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¿Podría Apple fabricar el iPhone en EEUU? El futuro de las impresoras 3D

14 septiembre, 2012 10:09

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Mirad las distintas etiquetas de vuestro teléfono móvil, y seguro que encontraréis una en la que se especifica el país en el que ha sido construido y ensamblado. Y también os sorprenderéis al descubrir que casi ninguno de estos aparatos ha pasado por Estados Unidos. ¿Por qué la mayoría de los dispositivos tecnológicos son construidos fuera de Estados Unidos?

A primera vista, más de uno pensará que es por los costes. Es mucho más barato fabricar un teléfono móvil en determinadas zonas, y así lo vimos con la reciente historia del periodista chino que se infiltró en la cadena de producción de Foxconn del iPhone 5. Pero lo más extraño es que muchas de las grandes empresas tecnológicas no construyen sus inventos en el mismo país en el que residen o incluso diseñan. Un caso que todos conocemos es el de Apple y sus iPhone, ya que aunque su sede principal se encuentra en Estados Unidos, han elegido otro país para fabricar los teléfonos. ¿Por qué esta decisión?

Aunque parezca raro, lo cierto es que la empresa sí puede fabricar los aparatos en el mismo país en el que los diseña, o al menos en un futuro no muy lejano. Sin embargo, los costes actuales son demasiado altos y el precio final sería bastante más caro. Además, la línea de trabajo que se tiene actualmente no es idónea para la fabricación de este tipo de aparatos. Quizá esta sea la verdadera razón por la que los terminales se encargan a otros paises. Las condiciones no son las ideales, lo cual repercutiría en el producto que obtendrían los usuarios finales.

Es lo mismo que sucede con los diferentes componentes que se utilizan para construir un iPhone. Son más costosos en Estados Unidos que en otros países, por lo que se ha decidido encargarlos a sitios donde su precio es más económico.

Sin embargo, no podemos olvidarnos de una cosa muy importante. Aunque la fabricación de los aparatos esté localizada en determinados países, eso no significa que toda la actividad de la empresa sea igual, ya que hay una grandísima cantidad de trabajadores repartidos por todo el mundo. Con esto queremos decir que, aunque los diseñadores podrían estar trabajando en una ciudad de Estados Unidos, los programadores podrían estar empleados en una zona completamente diferente. Gracias a las nuevas tecnologías, los distintos trabajos pueden estar repartidos por todo el planeta.

Poco a poco existe una mayor intención de algunas empresas de trasladar sus fábricas a zonas de Estados Unidos, y esta es una de las claves del asunto y de las posibilidades de futuro para la fabricación de dispositivos tecnológicos. La idea está ahí, aunque todavía no se ha ejecutado por completo. El reciente abaratamiento de los costes de algunas piezas ha ayudado a las compañías a establecer nuevos centros de producción cerca de sus sedes, algo que les permite ahorrar tiempo en los envíos y puesta a punto de sus diferentes productos.

Pero el auténtico futuro de la fabricación de componentes y dispositivos electrónicos está en las impresoras 3D, uno de los dispositivos que más opciones ofrecerá y en la que más esperanzas hay puestas en este sector. Este tipo de tecnología de impresión no es nueva, ya que se ha estado utilizando de forma efectiva para la impresión de diversos objetos. Sin embargo, durante los próximos meses podría comenzar a ser mucho más útil debido a su mejoramiento y a la posibilidad de imprimir una gran cantidad de objetos, a precios cada vez menores. Además, este tipo de objetos no tienen que limitarse a ser pequeños, ya que incluso pueden imprimirse bicicletas o coches, sin olvidar el coste menor, respecto de otras alternativas.

Por el momento, los precios siguen siendo baratos con las opciones actuales de externalizar costes y llevar la fabricación a Asia o México, aunque las diferentes tecnologías utilizadas y de futuro para nuevas opciones avanzan sin parar, lo cual significa que próximamente veremos cambios en las líneas de producción y las fábricas de todo tipo de dispositivos. Las piezas son cada vez menos costosas, algo que permite que veamos esa modificación reflejada en el precio final de los productos. ¿Nos sorprenderán las empresas durante los próximos meses? ¿O la externalización de los costes será una constante que no podremos cambiar?

Foto | FlickR