La relación entre la comida rápida y la depresión
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La depresión, una enfermedad mental que cada vez afecta a más y más personas (actualmente ya son 121 millones en todo el mundo). En los hospitales es una de las enfermedades que más se teme cuando se tiene un paciente ingresado, pues muchos viven solos, y la soledad muchas veces acaba en depresión, dando lugar a una discapacidad difícilmente tratable y superable.
Las causas de la depresión son muy diversas, como el deterioro o final de alguna relación, la situación económica, o cualquier otra situación que se os pueda ocurrir (o, por desgracia, podáis llegar a vivir). Pero dentro de estas causas, están los llamados factores de riesgo, es decir, aquellas situaciones o modos de vida evitables que aumentan la cantidad de depresiones. Hoy os hablaré de uno de estos factores, la comida rápida.
Según la investigación llevada a cabo por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Universidad de Navarra, y publicada en la revista Public Health Nutrition, consumir bollería industrial (magdalenas, cruasanes, donuts y demás) y otro tipo de comida rápida (hamburguesas, pizza, kebab) se asocia con el diagnóstico de depresión. Este estudio nos dice que los consumidores de este tipo de “alimento” (por llamarlo de alguna forma, ya que puede ser adictivo pero nos llena de calorías vacías) tienen un 51% más de riesgo de padecer depresión respecto a los individuos que no consumen comida rápida.
Además de esto, hay una relación dosis-respuesta, es decir, como nos cuenta Almudena Sánchez-Villegas, primera autora del estudio:
“Cuanta más comida rápida se consume, mayor es el riesgo de depresión”
Y no acaba aquí la cosa, sino que además este trabajo también expone que los mayores consumidores de comida rápida son más propensos a estar solteros, ser menos activos y tener un patrón dietético peor. Consumen menos fruta, frutos secos, pescado, verduras y aceite de oliva. En definitiva, que no conocen lo que es la autentica dieta Mediterránea.
Incluso, aunque se consuma poca cantidad de este tipo de alimentos, el riesgo de desarrollar depresión es significativamente mayor respecto a los que no consumen.
Así que ya sabéis, una buena alimentación no solo es positiva a nivel de salud física y estética (ya ha empezado la “operación bikini”, así que cuidado con esas dietas milagro y alimentaos lo mejor posible), sino que también podemos decir que una alimentación sana es muy positiva a nivel de salud psicológico.
Vía: SINC.