¿Por qué me sangran las encías por el estrés?
¿Alguna vez os habéis fijado en que las encías sangran por el estrés? En este artículo os contamos las posibles causas por las que ocurre.
31 marzo, 2016 09:01Noticias relacionadas
- India lanza la misión que le puede convertir en el cuarto país en llegar a la Luna
- Tu nuevo fondo de pantalla ha sido posible gracias a una vela solar
- Duro como una piedra o blando como la gelatina: este material dinámico cambia con la iluminación
- Esta lengua electrónica puede "probar" y analizar líquidos en solo un minuto
El trabajo, los estudios, la familia… Los motivos causante de estrés son muchísimos; pero, sean cuáles sean, todos dan lugar a síntomas similares.
Algunos, como el dolor de cabeza, se relacionan inmediatamente con la ansiedad causada por situaciones estresantes, mientras que otros pasan desapercibidos, asociándose a otras causas que nada tienen que ver.
Este es el caso del sangrado de encías. Puede que hasta ahora no lo hayáis notado, pero prestad atención la próxima vez que os lavéis los dientes en un día especialmente estresante. No le pasa a todo el mundo, pero es muy posible que las encías os sangren más de lo normal, incluso puede que llegan a hacerlo más allá del cepillado.
¿A qué se debe el sangrado?
Algunos factores, como la mala higiene dental, hacen que en nuestra boca se acumulen bacterias; que, una vez instaladas, comienzan a liberar toxinas con el objeto de crear más espacio para la infección. Esto lleva a que el sistema inmune actúe en consecuencia, sacando toda su artillería. El problema es que a veces la respuesta es excesiva y, en vez de solucionar el problema, da lugar a la inflamación que conocemos como enfermedad de las encías o gingivitis.
¿Por qué las encías sangran por el estrés?
La relación con el estrés no pasó desapercibida a un grupo de científicos de la Universidad de Tufts, en Estados Unidos, que en 2014 realizaron un estudio que se adentraba en las causas de este suceso tan particular.
Según ellos, la gingivitis se puede asociar a factores ajenos al mal cepillado; como el tabaquismo, la genética o la diabetes; pero también desempeña un papel muy importante el estrés.
Esto último se puede deber a dos causas. Por un lado, cuando sentimos ansiedad tendemos a comer más dulces de lo normal y, como sabéis, el azúcar es la comida favorita de las bacterias de nuestra boca, por lo que acuden a ella como si no hubiese mañana. Para colmo, durante esos momento tensos de nuestra vida, el cepillado deja de formar parte de nuestras prioridades, de modo que se favorece la extensión de la infección.
Por otro lado, está el cortisol, una sustancia que se eleva en nuestra sangre ante las situaciones de estrés y que ha mostrado en otros estudios estar asociada a procesos inflamatorios, como el que da lugar al sangrado característico de las encías.
Sea como sea, si mantenemos una higiene dental adecuada, utilizando el cepillo de dientes y el hilo dental después de cada comida, se lo pondremos mucho más difícil a las bacterias, por muy estresados que estemos. Eso sí, intentar relajarse tampoco es una mala idea; pues, como siempre, mantener la mente sana nos ayudará a conservar sano también nuestro cuerpo.