InfinitEye 210, la alternativa al Oculus Rift que nos muestra mucho mas de nuestros juegos

El Oculus Rift ha iniciado una tendencia en el campo de la realidad virtual que ya no se puede parar. Si no hace tantos años la realidad virtual no era mas que un concepto futurista, este dispositivo ha demostrado que es posible popularizarlo con los costes y herramientas necesarios. La idea tiene tanta fuerza que gente como el legendario John Carmack, creador de algunas de las principales tecnologías relativas al renderizado 3D en la historia, ha dejado la desarrolladora que fundó para centrarse en Oculus Rift.

Eso si, hay que tener en cuenta que estamos aún en los inicios de esta tecnología, y que aún queda un enorme mundo de posibilidades para ella. Algo así piensan también los creadores del InfinitEye, una unidad de realidad virtual cuya principal característica es que cuenta con campo de visión, FOV de 210 grados. Esto es mas complicado de lo que parece, ya que depende mucho de cómo el usuario procesa la visión que le llega por los ojos. Es un campo en el que aún se está investigando, y no basta con aumentar el campo de visión “a lo loco”.

Los aficionados a la fotografía seguramente conocerán muy bien el concepto del ángulo de visión, que cambiará dependendiendo de la lente que estemos usando, mostrando una mayor o una menor parte de la escena fotografiada en cada caso. En los videojuegos, el FOV es la cantidad de espacio en el juego que podemos ver al mismo tiempo, y se define en ángulos. Así, si aumentamos el campo de visión de manera horizontal, podremos ver mas de la escena a la vez. Si subiésemos el FOV hasta los 360º, por ejemplo, veríamos todo el mundo del juego en todas las direcciones.

El FOV es un tema muy delicado en los juegos, porque dependiendo de la persona puede provocar mareos. Si alguna vez te has sentido mal jugando a un shooter en primera persona, seguramente sea porque el FOV no estaba dispuesto a tu gusto. Por eso la idea de aumentar el FOV en un dispositivo de realidad virtual es tan compleja. Para ello, el InfinitEye usa dos pantallas de siete pulgadas, con una resolución de 1280×800, y cuenta con el hardware habitual de este tipo de dispositivos, con acelerómetros y otros sensores que garantizan que los movimientos de nuestra cabeza se trasladen al juego.

Lo interesante es cuando llega la hora de renderizar una escena en un juego con un FOV de 210º. La solución que se ha buscado implica realizar cuatro renderizados, dos para cada ojo. Un poco al estilo de lo que hacen las tarjetas gráficas en SLI o Crossfire, cada escena luego se junta para formar una sola imagen, pero esta fusión no se realiza tal cual. Hay que tener en cuenta la distorsión de “ojo de pez” necesaria. La disposición de las escenas renderizadas debe tomar en cuenta que normalmente miramos hacia delante, y que por tanto las escenas situadas en nuestra periferia no son tan importantes. Una distorsión se encarga de dar el efecto necesario.

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El principal problema al que te puedes enfrentar usando las InfinitEye es de la compatibilidad con el software. La mayoría de los juegos están diseñados con un FOV por defecto, sobre todo aquellos provenientes de consola. Aumentar el FOV de manera forzosa puede provocar bugs o fallos gráficos. Además, la necesidad de renderizar mas elementos implica un aumento en la potencia necesaria. Aunque los desarrolladores aseguran que con un PC de gama media del año pasado es suficiente, eso dependerá del juego. Al fin y al cabo, juntando las dos pantallas estamos hablando de una resolución total de 2560×800.

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Teniendo en cuenta que el precio del InfiniEye se espera que ronde los 400 dólares, esta puede ser una buena alternativa para ver nuestros juegos de otra manera. Eso sí, antes el proyecto tendrá que financiarse, para lo cual esperan iniciar una campaña de crowdfunding en el primer trimestre del año que viene.

Fuente | Road to VR