Síndrome del Dr. Strangelove: La mano anárquica.
Esta enfermedad fue descrita por primera vez en 1908 en un paciente que sufrió infarto cerebral en el hemisferio derecho y, tras recuperarse de la experiencia, sentía que su mano izquierda actuaba sola.
En 1945 otro paciente sufrió esta dolencia tras ser sometido a una cirugía radical como tratamiento de epilepsia (sí, hace 50 años los tratamientos para las enfermedades mentales eran auténticas burradas vistas desde nuestra cultura y época).
Posteriormente, en 1972, los franceses Brion y Jedynack anunciaron por primera vez la frase “le signe de la main étran-gère” (el síndrome de la mano extraña) para referirse a este extraño trastorno.
Hasta 1992 se describieron 37 casos del síndrome y en todos ellos el paciente siente que una de sus manos ha dejado de pertenecerle, que actúa por libre, trata de molestarle o se enfrenta a su otra mano… Sí, da bastante miedo.
El paciente que sufre el síndrome de la mano ajena tiene sensibilidad en la mano, pero cree que no forma parte de su cuerpo y que no posee control sobre sus movimientos. Las manos extrañas pueden realizar actos complicados como abotonar o desabotonar una camisa, desnudar a la persona… ¡Incluso se documentó en la revista American Journal of Physical Medicine and Rehabilitation el caso de un hombre que sufría episodios de masturbación pública e involuntaria tras una lesión cerebral!
A menudo los individuos que sufren la enfermedad no son conscientes de los movimientos de su mano hasta que llaman su atención.
El origen de la patología parece estar en una lesión del cuerpo calloso, la estructura que conecta los dos hemisferios cerebrales. Puede aparecer tras comisurotomías (intervenciones quirúrgicas donde se separan los hemisferios para curar o atenuar estados epilépticos graves) o tras golpes o infecciones.
Desde el punto de vista del paciente esta enfermedad es una gran molestia en su día a día, pues también se producen “interferencias” entre ambas manos. Es decir, la mano sana abrocha la camisa y la mano extraña va desabrochándola, o una mano esta fregando los platos y la mano extraña se empeña en devolverlos al fregadero, o incluso cuando la mano sana trata de escribir la otra mano le quita el papel…
En definitiva, que como les pasa a muchos pacientes, verdaderamente llegas al punto de creer que una parte de tu cuerpo está poseída. Desgraciadamente la medicina sigue sin tener soluciones para todos los problemas.
Para mas información podéis leer esta revisión bibliográfica.