Esquizofrenia: ¿Qué es y en que consiste esta enfermedad?
Noticias relacionadas
La esquizofrenia es un trastorno de la personalidad en la que el pensamiento queda distorsionado. Esto significa que el paciente siente que lo controlan fuerzas imbatibles contra las cuales no puede hacer nada. Pero, por otro lado, tampoco es consciente de la enfermedad, viviendo así en una disociación constante entre la realidad y un mundo “paralelo”. La consecuencia de esto es una total incoherencia que puede repercutir negativamente sobre el lenguaje ó aprendizaje. El paciente se irá alejando de la sociedad, sometiéndose a sí mismo a un gran aislamiento.
Lo peligroso de la esquizofrenia es que puede aparecer a cualquier edad y, lo que es peor, de cualquier manera: desde una crisis delirante, a un cuadro psicótico, etc. Esto puede darse repentinamente ó, por el contrario, de forma más paulatina.
Como sucede con un gran número de enfermedades mentales, la causa de la esquizofrenia no está del todo clara. Es cierto que hay un componente genético que juega un importante papel etiológico, siendo una persona más propensa a padecer este trastorno si cuenta con algún familiar que lo sufre. Se ha podido observar un incremento en el tamaño de los ventrículos cerebrales, así como una actividad dopaminérgica excesiva.
Por otro lado, la esquizofrenia se ha visto asociada en parte, a la cocaína, cannabis, así como al alcohol, abusando de él un 35% de los esquizofrénicos, ya que éstos desean poner fin a la depresión y ansiedad que padecen.
Entre los síntomas contamos con alucinaciones (el paciente ve, oye, etc. cosas que en realidad no existen); ideas delirantes (imposibles de razonar); desorganización en el comportamiento; pobreza del habla; sentimiento apático; incapacidad para ser feliz; despersonalización (cuando la memoria ó los sentimientos se le hacen raros a uno mismo); desrealización (sensación de irrealidad ante todo lo que nos rodea).
En lo que al pronóstico se refiere, alrededor de un 60% presenta dificultades para llevar una vida medianamente normal. Esto se verá agravado en caso de que la enfermedad aparezca a una edad temprana, de forma progresiva, con trastornos previos de personalidad, historia familiar de esquizofrenia, abuso de drogas, dilatación ventricular en el cerebro etc.
Finalmente, en cuanto al tratamiento, se suele recurrir a la farmacología. Entre los medicamentos más utilizados destacan los neurolépticos, unos medicamentos antipsicóticos que, aunque efectivos, pueden presentar efectos secundarios de la talla de temblores, ictericia (la piel adquiere un color amarillento), fiebre alta, o incluso incremento de peso. En casos más graves, pueden llevar a la muerte.
Es muy común internar al paciente, con el propósito de evitar que se autolesione (ó haga daño a otros), y disuadiéndolo de ideas como el suicidio, entre otras. La psicoterapia grupal también ha adquirido una buena reputación, ya que se promueven las relaciones sociales y un comportamiento adecuado en la vida cotidiana.