Los optimistas afrontan mejor la enfermedad
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Todos hemos oído hablar alguna vez acerca de lo importante que es tener una actitud positiva o implicarse activamente a la hora de superar muchas enfermedades, pero algunos pensareis: “hombre, cuando uno está enfermo no tiene ganas de nada, no está precisamente para tirar cohetes”, pero, ¿y sí además, os dijeran que esas personas que lo ven todo de color de rosa no sólo tienen más probabilidad de superar una enfermedad grave, sino también de mejorar la evolución de enfermedades que son para toda la vida?
Muchos estudios habían apoyado ya la idea de que el optimismo se considera un recurso de afrontamiento hacia la vida que conseguiría amortiguar el impacto de los eventos negativos y concedería un mayor bienestar y diversos beneficios para la salud.
Ahora, profesionales de la Universidad de Zaragoza han publicado un estudio en el que comparan la respuesta al dolor crónico (como digo, una enfermedad para toda la vida) entre personas que ven el vaso medio lleno y aquellas que lo ven medio vacío.
Según este estudio, los pacientes optimistas tendrían una forma activa de afrontar el dolor. Este afrontamiento activo del problema se relaciona con una menor intensidad del dolor, menos casos de depresión y un menor deterioro funcional de estos pacientes (ya que continúan haciendo una vida diaria lo más normal posible, a pesar del dolor).
Por otra parte, los pacientes más pesimistas se derrumbarían más ante la enfermedad y dejarían a parte muchas de sus actividades diarias por estar enfermos. Su forma de afrontar el dolor sería, por lo tanto, una forma pasiva que se ha relacionado con un dolor más intenso, más casos de depresión y ansiedad y un mayor deterioro funcional.
Aunque todavía nos es desconocido el mecanismo por el cual el optimismo actuaría sobre la intensidad del dolor, la depresión, la ansiedad, etc… Así que habrá que seguir investigando en esta dirección para poder aclarar el misterio de cómo nuestra actitud nos puede ayudar a mejorar nuestra salud y superar los contratiempos.
Así que, queridos lectores de Medciencia, cómo dice el refrán, ante la desgracia y el dolor, ten un poco de gracia y humor.