Tecnología

Empresas de pérdida de peso, ¡Vaya timo!

29 julio, 2012 18:06

Hoy os traigo un artículo un poco diferente, voy a aprovechar esta entrada para exponer mi opinión y de paso hacer una pequeña reivindicación a favor de los dietistas-nutricionistas. Pero no con el simple propósito de luchar contra el intrusismo y tirar flores a mi profesión, no. Lo hago porque cada vez asisto con mayor estupor a ver como empresas o personas no calificadas (o no todo lo que deberían) tratan de aprovechar el desconocimiento de la gente para atraer a nuevos pacientes e intentarles convencer de todas las bondades de sus métodos con estrategias que, a mi parecer, a veces no son del todo éticas.

Todo empezó hace unos meses, el pasado invierno. Una chica vino a preguntarme y me contó que llevaba dos meses acudiendo a una farmacia donde le vendían sustitutivos de comidas al mismo tiempo que llevaban un control de su peso y demás. El problema es que, aunque resultándoles bastante caros los productos, había conseguido bajar al peso que quería pero sin saber qué comer para mantenerlo. Es decir, había perdido peso a base de una alimentación especial, con una composición nutricional modificada  (por ejemplo, tomaba  unos fusilli (pasta) especiales con muy pocos carbohidratos y muchas proteínas) y que resultaba mucho, (muchísimo) más cara que la alimentación habitual. Pero sin embargo, no había aprendido a escoger qué alimentos “normales”comer ni en qué cantidad, ni tampoco había aprendido la importancia que tiene la variación alimentaria para aportar y diversificar los nutrientes (porque ya le daban unas comidas enriquecidas artificialmente en vitaminas y minerales).

Así empecé a darme cuenta que esa empresa  llamada “cuidado nutricional” pero en ingles, no es la mejor opción que ofrecer al ciudadano de a pie, al menos si se trata de aprender a alimentarse bien. Sin embargo mi crispación ha llegado recientemente cuando recibo de un familiar, una foto por whatsapp. Era una fotografía que había tomado a unas hojas de un “estudio de la composición corporal al detalle” que le había realizado gratis una chica de la empresa de “cuidado nutricional” en la peluquería (sí, sí, en la peluquería). Junto a la fotografía me escribía: “me han dicho que tengo que perder grasa”

Lo cierto es que la economía es la que es y hay que ingeniárselas para captar clientes, por eso, aunque poco común, acepto lo de ir a la peluquería a darse publicidad. Al parecer, se trata de “empaquetar” el estudio de composición corporal a todas las clientes: “es gratis”, “sube que te diré como estás por dentro”, “venga mujer sube, que es gratis”, “además participarás en un estudio genético para que sepas que alimentos te engordan”. Así, una vez el cliente accede a subir, le anotan todos los datos que da la báscula (peso, porcentaje de grasa, peso de musculatura y de masa ósea –atentos a lo de masa ósea-  así como también agua corporal y “exceso de líquidos”) en un tríptico donde aprovechan para darse publi cidad.

Hasta aquí, e intentando hacer oídos sordos a lo del “estudio genético de los alimentos que te engordan”, la estrategia que utilizan pasa. Sin embargo, lo que sigue, me parece de muy poca moral y muy poca ética. Debo señalar primero que me baso exclusivamente en el caso de mi familiar y aunque imagino que lo harán con todos los pacientes, no puedo afirmar que siempre se haga así. Lo que sí es seguro es que estos casos como el que os voy a explicar, lamentablemente se dan y mucho. Porque una cosa es que todo o casi todo pueda mejorarse, y otra cosa es intentar sacar la puntilla a cada uno de los datos para hacer creer al paciente de que por dentro está bastante peor de lo que podría haber imaginado. En concreto, el familiar al que pesaron es una chica joven, con un ÍMC saludable de 22 kg/m2 , un porcentaje de grasa corporal de 27,8% y una estimación de grasa visceral de 2 (la referencia va de 1 a 15). Como veis, no son datos de una atleta pero tampoco están mal. Aunque la chicha que le explicaba los datos no le hizo creer eso. La grasa corporal es “un poco elevada” y la visceral “es la grasa mala y podrías bajarla”. Cada dato es analizado con esa perspicacia, para que de esta forma las pacientes pregunten “¿y qué puedo hacer para mejorarlo?”. Es entonces cuando los ojos de la chica encargada de pesar empiezan a dar vueltas como una máquina tragaperras hasta que sale el signo del dólar (o del euro), y le suelta: “pues con una dieta totalmente personalizada que tenemos para ti y que además te saldrá gratis, sólo tienes que comprar unos paquetes de comida que te estarán buenísimos porque podrás comer tortitas, batidos o mousses de chocolate que no te engordan y sí te aportan todas las vitaminas y minerales que necesitas…

Además de no enseñar a comer, lo hacen totalmente al revés: tratan de hacer ver a los clientes que comiendo alimentos que no pueden consumirse sistemáticamente todos los días en una dieta equilibrada (batidos, mousse, tortitas…) van a perder peso. Sin embargo lo que más ha llamado mi atención es que a mi familiar le dijeran que tenía 2,2kg de masa ósea, y enseñándole unos parámetros en los que 2,2kg es el límite inferior, le espetará que con una correcta alimentación mejoraría sus huesos.

Pasaré por alto el comentario tan atrevido de mejorar la mineralización ósea en la etapa adulta sólo con la alimentación y me centraré en la aberración de los 2,2kg de masa ósea. Y es que, es posible que mucha gente no conozca qué peso representan nuestros huesos, pero mi opinión es que una persona competente en el área de nutrición y dietética, y que además espeta comentarios tan atrevidos, debería saber que la masa ósea representa entre el 12-16% de nuestro peso corporal (entre 7 y 9 kg para una persona de 60kg). Y estos datos nos los han aportado métodos incuestionables como son la disección de cadáveres. Por ello, una báscula puede hacer una estimación, pero si la persona encargada de traducir esos datos no tiene unos conocimientos mínimos que le permitan discernir las carencias de un determinado aparato y además se deja llevar por lo de “todo es mejorable” para vender y vender, creo que las limitaciones con las que cuentan son palpables y se traducirán, con bastante probabilidad, en otras inexactitudes alimentarias y nutricionales que transmitirán al paciente.