El animador que dio vida a La Sirenita, Aladdín y más, ahora dibuja en realidad virtual y nos sorprende
Glen Keane es el animador que dio vida a La sirenita, Pocahontas, y muchas más cintas de Disney. Ahora ha decidido probar a dibujar en realidad virtual.
11 septiembre, 2015 18:09Noticias relacionadas
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Glen Keane, ex-animador de Disney, ha probado a dibujar en realidad virtual, y los resultados nos demuestran que cuando hay talento, la tecnología es algo secundario.
Si has visto alguna película de animación de Disney de los años 90, es probable que hayas visto el trabajo de Glen Keane, un legendario animador que lleva desde los años 70 dando vida a personajes en dos dimensiones.
Sus trabajos más famosos mientras estuvo en Disney fueron los de Aladdín, La Bella y la Bestia, Pocahontas y La sirenita, todas ellas cintas en las que la fluidez del movimiento de los personajes y la limpieza del trazado fueron importantes.
Dibujar en realidad virtual es diferente, pero igual de divertido
Keane ya no es tan solicitado como en aquella época dorada de Disney, y de hecho abandonó la compañía en el 2012; la moda de los gráficos creados por ordenador explotada por Pixar ha puesto a la animación tradicional en segundo plano, al menos en el mercado estadounidense.
Pero, ¿cómo podría adaptarse un animador como Glen Keane a las nuevas tecnologías? Este vídeo lo muestra:
Keane usó un prototipo del HTC Vive junto controles adaptados y un programa de dibujo en tres dimensiones para crear una ilustración de Ariel de La sirenita. Lo interesante es saber que para Keane, estas tecnologías no suponen una amenaza para los creadores, aunque todavía estén buscando la manera adecuada de aprovecharlas. Por ejemplo, un detalle que destaca es que cuando dibuja en realidad virtual, lo hace “a escala real”, por lo que el resultado es más una escultura dibujada que un dibujo tradicional. Eso permite otro tipo de creaciones diferentes a las que ofrece un papel y lápiz.
Como dice Keane, el espíritu del artista es la libertad y la audacia de ser un niño. Y ¿qué hace un niño sino experimentar todo el tiempo?