Una píldora para evitar las parálisis corporales
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Las parálisis pueden ser de varios tipos: hemiplejias (medio cuerpo paralizado), paraplejias (parálisis de la zona baja del cuerpo, incluidos órganos y piernas) o tetraplejias (parálisis desde el cuello hacia abajo). El primer tipo suele producirse por una lesión a nivel cerebral, pero las otras dos suelen deberse a algún tipo de accidente que ha dado lugar a una lesión de la médula espinal, que discurre por toda la columna. Hoy nos centraremos en estas dos.
Una de las cosas que más podemos notar en este tipo de parálisis es que los individuos que las sufren no pueden caminar, ya que la lesión afecta a sus nervios motores. Pero gracias a una investigación reciente, llevada a cabo por unos científicos de la Universidad Estatal de Ohio y la Universidad de Stanford, publicado en el Journal of Neuroscience, este tipo de lesiones podrían curarse, o al menos reducirse bastante. En definitiva, ayudar a caminar de nuevo a estos pacientes.
La base de este nuevo tratamiento es revertir el daño en la médula espinal, ya que se produce un cortocircuito entre el cuerpo y el cerebro debido a una lesión a este nivel. Y, una de las cosas más importantes: la pildola debería administrarse entre 8 y 24 horas después de haber sufrido la lesión. De momento, el fármaco ha tenido buenos resultados en los ratones estudiados.
¿Cómo funciona el tratamiento?
El fármaco se basa en realizar su función sobre las células que protegen y alimentan a los nervios periféricos, los oligodendrocitos, que crean una sustancia llamada mielina, una especie de funda protectora que también transporta nutrientes y garantiza que se transmita la comunicación por todo el nervio.
Cuando dichas células mueren, tras una lesión, esta funda protectora degenera y acaba desapareciendo Pero, aunque esto se produce inmediatamente tras la lesión, estos investigadores descubrieron que es posible evitar dicho proceso inhibiendo una proteína, la p75.
En otras investigaciones se había intentado combatir la parálisis regenerando las neuronas muertas, pero en este caso el fármaco intenta evitar dicha muerte al actuar sobre la proteína.
Durante el estudio se dieron tres dosis del fármaco, denominado LM11A-31 o tres dosis de placebo a los ratones tras 4 horas de sufrir la lesión y luego dos dosis por día durante 42 días. Se corroboró que el fármaco no producía dolor ni efectos secundarios tóxicos y que podía llegar hasta el cerebro.
Dichos ratones habían perdido la función de su vejiga urinaria y de las extremidades inferiores (en su caso, las patas traseras), y no podían ni caminar ni nadar. Tras la administración de la medicación, los ratones pudieron caminar en pasos bien coordinados, ¡y hasta fueron capaces de nadar!
Como podréis comprobar, el estudio aún está en una fase muy temprana, y harán falta más ensayos para comprobar su eficacia y seguridad en seres humanos. Pero, aún así, no podemos negar que es todo un avance, ¿no creeis?
Vía | Medical Daily.