Tecnología

La salud mental, de Grecia al S. XXI. Un camino a medio recorrer.

29 mayo, 2013 09:04

Muchas veces ignoramos el largo camino que nos ha llevado a donde estamos. No se puede entender bien una ciencia sin conocer sus orígenes, y sí, la psicología es una ciencia. Hace tiempo se consideraba una rama de la filosofía pero ahora ya no, ahora es una rama de las ciencias de la salud y los psicólogos somos profesionales sanitarios que trabajamos velando por la salud mental de las personas. Pero, ¿Cómo fue el largo camino que nos llevo hasta donde hemos llegado?

Todo empezó en Grecia…

En Grecia se entendía que las enfermedades eran producidas por el demonio, incluidos los trastornos mentales. Aparecieron las teorías de los cuatro humores, cuyo desequilibrio (discrasias) desencadenaba en un trastorno y requerían purgas y dietas para sanar. Un buen ejemplo de esta cultura son los escritos de Hipócrates y su medicina axiomática (fue el primero en plantear que los trastornos mentales eran similares a las enfermedades físicas. Propuso los cuatro humores: sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema, la alteración de cada fluido conducía a un tipo de trastorno determinado).

En la época Romana se empieza a reconocer la “locura” como atenuante de la responsabilidad y aquí se modifica la teoría de los humores para adaptarse a la teoría de los temperamentos dando origen a los planteamientos biotipológicos. En este periodo podemos fijarnos en escritos como los de Galeno que se dedicó a recoger todos los conocimientos que existían hasta la fecha. Pero por lo general no aparecieron grandes novedades en contraste con la época anterior.

En la Edad Media en occidente permaneció la concepción demonológica, siempre desde el punto de vista cristiano, desde la religión. El trato a estas personas era cuanto menos cruel e inhumano, dado que se les asociaba a la brujería. Estas personas eran torturadas o quemadas en la hoguera. Comienzan a fundarse los primeros centros hospitalarios y aparecen fenómenos de locura colectiva como el “tarantismo” (fenómenos convulsivos) o el “baile de san vito” (baile colectivo).

La edad media en el mundo árabe fue muy diferente ya que se guiaban por un trato humanitario y consideraban al “loco” como elegido por Mahoma para decir la verdad.

El renacimiento (S.XVI) con sus valores humanistas y el cultivo de la razón supuso una época de transición, se siguió persiguiendo la brujería pero empezaron a arraigar la ideas de comprensión hacía estos enfermos y es aquí donde se inició el largo proceso de cambio.

La ilustración (S. XVII-XVIII) trajo importantes mejoras, y supuso el inicio de la medicina moderna. Se afianzó la locura como enfermedad (de forma intermitente según la época). Pinel introdujo su tratamiento moral con tareas terapéuticas estructuradas para el paciente. Apareció la fisiognomía (Gall y su teoría de que las funciones psíquicas dependen del desarrollo anatómico de ciertas partes del cerebro) y el mesmerismo (influencia de los astros sobre las personas).

La razón ocupa un lugar importante y la locura se debe ocultar, aparecen los manicomios que estarán saturados y que tienen una función represiva y defensiva. Aparecen las teorías del animalismo (los enfermos mentales no son sensibles al dolor, frío o otras sensaciones humanas) que en parte justificó el trato que se les daba.

El siglo XIX estuvo marcado por el organicismo, el interés por las clasificaciones, una mayor claridad conceptual y teorías como las de Bleuler y Kraepelin que buscaban describir los trastornos mentales y clasificarlos según síntomas.

En esta época se intentaba ya curar a la persona, no solo “contenerla”, se buscaba el origen y la causa de las enfermedades.

En la Europa de principios del siglo XIX proliferaron los manicomios que eran básicamente cárceles en las que se defendía la tortura como forma de curación. Pero también empezaron a aparecer teorías alternativas como las de Freud, Charcot y Janet (Psicoanálisis) que tendrían mayor explosión en el siglo siguiente. Además apareció la psicología experimental (Wundt) que supondría un cambio enorme.

En 1879 se data el nacimiento de la psicología como tal, y es Wundt a quien se le concede el privilegio. Wilhelm Wundt creó el primer laboratorio de psicología (experimental) en la universidad de Leipzig, elevando esta disciplina a la altura de ciencia. Además creó el primer cátedra en psicología. Sus aportaciones junto a las del psicoanálisis fueron de las más importantes de la historia de la psicológia pues fueron estas dos corrientes las que impulsaron el desarrolllo y reconocimiento de nuestra disciplina.

