El misterio del hongo que invadió todo un pueblo
La historia del moho negro del cognac, un hongo que invadió las paredes y tejados de todo un pueblo. El hongo del whisky.
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Como sabéis, los hongos juegan un papel muy importante en la elaboración de productos tan cotidianos como el pan o algunas bebidas alcohólicas.
El problema es que a veces se desmadran un poco y deciden ver un poco de mundo más allá de las fábricas, bodegas y destilerías donde ejercen su función, volviendo locos a los habitantes de casas y comercios, que ven como sus paredes y tejados se cubren de una molesta capa de color negro.
Este es el caso de Baudoinia compniacensis, también conocido como moho negro del cognac u hongo del whisky, y si queréis saber cómo llegó a invadir las paredes de todo un pueblo os invito a leer este artículo.
¿Qué sabemos del moho negro del cognac?
Este hongo es un ascomiceto perteneciente a la clase Capnodiales. Su germinación está estimulada por la presencia de etanol, por lo que habitualmente crece en ambientes en los que abunde esta sustancia, como destilerías y bodegas, aunque también lo hace en otros tipos de fábricas, como las panaderías.
Es un microorganismo que tolera muy bien las fluctuaciones de temperatura, por lo que suele aparecer en superficies donde estos cambios son muy marcados entre el día y la noche, como paredes y tejados cercanos a las fábricas anteriormente mencionadas.
No siempre se sabe cómo se produce su dispersión, aunque la ausencia de esporas en el aire hace pensar en otros vehículos, como salpicaduras de lluvia o arrastre mediado por invertebrados, como los moluscos.
¿Cómo pudo este hongo invadir todo un pueblo?
El nombre de este moho se debe a su facilidad para teñir de negro aquellas superficies en las que crece. Sabiéndolo no resulta nada especialmente curioso, pero imaginad lo que debe ser para los habitantes de todo un pueblo ver cómo se cubren las paredes de sus casas de una capa espesa, del color del azabache y origen desconocido.
Esto es lo que pasó hace años en un pueblo de Canadá, que recurrió a la ayuda de James Scott, un micólogo de la Universidad de Toronto, que acababa de comenzar su andadura como “detective de los hongos”, buscando la procedencia de plagas como ésta que mencionamos hoy.
Inmediatamente, Scott acudió a investigar los alrededores de las bodegas donde se guardaban las barricas de una conocida marca de whisky de la zona. En ese momento le afirmaron que otros micólogos habían intentado resolver el misterio en los últimos diez años y habían concluido que se trataba de una mescolanza de hongos habituales en la naturaleza y que la destilería no tenía nada que ver. Sin embargo, él no quedó convencido y continuó desde ahí sus pesquisas.
La capa negra crecía hasta a una milla de distancia de las bodegas, pero cuánto más se acercaba, más espesa era. Al tomar muestras y mirar bajo el microscopio observó una mezcla de hongos conocidos, como habían afirmado los anteriores investigadores, pero también aparecía algo diferente, más grueso y oscuro, diferente a cualquier tipo de microorganismo que él hubiese visto antes. Entonces supo que sus colegas habían tomado mal las muestras.
Por eso, procedió a repetir la operación, pero esta vez sólo cogió esa parte gruesa desconocida y la hizo crecer en placas de Petri. Cuando lo observó de nuevo en el microscopio un mes después, el resultado fue decepcionante, pues pudo ver exactamente lo mismo que en la muestra anterior.
El hongo del whisky
Entonces, lejos de rendirse, Scott tuvo una corazonada. ¿Qué le gusta comer a los hongos? Como nos pasa a los humanos, cada uno tiene sus gustos y a éste le gustaba mucho el whisky. Por eso, corrió a comprar una botella de Canadian Club, el Whisky que se destilaba en el pueblo, y lo añadió a las placas en las que hacía crecer los hongos.
Esta vez el hongo creció a gran velocidad, dejando clara la conexión con la destilería. ¿Pero cómo se había extendido por el resto del pueblo? La respuesta a esta pregunta llegó tras informarse sobre los métodos que se usaban para envejecer ese tipo de bebidas. ¡Etanol vaporoso! La destilería estaba desprendiendo etanol en forma de vapor, que se adhería a las paredes y tejados del pueblo.
La destilería estaba desprendiendo etanol en forma de vapor, que se adhería a las paredes y tejados del pueblo.
Aunque ya en el siglo XIX se reportaron casos de este hongo, fue Scott quién logró finalmente comprender su origen bautizándolo en honor al primer farmacéutico que lo investigó, Antonin Baudoin.
Y así fue como este cazador de hongos resolvió un misterio que llevaba más de cien años sin resolver. Para que luego digan que la constancia no es importante.