5 razones por las que actuamos de forma impulsiva
Dentro del repertorio de acciones que comprenden el comportamiento y la psicología humana, las acciones que son llevadas de forma impulsiva son las más llamativas, en algunas casos divertidas, y en algunos otros muy peligrosas. Poco a poco va desapareciendo el autocontrol, y alcanzamos un estado en el que realizaríamos acciones que no emprenderíamos desde nuestro estado normal.
Ya que estas acciones pueden ocasionarnos más de un problema, en Medciencia os acercamos las 5 razones por las que actuamos de forma impulsiva, cuya comprensión os ayudará a no alcanzar dicho estado.
1. Falta de ego
Un poco de ego nunca viene mal, pues como ya sabemos, el ego ha diferenciado a lo largo de la historia a muchos líderes carismáticos y les ha concedido el éxito en su voluntad. Realizar acciones que acaben en conflicto o que puedan ocasionar un problema, como amenazar o realizar un plan brusco, tal que planificar una boda, son causas disparadas por la ausencia de ego y motivación. Esto explica por qué muchas dietas se enfrentan a un gran peligro por la noche.
2. Sobrecarga de trabajo
Más atareadas están las personas, más frecuentes son los actos impulsivos. Hay mucho trabajo por delante, y cosas como el nombre de las personas o que teníamos que comprar hoy comienzan a olvidarse sucesivamente.
Cuando estamos ocupados, nuestras decisiones son llevadas a cabo por un área del cerebro encargada de decisiones de corto plazo, por lo que somos más reacios a tomar una acción impulsiva.
3. Estrés
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Nuestro archienemigo, el estrés, participa en la toma de decisiones impulsivas. El estrés diario puede paralizar la corteza prefrontal, área del cerebro encargada de moderar la concentración, la planificación o la toma de decisiones y el juicio. Como resultado, perdemos nuestra habilidad para ser reflexivo, y empezamos a actuar de forma automática.
Un claro ejemplo de ello, es durante los exámenes o una entrevista, pese a poder estar preparados, podemos sentirnos bloqueados y sentir como nuestra capacidad de razonamiento desaparece, experiencia que se conoce como ‘quedarse en blanco‘.
4. Alcohol
La intoxicación por alcohol reduce nuestra resistencia a las tentaciones e inhibe nuestro autocontrol. Al mismo tiempo, reduce nuestra percepción y capacidad de concentración, sobre todo cuándo debemos estar atentos a varias cosas a la vez. Conforme progresa la intoxicación, al beber más alcohol también aparecen ganas de comer de forma descontrolada o de fumar.
5. El azúcar en sangre
La glucosa es un componente vital de nuestro organismo. Existen evidencias que relacionan nuestra fuerza de voluntad con la cantidad de azúcar en sangre, de forma que al bajar los niveles de azúcar también lo hace nuestra voluntad y autocontrol. Debemos de recordar que nuestros cerebros necesitan aproximadamente un 20% de la energía que consumimos, de forma que si le privamos de esta energía con dietas bajas en azúcares, tenemos una probabilidad mayor de meternos un atracón.
Debemos de controlar todos estos factores, para evitar tomar acciones que nos puedan ocasionar problemas en el futuro. Comer de forma equilibrada, organizarnos para no acumular trabajo, potenciar nuestras facultades sociales y realizar actividades como la meditación o el deporte para reducir y controlar los niveles de estrés.