Es en el S.XX cuando aparece la explosión de escuelas psicológicas y se afianza finalmente el modelo Bio-psico-social que seguimos actualmente tras la explosión inicial (sobretodo en las tres primeras décadas) de las escuelas psicoanáliticas. Aparecen y se consolidan los modelos DSM y CIE. Se descubren los psicofármacos (sedantes). Se desarrollan las teorías del conductismo, el cognitivismo, la psicología social y la psicología evolutiva. Es en este siglo en el que forman y desarrollan sus teorías autores como: Piaget, Bandura, Rogers, Skinner, Thorndike, Maslow, Allport, Eysenck, Jung, Pavlov…

Pero a pesar del gran crecimiento, este siglo también tuvo sus momentos ensombrecidos… Véase por ejemplo:

Durante la segunda guerra mundial proliferaron las ideas de la eugenesia (esterilización y ejecución de personas “defectuosas” para mantener una raza pura, exterminación de “medias razas” o “razas inferiores”). Todos los individuos que presentaban retraso mental o trastornos mentales severos eran considerados una amenaza a la raza y eliminados. Prácticamente se les consideraban animales.

En 1949 se le concedió el premio nobel al Dr. Egas Moniz por el descubrimiento del uso de la lobotomía para casos de psicosis, este procedimiento consistía en la extirpación del lóbulo frontal de la persona. Con efectos claramente muy severos, la persona quedaba como una especie de “vegetal”. En 1967 este tratamiento dejó de ser legal. Pero ya se habían lobotomizado a miles de personas.

Pero las guerras producen a un cambio de mentalidad y permiten el descubrimiento de fenómenos desconocidos hasta la fecha: Estrés postraumático, obediencia a la autoridad, etc… Además la psicología se ve impulsada ante la inversión de recursos de los gobiernos para encontrar estratégias de mejora de la capacidad mental de los soldados y de la selección de personal para las misiones. Y el cambio que una guerra produce en una sociedad llevó a que la población se interesara aún más por ayudar a aliviar el sufrimiento de las personas.

Pero a finales del siglo XX y principios del siglo XXI:

Hay una explosión de la psicofarmacología, las técnicas de imagen para el estudio del cerebro, se perfecciona la psicofisiología, se descubre la estructura del ADN y la genética. Aparecen escuelas nuevas como las sistemáticas, las estratégicas… Se consolidan las escuelas más fuertes como las conductistas y las cognitivistas, el psicoanálisis pierde algo de fuerza pero sigue vigente.

Se aboga por un enfoque ecléctico en psicología, siempre que haya evidencias empíricas de la efectividad de las técnicas utilizadas.

Hay un boom en la investigación científica. La psicología se convierte en una ciencia.

Hoy en día…

Y orgullosamente aunque como cualquier ciencia la psicología requiere de constante renovación y estudio, podemos decir que ¡Atrás se han dejado todas esas teorías sin base, todos esos métodos “mágicos” y todas esas crueles prácticas! Somos una ciencia, empiricamente demostrada, con presencia en hospitales y centros de salud, trabajando con médicos, trabajadores sociales, pedagogos y todo tipo de profesionales en la prevención, promoción, estudio y mejora de la salud de las personas. Al fin se nos ha reconocido como profesionales sanitarios y se nos ha otorgado el reconocimiento por el que tanto hemos luchado.

Pero aún falta mucho camino por recorrer:

– La creación de opciones de formación complementaria oficiales. Me refiero al master de Psicología General Sanitaria, al arreglo de la via PIR (oposiciones) y a la creación de nuevas vías y más especializaciones.

– El reconocimiento por parte de los organismos públicos de nuestra labor. No voy a entrar en el debate pero como en todo hay intereses económicos y politicos.

– La creación de puestos de trabajo (se cree que el 40% de las demandas de atención primaria requieren atención psicológica, atención que no se les puede ofrecer pues no hay personal suficiente. Los centros de atención primaria están saturados y sólo suelen disponer de 1 o 2 psicólogos con largas listas de espera). Y no me refiero sólo en el área hospitalaria (que es la que más destaca), ya que en áreas sociales, de recursos humanos, escolares, etc… también se da el mismo problema.

Pero aun así, más vale tarde que nunca… Nuestra ciencia está en un punto álgido y es en este siglo en el que veremos su mayor reconocimiento. Ha sido un camino largo, plagado de baches, pero todos ellos son parte del camino que nos llevó a donde estamos. Yo tengo ganas de ver a dónde nos sigue llevando el camino y dónde estaremos de aquí a 20 años, ¡la ciencia es increíble!