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La química de la combustión espontánea

22 octubre, 2012 20:21

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Una persona anónima sale a la calle para ir a trabajar, se monta en el autobús medio vacío y de repente siente calor, en cuestión de segundos surge una llamarada a su alrededor y sale ardiendo, no le da tiempo a reaccionar, sólo queda un rastro de cenizas en el sitio donde estaba antes. Nuestra víctima ha sufrido una combustión espontánea.

Se llama combustión espontánea humana a la incineración de personas vivas sin una fuente de fuego evidente. Existen diferentes teorías que lo explican pero hay un detalle importante que no debemos olvidar: es una pseudociencia. No se ha conocido ningún caso real de combustión espontánea, y sus defensores sólo se basan en testimonios de terceros con una gran tendencia a creer en fenómenos paranormales. La combustión espontánea humana no existe, así que no saldrás ardiendo con facilidad si sales a la calle.

Aunque la combustión espontánea en objetos sí que existe, siempre y cuando se combinen bien. La clave esta en la definición de combustión espontánea: el objeto debe arder rápidamente alcanzando altas temperaturas y sin una causa aparente de inicio del fuego.

La química está detrás de la combustión espontánea: existen reacciones químicas que desprenden calor mientras suceden, se llaman reacciones exotérmicas. Estas reacciones ya se han aprovechado para algunos inventos cotidianos, como el vaso de café que se calienta solo (en su interior posee dos compuestos químicos, que al ser mezclados producen calor mediante reacción exotérmica).

Para que un material arda se necesita que se cumplan dos condiciones: que se alcance una temperatura alta (que depende del material) y que esto se produzca rápidamente. Podemos meter un trozo de madera en el horno y no se prenderá fuego ya que el calor se genera lentamente, en cambio con un mechero lo encendemos en un momento. La generación de calor debe ser más rápida que su pérdida. Una fuente de calor rápida y concentrada producirá una combustión espontánea ideal.

Si tuviéramos una reacción química suficientemente exotérmica y rápida podríamos producir el calor suficiente para generar fuego. Al unir los dos compuestos químicos se produciría la llamarada de repente, como por arte de magia, aparentando ser una combustión espontánea para cualquier persona que no sepa de química (o que no lea Medciencia).

Puede parecer difícil obtener dos compuestos químicos capaces de realizar esta peligrosa hazaña, sin embargo, la combustión espontánea es un peligro habitual en algunas industrias. El aceite de linaza (que se toma en algunas dietas vegetarianas y también se usa en carpintería) es capaz de reaccionar con el oxígeno del aire (en una reacción química llamada oxidación) de manera exotérmica. Esta reacción exotérmica sólo produce un poco de calor, pero se han producido incendios debido a acumulaciones de trapos mojados en aceite de linaza usados en carpintería, ya que juntos generan el calor suficiente para comenzar la combustión.

Como se ve en el ejemplo del aceite, aumentar la cantidad de trapos mojados en el compuesto químico hará que entre más superficie en contacto con el aire, aumentando la reacción de oxidación y generando más calor. Por ejemplo, el algodón es un material engañosamente pequeño pero con una gran superficie interna, y al mojarlo en un compuesto químico como el aceite de linaza podríamos provocar la combustión con facilidad.

Otra reacción espectacular de combustión espontánea es la que se produce mezclando glicerina (de venta en farmacias para pieles secas) y permanganato potásico (que se usa en filtros de agua). Al mezclarlos se produce una gran llamarada en cuestión de segundos. Puedes ver el vídeo pinchando en la imagen. Mejor no lo intentes en casa.

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Así pues, no necesitamos teorías paranormales para la combustión espontánea, la química tiene una explicación. No podemos salir ardiendo en el autobús como nuestra víctima del inicio, pero solo por si acaso, si llevas una camiseta de algodón, aléjate del aceite de linaza.

Fuente | Popular Science