ajustadísimos precios de sus televisores, permitiendo que muchísimos hogares den el salto a paneles 4K a precios asequibles y con una gran relación calidad precio.

Desde 2010 Vizio ha vendido más de 11 millones de televisores conectados, es decir, con funciones ‘inteligentes’ y capacidad para conectarse a Internet. Entre esas funciones tenían una llamada “Smart Interactivity“, una especie de asistente que se presentaba a los usuarios como una forma de aprender de lo que se veía en el televisor para después ofrecer recomendaciones personalizada.

El problema es que no se estaba contando toda la verdad, estaba espiando a millones de clientes y vendiendo esa información a marcas y anunciantes. Así lo aclara ahora el informe de la FTC (la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos).

Recopilaban datos de uso y los vendían a anunciantes

Vizio ha recopilado en estos años más de 100 millones de ”puntos” de información mediante el registro de píxeles concretos de todo lo que se emitía en sus televisores inteligentes. Esa información se enviaba a sus servidores y más tarde venía esos historiales con todo lo visionado a anunciantes, marcas y demás empresas interesadas.

La función espía se aplicaba a cualquier fuente que se emitiese desde el SmartTV, desde la televisión por cable, servicios de streaming, reproductores DVD y de otro tipo conectados… todo era captado y enviado, junto con la dirección IP de la conexión.

El caso ha acabado con una multa de 2.2 millones de dólares para Vizio, que no parece nada cuantiosa, la prohibición de estas prácticas y, además, deberán eliminar toda la información recopilada en estos últimos años. Por supuesto, el tema también salpicará a la imagen de la marca.