Google Maps, fue barato mientras duró

Muchos son los servicios que Google nos ofrece desde cualquier navegador Web, o incluso desde la conexión de nuestro móvil a través de alguna aplicación exclusiva. Dentro de esta gama de servicios, usado con muchos fines, podemos destacar Google Maps, que nació en 2005 y a pasos agigantados se ha convertido en el recurso preferido por usuarios y empresas para localizar un sitio y ser localizado. Hasta tal punto ha llegado su función que, gracias al GPS de nuestros smartphones, podemos olvidarnos de productos que antes cumplían esa función -véase TomTom, Garmin, etc-.

Lo que inicialmente nació como un mapa/callejero, ha evolucionado bajo la capa de imágenes de satélite, viva fotografía de zonas de nuestras ciudades, y posteriormente incluso un paseo a pie de calle o la visión del interior de los edificios, además de su estructura vectorial en 3D. ¿Quien necesita las Páginas Amarillas, o un viejo callejero? Ahora basta con saber la calle, trazar la ruta en Google Maps y, si no te queda claro, localizar el portal, escaparate o referencia a través de Street View. A la postre un servicio magnífico, pero que ha dejado de ser gratuito si te pasas de la raya utilizándolo. Sí, a partir del 1 de enero de 2012 la pompa de jabón va a reventar el placer de muchos negocios.

Lo que empezó siendo un prometedor sistema de mapeado vectorial -callejero- de nuestras ciudades, se ha ido convirtiendo en un preciosista mapa visual a ojo de halcón, gracias a sus capturas de satélite, posteriormente mejoradas con las capturas a pie de calle y con la reciente vista 3D de los edificios y de su interior -en algunas ciudades-. Google tiene fama de ser gratis, o de cobrar por publicidad, pero parece que este sistema de negocio no funciona igual para todos sus servicios. A mediados de 2005, poco después de que presentaran Google Maps públicamente, se anunció la API, para que a través de ellas pudieran lanzar peticiones aplicaciones de terceras partes. Todo muy bonito, Google nos estaba entregando la llave de la ciudad sin pedirnos nada a cambio.

Este artículo viene en relación a una historia que le leído a través de Google+, donde uno de los dueños de un portal inmobiliario estaba quejándose por el precio abusivo que le exige Google por seguir usando las peticiones de su Web -a través de la API– hacia las localizaciones en Google Maps. Sí, es que el servicio realmente no es gratuito, porque si te pasas de las 25.000 visitas diarias tienes que pasar por caja. Claro que esto es inusual para cualquier mortal de a pie, pero no para empresas que sí requieren de un servicio de localización para con sus clientes/consultas.

Google Maps, alternativas

Continúa el artículo sobre la solución que tuvieron que utilizar, ya que el coste no les permitía ser competitivos, así que descubrieron que podían optar por una alternativa opensource, invirtiendo en ella más que en Google Maps. Creo que es interesante conocer estas alternativas -y recursos-, ya sean como solución a futuros o simplemente para investigar su evolución. Os cito las que se nombraban:

• Mapnik
• PostGIS
• Leaflet
• OpenLayers
• Modest Maps
• Wax
• Mapstraction

Otras alternativas a las que podemos recurrir son la que nos ofrece Nokia Maps -nacida tras la compra de Smart2Go-, recientemente actualizado con nuevas funiones y de acceso gratuito para los usuarios de sus smartphones. Por su parte, Microsoft también está ofreciendo un sistema de mapas a través de su Bing Maps, que sigue muy de cerca varias características de Google Maps. En ambos casos también hay una coste a cuando excedemos la cuota, pero no es tan cuantiosa como la de Google. A la espera está que Apple presente su propuesta tras la compra de la empresa C3 Technologies. El objetivo de todos es obvio, repartirse el pastel de los usuarios, porque ya se han convertido en un buscador más, donde los negocios querrán anunciarse destacando por encima del resto.

Me gustaría que los que os hayáis encontrado con este tipo de problemas -o los vayáis a encontrar pronto- nos planteéis vuestra solución, para conocimiento de los demás.

Según entrada en Google+ de Sebastian Delmont.