La guerra entre Rusia y Ucrania parecía el escenario perfecto para que el Kremlin desplegara la desconexión de internet que lleva años cocinando. Sin embargo, y a pesar de la fuga de servicio y empresas online internacionales, el país se resiste a separarse por completo de la red mundial. Tras el ciberataque sufrido por su versión rusa de YouTube, el ministro de desarrollo digital reconoce que debería evitarse el cierre de la popular plataforma de vídeo de origen estadounidense.
Desde que comenzara el conflicto la relación entre las autoridades rusas y las redes sociales o plataformas de internet ha sido convulsa. Google ha cerrado los canales rusos de RT (Rusia Today) y Sputnik en YouTube alegando que difundían información falsa, lo mismo pasó en las redes sociales de Mark Zuckerberg.
Rusia respondió acusándoles de "vulnerar los derechos fundamentales" de los ciudadanos rusos y, paradójicamente, también limitando el acceso a Facebook y Twitter a esos mismos ciudadanos. Sin embargo, YouTube corre una suerte distinta. "No estamos planeando cerrar YouTube", ha dicho Maksut Shadaev, quien también es ministro de comunicaciones y medios masivos, en un foro educativo, según explica Reuters.
YouTube resiste en Rusia
YouTube cuenta con alrededor de 90 millones de usuarios mensuales en Rusia, con lo que supone esta actividad para el día a día de los rusos y para su economía. La versión rusa, RuTube, no llega a esa escala de importancia y recientemente ha sido atacada por el grupo Anonymous.
"Cuando restringimos algo, debemos entender claramente que nuestros usuarios no sufrirán" continúa diciendo Shadaev en referencia a lo que supondría la perdida de ese servicio para la población. No obstante, las autoridades rusas han multado y presionado a Google estos últimos meses para que borraran de la plataforma aquellos vídeos y canales que, en opinión del Kremlin, consideran ilegal por difundir información contraría a su postura frente a la guerra.
Por el contrario, no se tuvo tanta cautela con otros servicios como los de Instagram y otras plataformas de Meta que fue declarada culpable de "actividad extremista" en marzo. Un bloqueo que podría revisarse, según las declaraciones del portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. El martes dijo que no descartaría el regreso de Instagram, siempre que Meta cumpla con las leyes rusas sobre contenido y oficinas locales.
Sin señales de Runet
Mucho más drástico sería la puesta en marcha del conocido como Runet, el internet ruso con el que el país se desconectaría de la red global. Un búnker online que el gobierno de Putin ha estado desarrollando durante años argumentando motivos de ciberseguridad.
Si se llegara a aplicar, las autoridades tendrían pleno control del contenido al que tienen acceso sus ciudadanos y se independizarían de forma definitiva de los gigantes tecnológicos de Estados Unidos o Europa. Defensores de derechos internacionales alegan que esta medida fomentaría la censura que ya está aplicando Rusia en el país.
"No queremos cerrarnos a nadie", ha dicho Shadaev. "Por el contrario, creemos que Rusia debería seguir siendo parte de la red global". No hay mucha información sobre este proyecto, por lo que no se conoce con detalle el nivel de desarrollo que habría alcanzado Rusia en sus ensayos, aunque la dependencia mundial en la que se sustenta internet sugieren que sería un cambio drástico para la población rusa, acostumbrada a consumir contenidos de muchos otros países.